Cuando una mujer de cierta tribu de África sabe que está embarazada, se
interna en la selva con otras mujeres y, juntas, rezan y meditan hasta
que aparece la canción del niño.
Saben que cada alma tiene su propia vibración, que expresa su particularidad, unicidad y propósito…
Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta.
Luego, retornan a la tribu, y se la enseñan a todos los demás.
Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción…
Cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción…
Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta…
Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción…
Y, finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama, e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición.
En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción…
Si en algún momento, durante su vida, la persona comete un crimen o un acto social aberrante, la tribu le lleva al centro del poblado y forma un círculo a su alrededor… Entonces le cantan su canción.
La tribu reconoce que las conductas antisociales no se corrigen a través del castigo, sino con el amor y el recuerdo de su verdadera identidad.
Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros.
*******************************
Escrito por Tolba Phanem, poeta africana defensora de los derechos civiles de las mujeres africanas.
El día que comenzamos la iniciación a la meditación, la querida amiga que nos invitaba nos leyó este pasaje.
Saben que cada alma tiene su propia vibración, que expresa su particularidad, unicidad y propósito…
Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta.
Luego, retornan a la tribu, y se la enseñan a todos los demás.
Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción…
Cuando el niño comienza su educación, el pueblo se junta y le canta su canción…
Cuando se inicia como adulto, la gente se junta nuevamente y canta…
Cuando llega el momento de su casamiento, la persona escucha su canción…
Y, finalmente, cuando el alma va a irse de este mundo, la familia y amigos se acercan a su cama, e igual que para su nacimiento, le cantan su canción para acompañarlo en la transición.
En esta tribu de África hay otra ocasión en la cual los pobladores cantan la canción…
Si en algún momento, durante su vida, la persona comete un crimen o un acto social aberrante, la tribu le lleva al centro del poblado y forma un círculo a su alrededor… Entonces le cantan su canción.
La tribu reconoce que las conductas antisociales no se corrigen a través del castigo, sino con el amor y el recuerdo de su verdadera identidad.
Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros.
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Escrito por Tolba Phanem, poeta africana defensora de los derechos civiles de las mujeres africanas.
El día que comenzamos la iniciación a la meditación, la querida amiga que nos invitaba nos leyó este pasaje.
Foto publicada por ACNUR. |
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