Hoy me han hecho un regalo
inesperado y dulce...
Con su voz suave y tierna, y que advierto sincera,
firme y leve cual pluma,
me ha dicho muy despacio:
"Te regalo dos días de cielos soleados,
de noches con dos lunas y estrellas impensables.
Y que los pies descalzos sobre cálida arena
te conduzcan conmigo a ese lugar tan nuestro,
y, aunque el tiempo es fugaz,podremos poseerlo.
Todo a cambio, tan solo,
de que en 48 horas, olvides tus afanes,
tus temores, tus luchas...
Déjate, pues llevar,
a la jaima adornada,
que el té ya nos espera,
y todo está dispuesto,
la mesa y el abrazo,
y sábanas de lino
cubren la hamaca prestas..."
Por fin encuentro a alguien
que no me necesita,
y que quiere cuidarme,
y que quiere cuidarme,
sin ofertar maneras
de caballero andante...
tan solo mi equilibrio
parece importunarle.
Y estoy casi, casi.... tentada...
de aceptar el regalo,
decir que sí al presente.
decir que sí al presente.
A qué estás esperando para aceptar?
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