Arnaud era negro y en sus ojos ardía el sol Poniente…
Llegué al fin,
para dejar ir
las flores que conservaba entre mis dedos
en tu memoria.
en tu memoria.
Para decirte
esas palabras que nunca escuchaste
y poder pronunciar, ante esta cruel valla,
tu nombre tan querido.
y poder pronunciar, ante esta cruel valla,
tu nombre tan querido.
Para buscar
las huellas de tus pies
que iban a la derrota.
que iban a la derrota.
¿Quién conoce
las veces que te extraviaste
en el camino,
las que tuviste hambre y sed,
las que pensaste sucumbir bajo tormentas de arena?
en el camino,
las que tuviste hambre y sed,
las que pensaste sucumbir bajo tormentas de arena?
Tenías el alma
del león, de guerrero y de
padre.
No quisiste
que tu pequeña estuviese desnuda,
Ni que la olla
permaneciese vacía o llena de cenizas.
No quisiste que
la niña columpiase el hambre entre sus manos.
Por eso, imagino
que en tu último aliento, pensaste en ella,
tan hermosa como toda mujer de la sabana,
pequeña aún para tanta desdicha.
tan hermosa como toda mujer de la sabana,
pequeña aún para tanta desdicha.
¿Recordará la
niña una canción africana para ti?
¿Alguien le
acunó con nanas alguna vez?
Quizás,
incluso, al caer, oíste los tambores
y vibraron las entrañas de la tierra
al sentir los pies de los que bailan.
y vibraron las entrañas de la tierra
al sentir los pies de los que bailan.
¿Sonó la
canción africana,
o el negro
apaleado ya no pudo escucharla?
Ponen mastines a olfatear los caminos
y las aves de rapiña sobrevuelan al
acecho.
Nunca llegaste a la tierra prometida,
y ahora miro estos hierros de la
Fortaleza,
la capa-coraza con la que nos separan.
Y no hay lágrimas bastantes,
porque alguien, cruel como el rayo que nos
quema,
dividió tu cuerpo y tu alma en dos
mitades.
Pasarán
estos tiempos y llegará la verdad
Y tu nombre no se perderá inútilmente.
Te digo adiós con las palabras que invento
en un lenguaje nuestro, familiar y triste,
que afloran de la soledad más oscura.
Hasta siempre, guerrero, hermano,
compañero.
Te honro en este lugar,
¡el más sombrío de la tierra...!
Mi cuñado era negro y en sus ojos ardía el sol Poniente.
Te honro en este lugar,
¡el más sombrío de la tierra...!
Mi cuñado era negro y en sus ojos ardía el sol Poniente.
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(Mariam,
Melilla, julio 2017)
El nombre de Arnaud
significa: Águila,
amante de la libertad.
Salió de su país en busca de nuestro lugar, como
tantos otros antes, como lo han hecho muchos después, como se seguirá haciendo
siempre.
Unas manos asesinas lo impidieron.
Y con el dolor por su desaparición, en una ceremonia aplazada durante mucho tiempo, alguien muy querido por mí depositó flores en la valla de Melilla.