“Glayu”
es el nombre asturiano del Arrendajo, un ave de la familia de los córvidos,
pero que no tiene nada que ver con la imagen del pájaro de color negro, pues su
colorido es muy llamativo: marrón, negro, blanco, azul… Además de
alimentarse y sacar a su prole adelante, tiene la costumbre de esconder
semillas y frutos como las bellotas, que entierra y almacena con habilidad en el suelo, entre las grietas
de las piedras o muros de las fincas y en la corteza de los troncos.
Tantas esconde, he leído que a veces alrededor
de 5.000, que es fácil imaginar que no siempre recuerde donde las ocultó, por
lo que muchas de estas semillas germinan y se convierten en preciosos árboles
jóvenes que regeneran los bosques.
Así
es la labor de la Asociación Los Glayus, que desde hace muchos años depositan
semillas con esa filosofía de vida de educar en valores, de la dinamización comunitaria
y el uso saludable del tiempo libre. Es el resultado de la unión de un grupo de
profesionales (psicólogos, animadores socioculturales, educadores y
trabajadores sociales) con un proyecto cultural, educativo, social y de
animación, destinado especialmente al ámbito de la educación no reglada.
Consideran que educar en valores empieza
por encontrar las contradicciones que vivimos día y día, potenciar la capacidad
crítica así como la puesta en prácticas de opciones solidarias y, con este
objetivo, ponen en práctica diversos talleres desarrollados en los centros
escolares del Principado de Asturias.
Talleres divertidos, dinámicos,
participativos, donde caben todos los escenarios: educar para la convivencia,
la salud, la prevención de drogodependencias, educación medioambiental ,
coeducación y análisis del sexismo, resolución de conflictos, educación
afectiva, habilidades sociales, etc…
Otro de sus maravillosos recursos
educativos es el teatro. Los Glayus llevan más de 10 años con talleres de teatro juvenil e infantil en diversos municipios asturianos. Desde esos talleres, proponen una amplia oferta que combina técnicas teatrales con juegos y otras formas lúdicas que fomentan el ambiente cooperativo. Tienen, además, lo que llaman "teatro terapeútico", es decir, "una serie de aplicaciones de talleres de teatro y expresión corporal, pero adaptados y
aplicados a personas mayores". Se trata de una metodología que ha desarrollado este colectivo, a partir de
elementos del teatro como recurso educativo; del teatro social; del ámbito de
la pedagogía; del ámbito de la animación sociocultural... En la actualidad trabajan con varios grupos de teatro de personas mayores
por diversos lugares de Asturias: Villaviciosa, Cudillero, Belmonte,Somiedo,
Cabranes, Venta las Ranas, etc.
Uno de los ámbitos a los que este colectivo ha aplicado la intervención social desde el teatro ha sido el del trabajo con personas mayores en zonas rurales. El encuentro entre mayores de 65 años y el teatro o viceversa, ha sido un encuentro entre personas, venciendo a la soledad, y revitalizando a su comunidad.
Desde el 2010 han sido reconocidos oficialmente por la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias como Escuela de Tiempo Libre y varios ayuntamientos asturianos cuentan con ellos para organizar cursos de monitores.
Escuchar a un político decir que ya no concibe su ayuntamiento sin el Consejo Municipal de Infancia, no tiene precio... Que considere importante la voz de los niños y niñas porque son los que mejor y más piensan en el bien común, es emocionante.
Y muy sorprendente, porque no estamos acostumbrados a ese tipo de ayuntamientos y comunidades autónomas (impensable en la mía) que valoran a sus educadores, se apoyan en ellos y ven sus logros aplaudiéndoles.
Impensable en otras como la de Melilla, donde las asociaciones que conocemos y apoyamos, que dinamizan la convivencia entre los ciudadanos, son señaladas como enemigas y su constante trabajo por el bien común, en lugar de ser defendido, es criminalizado. Y eso que estas instituciones están cubriendo la labor que las instituciones públicas deberían hacer por su propio cargo y responsabilidad.
Por eso es alentador ver a estas otras administraciones que atienden y escuchan la voz de la infancia, y que, permitiendo y fomentando esta participación infantil, convierten lo que hacen junto a Los Glayus en una auténtica escuela de ciudadanía.
Precioso comprobar que, como esas semillas que el pájaro esconde y que no recoge por lo que terminan germinando y floreciendo en su tiempo, también el Principado se repoblará de ciudadanos responsables, solidarios, comprometidos y felices.
(Jornadas del 29 y 30 de Septiembre de 2016 en Avilés)
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Los Glayus son dinamizadores tan apasionados en su labor que convierten lo que hacen en actividades apasionantes:
- Importancia de poner el acento en lo que puede hacernos más que en lo que no puede hacerse; en las “capacidades” más que en las “discapacidades”.
- En ocasiones nos ha ocurrido trabajando para algún centro o entidad lo que mostramos en este esquema: primero un mensaje tipo “estos chavales no entran por nada, no les interesa nada, no atienden a nada…”; después cuando se “enganchan” a nuestra actividad, es decir cuando parece que se ha encontrado algo (actividad y modo de llevarla a cabo sobre todo) nos suelen llegar comentarios de este estilo: “esa actividad es demasiado lúdica, no tiene relación con el curriculum ni con la vida del aula…”. En fin, que se tiende más a no valorar los logros y avances que aparecen delante de sus propios ojos, que a cuestionar el método y filosofía de trabajo propio que no parece estar funcionando de manera adecuada para alcanzar sus fines. Ya se sabe, “la culpa siempre es de los otros”. Vuelta a poner el acento en lo “negativo” de los otros, en las “discapacidades” de los otros, y no en sus “capacidades.”
- Importancia de adaptar los materiales, técnicas y labor socioeducativa a cada uno (aquí es interesante ver el libro “El Aula Diversificada” de Carol Ann Tomlinson).
- Importancia de no sobreproteger ni “malcriar” a las personas, porque les anula posibilidades de desarrollo.
- Cómo abrir “la mente” para aprovechar las “grietas”, las puertas a las “maravillas” que se nos ofrecen cada día.
- Todos somos “discapacitados” en algún aspecto, necesitamos de los demás, así que la verdadera discapacidad está en aislarnos, desconectarnos…, en la soledad forzosa o el individualismo egocéntrico.
- Importancia de la mirada a aspectos de la realidad desde distintas perspectivas para enriquecer dicha mirada.
- A nivel de participación infantil nos surge la pregunta: cómo hacer cosas que partan de los niños/as o que ellos protagonicen con ayuda de los adultos. Participar juntos, pero sin la imposición o el liderazgo necesariamente por parte de los adultos, sino compartido.
- Por último señalar lo “traicionero” del lenguaje en tantas ocasiones. Expande o constriñe nuestro enfoque de aspectos de la vida. Somos personas con capacidades diferentes.
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