“Namoradeiras” es el nombre que se da en Brasil a un tipo de
escultura popular que aún se ve adornando las ventanas de muchas casas.
La cabeza de una mujer apoyada en su mano, cabeza hombros y
busto de distintos materiales, cerámica, madera, yeso o resina, que componen
esta artesanía que se deja ver en el alfeizar de la janela…
Cuenta la historia que en la época colonial, cuando la educación
familiar era muy rígida y las muchachas no podían salir del ambiente doméstico,
su presencia se reducía a festejos señalados
o procesiones religiosas, y las ventanas se convirtieron en lugares de
vigilancia y de exposición para ellas.
También se cuenta que las mujeres mineras (de la región
de Minas Gerais), después de terminar
los quehaceres domésticos, se apoyaban en las ventanas y se quedaban mirando la
calle de forma nada discreta. Se decía que a la espera de un posible novio o
por el gusto de coquetear.
El mito se ha convertido en estas esculturas que aún hoy se
ven por las calles de muchas ciudades y
pueblos brasileños, las muchachas a la espera de un pretendiente que, al pasar,
les dejara una sonrisa, y quizás el inicio de un amor y una posible boda.
Esas ventanas eran para muchas mujeres el único contacto con
el exterior.
Es de suponer que no todas tendrían el mismo objetivo. Algunas
aprovecharían un rato libre para descansar de las duras tareas domésticas, o
simplemente tomarían aire fresco, viendo jugar a los niños en la calle o
charlando con la vecina de otra ventana.
Son historias románticas, pero en realidad… ¿Quién no espera
por alguien?
Hoy los niños permanecen dentro de las casas, usamos el móvil
para comunicarnos con los demás, las cartas desaparecieron y en lugar de mirar
las calles, nuestra mirada permanece fija en la televisión. Son otros tiempos.
Me gusta ver estas "namoradeiras" en las ventanas cuando paseo por estas calles brasileñas.
Meninas, garotas.... Chiquillas y mujeres, representando la historia.
En uno de los paseos, el artista nos aborda en el puente, nos habla de que quiere
mostrarnos una cuestión de perspectiva, nos hace fotos y reímos un rato con él.
El resultado es divertido. Y aquí os invito a verlo.