jueves, 29 de julio de 2021

ABRAZANDO ÁRBOLES.

 

 

   "Yo no comprendo que se pueda pasar al lado de un árbol sin sentirse feliz mirándolo". 

   F. Dostoyevski pone esta frase en boca del príncipe Myskin, en su obra "El idiota", en la que este autor retrata a un hombre perfecto, lleno de compasión hacia los demás y capaz de comprender a todos en un mundo lleno de maldad y malas personas, como explican en Polka.

Algo así he sentido yo al caminar en este bosque de secuoyas gigantes, en el monte de Cabezón, declarado Monumento Nacional.

 En 1940 se importaron junto a otros árboles de especies diferentes para abastastecer a la industria maderera sin depender del comercio exterior. Pero este proyecto, por suerte, no prosperó y las secuoyas dejaron de ser necesarias.

Caminando entre ellas, contemplando sus troncos, la luz entre sus ramas, entre el silencio y la belleza, pienso que estos árboles y yo estamos hechos de la misma cosa.

Lo dijo Sagan: "Profundo en el interior, al nivel molecular de la vida, somos esencialmente iguales a los árboles".

 






 


 



 

 

jueves, 8 de julio de 2021

LA ESTIGMATIZACION POLICIAL: OTRA VARIANTE.

Todos los días pasa.

Y siempre por los mismos motivos.

   Sabemos que si no eres blanco tienes al menos el doble de posibilidades de que te pare la policía, según datos de varias investigaciones, como las de la Universidad de Valencia, Metroscopia, organizaciones de Derechos Humanos, etc... No dejamos de denunciarlo a diario, pero hoy voy a hablaros de cuando eres blanco y te estigmatizan negativamente, de la misma manera.

   Volviendo del CIE en grupo, mi amigo P. se adelanta un poco y nos espera cerca de la entrada del metro.
 
   Una pareja de agentes de la policía nacional se le acercan y le piden la documentación.
 
   Él, tranquilamente, asiente y acata. Como tantas otras veces.

   El "estigma", en general, es "la marca o señal en el cuerpo" que, antiguamente, se imponía con un hierro candente como signo de esclavitud o infamia.

   El "estigma social", como nos dice la Sociología, es una condición, rasgo o comportamiento que hace que la persona portadora sea incluída en una categoría social hacia cuyos miembros se genera una respuesta negativa y a quienes se ve como inaceptables o inferiores". Y les hace, así, pertenecer a un grupo social menospreciado.

   Este proceso se denomina  estigmatización y te convierte en una persona señalada en gran variedad de conceptos sociopolíticos.

   Mi amigo P. tuvo una juventud dura y difícil.

   Superviviente de los años 90 en nuestra ciudad, ha luchado constantemente y durante mucho tiempo por salir adelante y tener una vida "decente".

   Cumplió en su momento lo que determinaron los jueces y ahora es libre y ha recuperado su derecho a ser un ciudadano respetado.

   Tiene un gran corazón, es cariñoso y entre sus actividades está la de actor en el taller de Carlos Olalla.

   Uno de los agentes se permite una chanza: "¡Qué camiseta más chula llevas!" - A lo que él le responde: "Y, además, dice la verdad".

   Ya está acostumbrado a estas paradas, a que se saquen conclusiones sobre él, porque la apariencia es como los demas nos ven y nos perciben, a primera vista, cuando todo puede ser interpretable y esas conclusiones son precipitadas. 

   Pero cada vez que pasa no dejo de ver que le merman la autoestima.

   Los agentes de los cuerpos de seguridad del Estado que proceden tan a menudo a pararle en la calle sin que pase nada destacable, sin ninguna conducta inapropiada, solamente por pasar por allí,  muestran un juicio negativo que es un prejuicio y un estereotipo.

   No parece que estén formados ni se les informe de puntos básicos de psicología y sociología, en esos signos de generalización; por tanto, no se plantean ni parecen querer plantearse el daño que hacen a estas personas.

   Además, colaboran en que, quienes observan sus "paradas",  sigan asociando rasgos a pensamientos  descalificadores, racistas y siempre criminalizadores.

   Ya se sabe: Cúanto mas morenos somos, más sospechas levantamos. Y si alguna vez fuiste yonqui, lo vas a ser sí o sí toda la vida a ojos ajenos.

   Tú vas por la calle a cualquier hora y esto funciona así: los agentes de uniforme o los "secretas" te ven, te miran y te juzgan; a la vez, valoran y dictaminan, es decir, sentencian. 
 
   Y, aunque solo sea fruto de su subjetiva opinión, te paran y te hacen identificarte.

   Los cuerpos policiales están obligados por la ley española de igualdad y NO discriminación a no brindar trato discriminatorio ya sea por "raza, religión, opinión, nacionalidad, sexo, edad, discapacidad, orientación sexual u otra condición o circunstancia social o personal".

   Por tanto, la APARIENCIA no es motivo de identificación.

   Cuando en mi casa vivían chicos marroquíes, estábamos cansados de que cada vez que ponían un pie en la calle tuvieran que presentar la documentación y dar explicaciones de qué hacían allí.

   Vivir, señores agentes, es lo que hacián. 

   Vivir en mi casa, que era la suya, con su familia. 

   En España existe un sesgo hacia la población migrante y se ampara esta actividad "legalmente". También hacia otros colectivos que no son mirados con simpatía ni con acogimiento por tantos y tantas.

   Hoy lo  vuelvo a comprobar de nuevo. ¡Qué hartura! Las paradas se basan en la apariencia y no en el comportamiento o conducta de las personas, lo cual las convierte en actos discriminatorios y, por tanto, fuera de la ley.

   El policía dice que no le grabe, que es ilegal grabar a la policía, cuando lo ilegal lo está haciendo él, parar a una persona que no ha hecho nada y solo por sus rasgos físicos.

   ¿Será que mejoran su "bienestar" despreciando a los demás?

   Nuestro ambiente cultural refuerza la búsqueda de aprobación como norma de vida. Y si no la logras, puedes sentirte indigno, culpable, deprimido, distinto,  fuera de lugar...
 
   Con el perfil de "marginado" no se nace, se llega a él tras una vida muy difícil y empieza desde la niñez, lo que contribuye a que se puedan cometer errores en edades tempranas.
 
   Una vez "reinsertado" (odio la palabra), eres como el resto de la sociedad; si cabe, más valiente y fuerte, por haber sabido reconducir la vida tras grandes esfuerzos.
 
   Más, como ya he escrito otras veces, es frecuente confundir identidad con identificación.
 
   Las leyes hablan de "reinserción", pero los que deben aplicarlas no parecen confiar en ella. Es más, les dan la espalda a los que intentan salir de la exclusión social retomando una vida digna según la "norma".
 
¿Saben los agentes que, estigmatizando así a mi amigo y a tantas otras personas, les reenvían directamente al rechazo y al ostracismo?
 
¿Les importa algo que se sientan devaluadas, rechazadas, vilipendiadas?
 
¿Que les producen un gran estrés psicológico?
 
¿Se dan cuenta de que nos están induciendo a los demás a fijarnos en determinadas personas y que están creando estigmas sociales hacia ellas?
 
¿De que otros ya les mirarán con desconfianza?
 
No creo que les importe, en general. Y en particular, tampoco.
 
Están facilitando que el ciudadano medio aliente sus prejuicios y sigan señalando a determinados colectivos.
 
Dicen que la cara de tu pasado es la que usan para juzgarte. 
 
Muchas hemos aprendido en San Carlos Borromeo, entre otras muchas cosas, que el pasado de nadie nos debe impedir ver a la persona y su presente.