viernes, 15 de febrero de 2019

CAMILO, ALGO MAS QUE CURA GUERRILLERO.

  “Con Camilo hubo un silencio, pero el silencio no se puede interpretarse como olvido. 
El tiempo de Camilo ya está en marcha” 
                                                   (Francois Houtart)


 El 15 de febrero de 1966, tal día como hoy, murió Camilo Torres Retrespo, el cura guerrillero, aquel que, preocupado desde su juventud por las desigualdades y la injusticia, se convirtió en uno de los personajes más importantes de la historia de Colombia y en símbolo de los movimientos sociales en América Latina.


 Nacido en el seno de una familia burguesa, su formación intelectual fue muy exigente. Su padre ostentó cargos públicos en Naciones Unidas, por lo que estudió en Europa y en Colombia.
 
En 1947 dejó los estudios de Derecho porque se sintió llamado a la vida religiosa.
Su familia se opuso.

Se escapó dejando una nota, pero su madre le sacó del vagón del tren en el que se marchaba y, enfurecida, le obligó a volver a casa y le encerró en su habitación varios días. 

Pero él era más obstinado que su madre y tras mucho diálogo familiar, se ordenó sacerdote.  

Siguió entonces estudios de Sociología  en la universidad de Lovaina, donde entró en contacto con las corrientes más progresistas de la Iglesia Católica.

Pero le marcó más su encuentro en París con grupos de cristianos que colaboraban clandestinamente en la lucha por la independencia de Argelia contra Francia.

El sindicalismo cristiano y las teoría sociológicas que se difundían en la época le sirvieron para abrazar la causa de los opromidos.

Ahí descubrió que era posible ser cristiano y tomar partido, incluso con las armas, por la causa de la liberación.

Cuando regresa a Colombia, dando clases en la universidad, se encuentra inmerso en el ambiente estudiantil que admiraba la reciente revolución en Cuba. Algunos de sus alumnos militaban ya en el ELN. 

Quizás también le influyeron aquellos guerrilleros que bajaron de Sierra Maestra para entrar en la Habana. Él, que desde el seminario manifestaba su preocupación por los problemas sociales y por la solución desde un punto de vista cristiano, alejado aún del marxismo, vió la imagen de aquellos que sobre desvencijados tanques de guerra y con palomas blancas posadas en sus hombros, acababan de derrocar a un dictador.




Se fijaría quizás, en un joven de tupida barba que iba sonriente tras esos tanques, montado a caballo y rodeado de gente que gritaban vitoreando la revolución.

Camilo Cienfuegos, a lomos de esa mula, evocaba para muchos la imagen de Jesús entrando a Jerusalen.

 Comenzó a decir la misa de cara a los fieles y en castellano, suprimiendo el aparato ceremonial, y en el terreno doctrinal mostró ideas muy avanzadas: aprobaba el noviazgo para los curas y seminaristas y abogaba por el diálogo entre cristianos y marxistas.

La jerarquía se sentía molesta con sus mensajes y su popularidad





Pero él, convencido de su vocación, pasaba mucho tiempo dedicando todos sus esfuerzos a sacudir hasta los cimientos todas las formas de poder y desigualdad, que identificaba
con el empobrecimiento del pueblo.

Formaba parte de la iglesia que se desarrollaba en los años 60, contestataria, internacional, defensora de que el cristianismo bien entendido suponía la creación de una sociedad justa e igualitaria.

Contrario al imperialismo norteamericano y a la oligarquía que le aplaudía, quería movilizar y vincular a los sectores pobres de la población para construir un nuevo estado.

"El deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionarioes hacer la revolución", escribió. "Los marxistas luchan por la nueva sociedad y, nosotros, los cristianos, deberíamos estar luchando a su lado".

Invitaba a sus alumnos a tomar contacto con los que vivían en los barrios marginados y a emprender tareas comunitarias con ellos.

Incomodaba a los poderosos.

Le destituyeron de la capellanía y de la cátedra de la universidad, le denunciaron como "peligroso comunista", tenía continuos enfrentamienos con la curia e incluso le advirtieron de que las fuerzas gubernamentales querian asesinarle.


Él siguió buscando la unidad entre los pueblos y asumiendo una concepción transformadora y revolucionaria de la sociedad. Primero había que derrotar el hambre, antes de estar discutiendo sobre si el alma es mortal o inmortal.

Publicaba los famosos "Mensajes", cada semana: mensajes a los cristianos y a los comunistas, muy significativos y en los que llamaba a la gente a la acción, porque consideraba necesario unir a los oprimidos contra los opresores.

 "La actividad notoria de Camilo Torres se dio en medio de las condiciones sociales y políticas de la época, caracterizadas internacionalmente, entre otras, por la guerra fría, el triunfo de la revolución cubana, la guerra de Vietnam, la polarización entre los Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, las luchas de independencia de colonias europeas en África, las dictaduras militares en varios países de Latinoamérica y los albores del Concilio Vaticano II. En Colombia se iniciaban los gobiernos del “pacto” del Frente Nacional, las posiciones de la Iglesia Católica eran en extremo rígidas y estaban del lado de quienes ejercieran el poder, preferiblemente de tendencias conservadoras, se vivían los periodos de la violencia partidista que afectaba principalmente a las áreas rurales del país con cuotas de miles de muertes aportadas por los sectores campesinos más desvalidos de la sociedad y era un periodo de gran agitación política en el interior de las universidades".  (CENTRO DE PENSAMIENTO CAMILO TORRES)


Su ejemplo propició el surgimiento de otros movimientos cristianos como el grupo "Golconda", o en Chile el grupo de "sacerdotes para el socialismo", apoyo de Salvador Allende e impulsores de personalidades como Ernesto Cardenal, que participó en la revolución sandinista de Nicaragua. También a comunidades de base, por lo que se le considera precursor de la Teoría de la Liberación.

Al no lograr cambios auténticos y profundos por medios pacíficos y legales, se planteó  la necesidad de la lucha armada como medio para "establecer una sociedad socialista". Esto le vinculó al ELN.

Este Ejército de Liberación Nacional llamó su atención porque le consideraba menos "contaminado" que otros grupos insurgentes. 

En 1965, dolorosamente, abandona el sacerdocio. Y una vez fuera de la vida religiosa, aunque no de sus convicciones cristianas, visitó un campamento guerrillero y pasó a a acción atrayendo a multitud de personas, por lo que le propusieron como candillato alternativo al Frente Nacional. 

Su discurso aglutinaba a gentes de diferentes tendencias de la izquierda, pero para él, el sistema estaba tan corrupto que había hecho del voto un instrumento inútil. El aparato electoral estaba en manos de la oligarquía y el que "cuenta los votos determina la victoria".

Finalmente, se incorporó a la guerrilla.

En febrero del 66, atrincherado con sus compañeros, camuflado entre los matorrales de la espesa selva, se encontraba en espera de un pelotón de soldados que patrullaban en esa zona.

Cuando aparecieron, los guerrilleros abrieron fuego, y los soldados repelieron el ataque.

Dicen que Camilo salió de su escondite de forma imprudente a recoger el fúsil de uno de los caídos, y entonces recibió los disparos del enemigo.

Sus compañeros cercanos intentan arrastrarle  para ponerle a salvo, pero ya ha muerto.
 
5 compañeros más caen al intentar recuperarle.

El grupo de soldados que le dio muerte,  escondió su cuerpo y lo enterró en un lugar desconocido.

Aún no se sabe donde reposa.

En 2016, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, aseguró que el estado buscaría los restos de Camilo Torres, como muestra de buena voluntad hacia el ELN. Sin embargo, a día de hoy, no se conoce su paradero.



 


Fue cura,  sociólogo, docente, activista político, entre otras muchas cosas, pero siempre se le recuerda como un revolucionario.


Además dejó un importante legado académico que nos lleva a comprender sus valiosos aportes como profesor e investigador. Parece que la Universidad Nacional quiere recopilar y contextualizar su obra, lo que permitirá encontrar la vigencia de su concepción de la sociología y la vigencia de sus propuestas.

Sí, fue un revolucionario al servicio del amor eficaz por la causa del pueblo.

¡Camilo vive, la lucha SIGUE!

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Enlaces de interés:

http://www.colombiainforma.info/camilo-torres-restrepo-insistir-en-lo-que-nos-une/

 http://camilovive.com/index.php/mensajes

https://loslibroslibres.files.wordpress.com/2010/08/camilo-torres-el-amor-eficaz-2010.pdf

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 VICTOR JARA / DANIEL VIGLIETTI

Donde cayó Camilo
nació una cruz,
pero no de madera
sino de luz.

Lo mataron cuando iba
por su fusil,
Camilo Torres muere
para vivir.

Cuentan que tras la bala
se oyó una voz.
Era Dios que gritaba:
¡Revolución!

A revisar la sotana,
mi general,
que en la guerrilla cabe
un sacristán.

Lo clavaron con balas
en una cruz,
lo llamaron bandido
como a Jesús.

Y cuando ellos bajaron
por su fusil,
se encontraron que el pueblo
tiene cien mil.

Cien mil Camilos prontos
a combatir,
Camilo Torres muere
para vivir.





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