BURÓCRATAS.
El funcionario mira su ordenador sin levantar los ojos.
Ni el teléfono ni la página web te han servido de nada.
No hay forma de comunicar, nadie te atiende.
Por eso estás ante él,
aunque el funcionario no quiera mirarte.
Tal vez no quiere sentirse reflejado en tus pupilas.
Los ojos, a veces, derriban murallas.
O quizás, teme enfrentarse a tu dolor,
prefiere defender la burocracia que le ata.
Piensa en su hora de salir,
en lo que queda de jornada.
Como quien oye llover, sin prestarte atención,
pregunta datos sin querer saber de tu vida y sus urgencias.
¿Será consciente de lo que él podría hacer por ti?
¿De que podría rellenar tus vacíos,
ser un canal que te saque de algunos infiernos?
Más, inmutable y sin mirar,
te dice: "NO HAY CITAS".
Habrá que volver a recordarles a todos los burócratas
que "SIN CITAS" NO HAY DERECHOS.
(Mariam del Toro)
“Para dominar a los hombres basta con una oficina bien montada –escribió Desclée de Brouwer en “El Hombre como mercancía”- Todo burócrata tienen en sus manos un instrumento de dominio. La gente depende de un sello y ese sello se lo tiene que poner un señor que está detrás de una ventanilla.