“¿Definir a
María Dolores?:
Indignada,
compasiva, contradictoria y coherente”.
(José Luis Segovia Bernabé)
¡Hay que ver la cantidad de acontecimientos que ocurren en
esta España nuestra los 20 de noviembre!
Uno, muy especial para mí, es que es tu
cumpleaños, cosa que, dicho de antemano, dignifica la fecha.
Por esas cabriolas y piruetas de la vida, en el principio de esta historia, compartimos momentos que
tú no recuerdas; entonces yo estaba dando mis primeros pasos en actividades
sociales comprometidas con la marginalidad, y tú ya eras una activista
consagrada, una socióloga con mucha experiencia, que militaba en la defensa de
los derechos humanos.
De la mano
de un amigo común, Manolo Trillo, con quien
tanto quisimos, yo estrechaba lazos con
jóvenes y menores como "educadora de calle", término que se utilizaba en la
nueva pedagogía y que pretendía acompañar las situaciones de tantos y tantas
jóvenes en toda la geografía, asolados por fracasos escolares, paro, droga y cárceles, buscando alternativas de vida.
Manolo y las
gentes de San Carlos Borromeo me hicieron meterme en la piel de las personas a
las que conocí, eso es, conocer, querer y extrañar
cuando eran encarceladas o morían por las distintas causas que conlleva la marginación. .. (Prometo
dedicarle uno de mis escritos a nuestro querido amigo y a su historia). Él estaba en el Comité Ciudadano Antisida, que
emergía para defender los derechos de las personas con VIH, enfermedad que había irrumpido
en la vida cotidiana de los nuestros, y
tú estabas ahí, compartías las luchas en temas de drogodependencias y sus
consecuencias, los síntomas y las secuelas. Después, durante años, te seguí de
lejos, porque los intereses eran los mismos. Y no se bien cómo, creo que
en las redes sociales, te encontré de
nuevo, nos vimos en alguna manifestación a favor de las gentes de El Gallinero
y comenzamos a intercambiar comentarios, “me gustas” y a compartir noticias que nos parecían importantísimas,
(a veces tan sólo a nosotras y alguno más).
Creo que en este mundo globalizado, de relaciones basadas en
la superficialidad, en la inmediatez, es posible, a pesar de todo, construir
vínculos de amistad duraderos y leales.
Dicen que la
amistad es “una armoniosa igualdad” y
esa armonía la siento contigo. Me acogiste en tu sagrado territorio, y, como si nos reconociésemos al
reencontrarnos, siento que Saint-Exupery tiene toda la razón cuando puso en
boca de nuestro “Principito” algo
parecido a que las amistades son pedacitos de tiempo que vivimos con cada
persona, porque contigo aprendo cada vez a mantener la pasión por vivir.
Además, el cine,
el arte, la poesía, los viajes, las ciencias sociales, las lecturas…. ¡Hay
tantos intereses comunes! ¡Hablamos tantas veces de Brasil (querido Pelourinho),
de buena poesía francesa, de malos poetas en el facebook, de pintura y
pintores, con los que nos recreas la vista cada día, de las efemérides que nos
acercas poniendo en el punto de mira acontecimientos que no deberíamos olvidar…!
Siempre digo que los encuentros, en mi vida, son el
gran patrimonio que poseo.
“Somos lo
que nos han querido”, nos enseñó otro común amigo, Josito, nuestro sabio, maravilloso,
comprometido y querido reverendo. Y por eso, es para mí un regalo el conocerte,
el quererte y tener el honor de ser querida por ti. Y doy las gracias a la vida
por compartir contigo momentos únicos.
Hoy me pierdo tus manjares, tus excelentes dotes de anfitriona y el encuentro con amigos y amigas que te quieren mucho y bien, pero te veré pronto. Entre tanto, te envío esta felicitación con un enorme abrazo.
¡FELICIDADES,
pues, querida amiga!
¡FELIZ CUMPLEAÑOS! Y ya sabes, aquí quedo para lo que
sea menester.