lunes, 2 de enero de 2012

LA BALADA DE L@S MOSQUETER@S.

 Amig@s:
      Quizás os guste  saber que, vosotros, sois la gente que me gusta.

     Dicen que los amigos son los hermanos que uno elige. Por eso voy a dedicar esta carta a los que un día comenzaron a serlo demostrando que hay lazos que vinculan más que la genética, porque somos libres en actos y sentimientos.

     Con ellos tengo  una cita, casi siempre en navidad,  porque alguien de ésta  nuestra pequeña banda vuelve a Madrid por esas fechas.  Una vez al año, quizás dos,  y cuando nos reunimos parece que fue ayer cuando hablamos la última vez. Tardes que acaban con veladas en algún garito mítico del jazz de Madrid, tras una cena de picoteo, de raciones, ya sea en el  gallego “Maceda” o en otro local de ricas y abundantes viandas regadas con cerveza y vinos.

          Esta pasada ocasión, disfrutamos en Clamores, con la banda Red House acompañada de Lou Marini, sus baladas, sus “blue dreams” y sus divertidos comentarios y puesta en escena.   Y ya espero, echo de menos, la siguiente cita para disfrutarla.

          Somos seres incompletos, necesitados de los demás, de cultivar relaciones sociales para madurar afectivamente. La Psicología define el afecto de diferentes  modos. También la Filosofía habla de sentimientos y emociones. En general, todas las disciplinas se ocupan de conductas, de conciencias, de amor… Y dicen los expertos que el amor que recibimos de los demás es factor determinante para nuestro desarrollo y equilibrio.

        Pues bien, si no es natural ser y estar solos,  nadie crecerá como persona en soledad.  Pues sólo con esta reflexión, ¡ahí es nada!, se percibe la importancia de tener amigos. Como esos con los que yo cuento, como vosotros…

          Como dicen en las canciones, me basta saber que existe en mi vida gente como vosotros  para alegrar mi corazón, porque sin amigos  mi vida no tendría sentido.

       Ahora que, de casi todo, hace 30 años más o menos, de los primeros años de facultad, donde nos encontramos, de nuestras primeras batallas comunes, cuando recordamos, somos aún capaces de sonreir…

       Por todos los detalles de esta andadura común,  ¡Gracias! 

          Por hacerme sentir en carne viva esta frase del  Principito:
               “No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.”

           Gracias por cada una de vuestras palabras, siempre oportunas, siempre adecuadas, que me han ayudado a ser yo misma, a salir del lado oscuro de la luna tantos dias y tantas  noche, poníendole además gorros festivos.

               Por hacerme ver que puedo volar y sacar lo mejor de mi.

             Por enseñarme el valor de la lealtad.

     Por las veladas, los viajes, los descubrimientos, las confidencias, todos aquellos momentos en que me he reído hasta dolerme las mandíbulas.

     También porque habeis recogido mis lágrimas en las ocasiones duras y por hacerme sentir vuestro cariñoso calorcito humano. O por dejarme compartir las vuestras y apreciar ternura en ello.

    Por alumbrar mi desorientación, cuando perdía la brújula;  y por darnos cuenta juntos de que la vida sigue, siempre, hacia delante.

        Por esos otros momentos en que hemos compartido conversaciones para arreglar el mundo, para criticar, para enfadarnos, para rebelarnos, para discutir los pros y los contras de la política, de los políticos y de los afectados…

         Por escucharnos unos a otros cuando contábamos que nos habíamos enamorado, o que ya no nos querían, o que no sabemos que hacer con las relaciones; que algun@ habia sentido una mirada especial, que alguien habia jugado con nuestro pelo…
    
       Por hacerme consciente de que la ausencia  no significa olvido y por ser lo más preciado que poseo...

       Gracias, porque, aunque se que os debo mucho, también se que nunca me pasareis factura. Y porque me siento feliz al saber que  aquello de “amigos para siempre” tiene verdadero sentido con vosotros, porque significa “que siempre seremos amigos”.

          Seguro que sabeis de quién estoy hablando….

         De  ti, que me pintabas unicornios azueles cuando perdí el mio y por ser , como dice Benedetti, de la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. Gente que con su energía, contagia.

     De ti, que me has hecho sentirme importante, que me has valorado, que eres además, también como dijo Benedetti, de esa gente que  posee sentido de la justicia, que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. De la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,  la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

       
Y también de ti, que me has llamado en mi cumple siempre a lo largo y ancho del planeta, que has estado ahí, discretamente, a través del correo, del facebook o del teléfono, para escucharme, para animarme, para con dos o tres palabras, darme todo un curso de resistencia.  Y también con Benedetti te digo que me gustas porque eres de la gente  capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.  De la  gente que lucha contra las adversidades y tiene personalidad.

          Sí, a esta gente llamo mis amigos.  

       Y con el poeta digo que Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido”.

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