martes, 25 de octubre de 2016

MI CRISTO DE MELILLA.


     Recién pintadas, las paredes de la parroquia de San Carlos Borromeo lucen inmaculadas e impolutas. 

    Después de la comida del domingo, nuestra inefable Tronka se acerca a Javi Baeza para decirle que solamente le deja colgar en la pared la foto del hombre en la farola, que todo lo demás sobra. Y sonreímos, porque, en verdad, esa imagen captada por la cámara de José Palazón Osma, que tenemos colgada desde hace tiempo, es para algunos la verdadera cara del Cristo actual, de mi cristo de Melilla.
     Mientras volvía a casa, pensaba en eso, en lo que significa para nuestra gente esa fotografía.
    A mi me sirve de reflexión, de recordatorio de nuestra realidad, de oración incluso.

     Para no olvidarme, nunca, de que las paredes de ese lugar son consideradas refugio para los inmigrantes, frente  a la dureza y a las dificultades de la vida en un país extranjero desconocido, como nos decían los amigos musulmanes cuando quisieron cerrarlo las autoridades eclesiásticas.

      Que de las buenas noticias del evangelio se desprende que la propuesta es una invitación dirigida a los excluidos para que se sienten  en un lugar preferente del banquete.

    Que Dios, si existe, querría para sus hijos e hijas una vida digna y dichosa.

    Que yo no puedo creer en un Jesús sin carne.

    Que en algunos sitios se le ha convertido en “objeto de culto” exclusivamente, en un icono venerable, con rostro majestuoso pero lejano, como nos advierte Pagola. Pero que la fe es liberadora y no alienante y que ha de buscar la dignidad del hombre. Que queremos el encuentro con la esencia del ser humano, ya sea desde la religión o bien desde la desnudez absoluta, tal como venimos al mundo.

    Que he de centrarme en las víctimas de la injusticia desde la fidelidad a la memoria peligrosa y subversiva de Jesús de Nazaret, víctima crucificada por los poderosos de su tiempo, como decía Julio Lois.
   Que él ejerció la misericordia de un modo conflictivo porque anteponía el hambre a las prescripciones legales, y que eso es lo que hacemos cuando la acogida desafía las leyes de extranjería y la hospitalidad se convierte en un acto de desidencia, guardando los miedos, porque hemos aprendido que “cuando las puertas abiertas de casas particulares plantan cara a fronteras plagadas de cuchillas asesinas, se está ejerciendo la misericordia conflictiva de Jesús” (Pepe Laguna).

    Para olvidarme, eso ,  del hombre ajeno a la historia, con esos adornos que le pusieron los que querían escondernos su mensaje bajo dogmas abstractos y al que he descubierto humano y real, condenado por su rechazo a la opresión tanto del poder político como del religioso.

   Para no olvidarme de que la tierra y sus bienes son cosas comunes, de todos, que no debemos apropiarnos ni conquistar. Y repetir con Stiglitz que me parece terriblemente injusto que en un mundo con tanta riqueza y abundancia haya tanta gente que vive con pobreza.
 

Y que hay que humanizar el derecho y la justicia penal porque la “justicia social” debe anteponerse a la “justicia legal”.

    Para recordarme que siga considerando la pobreza como un “pecado social” denunciando las desigualdades como Casaldàliga, quien mantiene que “detrás de la injusticia hay una responsabilidad humana”.

     Que nuestro ”espacio liberado”, como le denomina una compañera, no puede olvidarse del forastero, del huérfano, de la viuda, de reconocer al otro, para que nunca se convierta, como tantos otros, en “cueva de ladrones”. 

    Para no olvidar que, como dijo Javier Baeza, hemos de reclamar la memoria y denunciar que no se puede construir una nueva Europa sin acoger a los que vienen, a quienes hemos esquilmado también en África.
 
     Para recordar que este sistema ha quitado del centro a la persona y ha colocado en su sitio al “dios dinero” con su sumo sacerdote , el mercado, que exige continuos sacrificios y que nunca se sacia.

     Para no olvidar, en fin, lo que aprendí desde joven aquí, que es que a los crucificados de hoy día es a quienes hemos de bajar de la cruz.




jueves, 20 de octubre de 2016

A DESHORA Y A CONTRAMANO

    


Siempre que encuentro al hombre de mi vida,


                    resulta que él ya ha encontrado
                                a la mujer de la suya...


                                                         





















"En la ciudad,
perdidos yo y tu Nombre,  
el mundo es tan pequeño como un nido olvidado,
tan triste como un pájaro sin alas ni gorjeos.

¡Pero tus Alas cubren su llorada miseria,
mi dormida esperanza!" 



 (P. Casaldáliga)




lunes, 10 de octubre de 2016

CONTRA TODAS LAS PENAS DE MUERTE


La Pena De Muerte.


Fui lapidada por adúltera.

Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella,

arrojó la primera piedra,
autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos.



Me arrojaron a los leones
por profesar una religión diferente a la del Estado.



Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio,
encarnado en mi pobre Cuzco negro,
y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.



Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.


Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos.
Mi señor era el brazo de la Justicia.



Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas,

merced a un contubernio católico-protestante.


Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios

consideraron aberrante que propusiera incluir

los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.


Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.



Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote,
a causa de una interna de federales.


Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.



Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad,

sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien,

como suele decirse de los embriones en el claustro materno.



Me arrearon a la cámara de gas
por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.



Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos,
arrojándome semivivo a una fosa común.

A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales
supieron con certeza qué delito merecía la pena capital.
 

Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable.  

Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar.

 

Cada vez que se alude a este escarmiento,

la Humanidad retrocede en cuatro patas.




("La pena de muerte".- María Elena Walsh)



Foto: José Palazón
        Hoy día, además, condenamos a la pena de muerte, con las políticas migratorias, a todos aquellos que se ven obligados a huir de las guerras, de la hambruna, de la persecución y la violencia; les arrojamos al mar, les negamos la supervivencia, rajamos sus carnes con cuchillas para que se desangren y mueran torturados...  

      Solo la suerte, la providencia, o como cada uno quiera nombrar a la carambola que a veces hace que sobrevivan a todo eso, puede cambiar su destino.
           Como en la Edad Media, seguimos practicando el "Juicio de Dios".






 
Foto: Santi Palacios.

jueves, 6 de octubre de 2016

RISAS PARA TUMBAR FRONTERAS




Foto: José Palazón

A esta tierra tan seca y aterida
helada, olvidada y derrotada,
que sigue creyendo en su victoria
a fuerza de desfiles y banderas,
llegaron los payasos,
esos que dicen: ¡Basta!
¡Risas contra los muros!


Y nos invitan a una fiesta 
que romperá el silencio.
Con el baile, la acróbata, el payaso,
los músicos,  la vida…
Y que traen la rebelión en cada gesto,
Foto: José Palazón
Y vienen al rescate de los inocentes.



Payasos que despojan de sus caretas
a los opresores que imponen el terror.
Y les dicen a la cara
que en este mundo, caben todas las risas.
Y también todas las utopías.

Ante la injusticia y la violencia,
responden con sus armas:
la nariz roja, la sonrisa y el humor.

Fiesta revolucionaria que cura las heridas,
que hará de nuevo que renazca la aurora,
con la sonrisa de los niños, víctimas inocentes,
y la de los adultos que les tienen en hombros.

Vean esas piruetas sobre la cuerda floja de la vida,
que es capaz de derribar vallas de la vergüenza,
y que, como el arco iris tras la lluvia,
desalambra los corazones para romper fronteras.

Y que hace estallar la fraternidad,
la ternura recobrada que nos invita a todos al baile.
Y la magia que ayuda a olvidar derrotas.



Hoy hay más alegría,
y somos como esos niños,
capaces de señalar al emperador
gritándole que está desnudo.





Foto: José Palazón.















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PALLASOS EN REBELDIA:

 
Defender los Derechos Humanos con la herramienta de la cultura.
Despertar la esperanza a través de las artes circenses.
Desarrollar la fraternidad entre los pueblos del mundo.
Luchar contra este sistema global de terror desde la utopia del clown.
#RisascontraMuros

Foto: José Palazón

    La Asociación Cultural y de Cooperación Internacional Pallasos en Rebeldía es un espacio artístico de solidaridad internacional, transformación política y fraternidad entre los pueblos que se expresa a través del clown y las artes circenses, en el que confluyen artistas de diferentes países, sobre la base de que la alegría y la risa pueden y deben ser transformadoras.

     Pallasos en Rebeldía está constituida como una red internacional de grupos artísticos que promueven la solidaridad y la risa como motores de cambio social; combaten culturalmente al lado de las colectividades que hacen frente a este sistema global de terror desde la magia del Circo; y que apuestan por una Humanidad más bella y más justa desde el universo del Clown.

La risa como herramienta para la liberación de los pueblos oprimidos.


"Los payasos somos los casos azueles de la Humanidad, porque la risa es el alimento del alma".

  (Iván Prado )

lunes, 3 de octubre de 2016

LOS GLAYUS, SEMILLAS QUE GENERAN EL BOSQUE.




       “Glayu” es el nombre asturiano del Arrendajo, un ave de la familia de los córvidos, pero que no tiene nada que ver con la imagen del pájaro de color negro, pues su colorido es muy llamativo: marrón, negro, blanco, azul… Además de alimentarse y sacar a su prole adelante, tiene la costumbre de esconder semillas y frutos como las bellotas, que entierra y almacena  con habilidad en el suelo, entre las grietas de las piedras o muros de las fincas y en la corteza de los troncos.

       Tantas esconde, he leído que a veces alrededor de 5.000, que es fácil imaginar que no siempre recuerde donde las ocultó, por lo que muchas de estas semillas germinan y se convierten en preciosos árboles jóvenes que regeneran los bosques.



       Así es la labor de la Asociación Los Glayus, que desde hace muchos años depositan semillas con esa filosofía de vida de educar en valores, de la dinamización comunitaria y el uso saludable del tiempo libre. Es el resultado de la unión de un grupo de profesionales (psicólogos, animadores socioculturales, educadores y trabajadores sociales) con un proyecto cultural, educativo, social y de animación, destinado especialmente al ámbito de la educación no reglada.

     Consideran que educar en valores empieza por encontrar las contradicciones que vivimos día y día, potenciar la capacidad crítica así como la puesta en prácticas de opciones solidarias y, con este objetivo,  ponen en práctica diversos talleres desarrollados en los centros escolares del Principado de Asturias.

        Talleres divertidos, dinámicos, participativos, donde caben todos los escenarios: educar para la convivencia, la salud, la prevención de drogodependencias, educación medioambiental , coeducación y análisis del sexismo, resolución de conflictos, educación afectiva, habilidades sociales, etc…

     Otro de sus maravillosos recursos educativos es el teatro. Los Glayus llevan más de 10 años con talleres de teatro juvenil e infantil en diversos municipios asturianos. Desde esos talleres, proponen una amplia oferta que combina técnicas teatrales con juegos y otras formas lúdicas que fomentan el ambiente cooperativo.  Tienen, además, lo que llaman "teatro terapeútico", es decir,   "una serie de aplicaciones de talleres de teatro y expresión corporal, pero adaptados y aplicados a personas mayores". Se trata de una metodología que ha desarrollado este colectivo, a partir de elementos del teatro como recurso educativo; del teatro social; del ámbito de la pedagogía; del ámbito de la animación sociocultural... En la actualidad trabajan con varios grupos de teatro de personas mayores por diversos lugares de Asturias: Villaviciosa, Cudillero, Belmonte,Somiedo, Cabranes, Venta las Ranas, etc.



        Uno de los ámbitos a los que este colectivo ha aplicado la intervención social desde el teatro ha sido el del trabajo con personas mayores en zonas rurales.  El encuentro entre mayores de 65 años y el teatro o viceversa, ha sido un encuentro entre personas, venciendo a la soledad, y revitalizando a su comunidad.

   Desde el 2010 han sido reconocidos oficialmente por la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias como Escuela de Tiempo Libre y varios ayuntamientos asturianos cuentan con ellos para organizar cursos de monitores.

          Escuchar a un político decir que ya no concibe su ayuntamiento sin el Consejo Municipal de Infancia, no tiene precio... Que considere importante la voz de los niños y niñas porque son los que mejor y más piensan en el bien común, es emocionante.
  
        Y muy sorprendente, porque no estamos acostumbrados a ese tipo de ayuntamientos y comunidades autónomas  (impensable en la mía) que valoran a sus educadores, se apoyan en ellos y ven sus logros aplaudiéndoles.



     Impensable en  otras como la de Melilla, donde las asociaciones que conocemos y apoyamos, que  dinamizan la convivencia entre los ciudadanos, son señaladas como enemigas y su constante trabajo por el bien común, en lugar de ser defendido, es criminalizado. Y eso que estas instituciones están cubriendo la labor que las instituciones públicas deberían hacer por su propio cargo y responsabilidad.
     
      Por eso es alentador ver a estas otras administraciones que atienden y escuchan la voz de la infancia, y que, permitiendo y fomentando esta participación infantil, convierten lo que hacen junto a Los Glayus en una auténtica escuela de ciudadanía.

   








        Precioso comprobar que, como esas semillas que el pájaro esconde y que no recoge por lo que terminan germinando y floreciendo en su tiempo, también el Principado se repoblará de ciudadanos responsables, solidarios, comprometidos y felices.



    

(Jornadas del 29 y 30 de Septiembre de 2016 en Avilés)


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Los Glayus son  dinamizadores  tan apasionados en su labor que convierten lo que hacen en actividades apasionantes:



  • Importancia de poner el acento en lo que puede hacernos más que en lo que no puede hacerse; en las “capacidades” más que en las “discapacidades”.
  • En ocasiones nos ha ocurrido trabajando para algún centro o entidad lo que mostramos en este esquema: primero un mensaje tipo “estos chavales no entran por nada, no les interesa nada, no atienden a nada…”; después cuando se “enganchan” a nuestra actividad, es decir cuando parece que se ha encontrado algo (actividad y modo de llevarla a cabo sobre todo) nos suelen llegar comentarios de este estilo: “esa actividad es demasiado lúdica, no tiene relación con el curriculum ni con la vida del aula…”. En fin, que se tiende más a no valorar los logros y avances que aparecen delante de sus propios ojos, que a cuestionar el método y filosofía de trabajo propio que no parece estar funcionando de manera adecuada para alcanzar sus fines. Ya se sabe, “la culpa siempre es de los otros”. Vuelta a poner el acento en lo “negativo” de los otros, en las “discapacidades” de los otros, y no en sus “capacidades.”
  • Importancia de adaptar los materiales, técnicas y labor socioeducativa a cada uno (aquí es interesante ver el libro “El Aula Diversificada” de Carol Ann Tomlinson).
  • Importancia de no sobreproteger ni “malcriar” a las personas, porque les anula posibilidades de desarrollo.
  • Cómo abrir “la mente” para aprovechar las “grietas”, las puertas a las “maravillas” que se nos ofrecen cada día.
  • Todos somos “discapacitados” en algún aspecto, necesitamos de los demás, así que la verdadera discapacidad está en aislarnos, desconectarnos…, en la soledad forzosa o el individualismo egocéntrico.
  • Importancia de la mirada a aspectos de la realidad desde distintas perspectivas para enriquecer dicha mirada.
  • A nivel de participación infantil nos surge la pregunta: cómo hacer cosas que partan de los niños/as o que ellos protagonicen con ayuda de los adultos. Participar juntos, pero sin la imposición o el liderazgo necesariamente por parte de los adultos, sino compartido.
  • Por último señalar lo “traicionero” del lenguaje en tantas ocasiones. Expande o constriñe nuestro enfoque de aspectos de la vida.  Somos personas con capacidades diferentes.