jueves, 12 de enero de 2012

IN MEMORIAM


                              Aunque te preguntes qué sentido tiene el sufrimiento, y por qué las cosas tuvieron que ser así, y parezca que caminamos en tierras de penumbra, diremos, como C.S.Lewis 
 "que el dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces."      
   
 
-    Me marcho, pero recuerda que siempre dijiste que sonreirías ante el destino… 

-       Pero tú me has enseñado a vivir… Y, ahora que he aprendido a acariciar el arco iris, no puedo acariciar  despedidas  para la eternidad. No puedo ver los colores  ignorando que te vas… Hay agua en mis ojos.

     -  No,  no… cierra los ojos.  Me voy pero te esperaré al otro lado.  También llegará tu momento para marchar. Ahora, solo cierra tus ojos al menos unos instantes… solo unos instantes…

       -  ¿Y después?

       -  Después podrás  vivir otra vez, serás fuerte  sin que nadie te vea, sin que veas a nadie. Pero ahora solo cierra los ojos cuando llegue el momento.

     -  De acuerdo. Te dejaré ir. Solo promete que volaremos un tiempo en el espacio, como una  par de pajarillos que se dirige allá donde jamás pudimos ir. Solo promete eso…

      - Y tú recuerda que prometiste sonreir siempre al destino….

                                                  ** **  **   **    **

          Hay una canción que dice: “No se acaba el amor solo con decir adiós.  Hay que tener presente que el estar ausente no anula el recuerdo, ni compra el olvido, ni nos borra del mapa. (Ricardo Arjona)

          Solo con decir adios, no desaparece el recuerdo de tu risa, de tu alegría, de tus enfados, de tus brazos alrededor de mi cuello, de tus juegos y tus primeras palabras en español, tus miradas llenas de asombro, tus comentarios inteligentes, tu convencimiento de que tenias dos mamas, una en casa y otra española,  de la esperanza que reflejabas cuando hablábamos de la enfermedad,  de tu  risa cuando curaba algún arañazo si caias jugando, o de la bici que lanzabas a toda carrera haciendo que a Enrique y a mí nos diera taquicardia...

    ¿Recuerdas cuando hablábamos de la muerte? Tú decías que  íbamos a ir al infierno porque no rezábamos, pero que ibas a esperar en la puerta para decir que nosotros, aún sin rezar, habiamos sido buenos… Que ibas a pedir que nos dejaran entrar a tu paraíso. Pero yo percibía que te inquietaba saber qué era ese paso a otra vida. Yo te expliqué lo de la  botella ¿Te acuerdas?

           Aquello de ¿A dónde va la gente cuando muere?  Y que algunos piensan que  lo único que muere es su cuerpo. Es como cuando una botella llena de agua se rompe. El recipiente se ha hecho trizas, pero lo que había dentro -el agua— perdura. La parte de la persona que perdura tras la muerte del cuerpo a menudo se denomina "alma" o "espíritu". Algunas personas creen que el alma es la parte del ser humano que ama, siente y crea; es la parte que nos convierte en quienes somos, pero nadie sabe a ciencia cierta lo que ocurre después de morir. Hay muchas creencias diferentes sobre esta cuestión… Y te contaba lo que aquí se cree, lo comparaba con lo que creen en tu país, con lo que creen los hindúes…
  
        Y me parece sentir tu voz en mi corazón, y en el susurro del viento, en el murmullo del agua, en el tamborileo de la lluvia, en el tacto de la arena y en la fragancia de la flor, en el calor del sol y en la luz de la luna, en el balbuceo de cada niño, en la canción que se oye de lejos y  en el ritmo de los darbukas...

       ¡Ay, los recuerdos,  que en este 3 de Enero se disparan por todos los lugares donde miro! Cuando abro un cajón y aparece un dibujo tuyo, una foto de carnaval, un juguete que quedó por ahí... Es como sentir aún el roce de tu mano, la que sujeté hasta el final y que me hace  saber que estuvimos juntos hasta el último momento.  

       Y  ese recuerdo de que, aún rodeada de nuestra gente, de toda nuestra gran familia, me sentí sola. Pero como dice también otra canción: Realmente no estoy tan sola… ¿Quién te dijo que te fuiste? Si uno no está donde está el cuerpo, sino donde más lo extrañan. 
                  ¡Y a ti se te extraña tanto!

 
       Me esperarás al otro lado, que la diosa Hécate sea benevolente, porque  también moriré algún día. Pero antes, sonreiré al destino, como te prometí, porque lo que tengo que hacer ahora es  ¡VIVIR!

1 comentario:

  1. Qué lindo, Toñi! Y qué mal rato. Las lágrimas y el recuerdo de un niño tan tierno y tan inocente no me dejan seguir pero nunca podré olvidar esa mirada en busca de felicidad.
    Un beso fuerte

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