"Escribo
la miseria y la vida infausta de los habitantes de las favelas. Yo era rebelde,
no creía en nadie. Odiaba a los
políticos y a los patrones, porque mi sueño era escribir y el pobre no puede
tener un ideal noble. Yo
sabía que iba a aglutinar a los enemigos, porque nadie está acostumbrado a ese
tipo de literatura. Que sea
lo que Dios quiera.
Yo
escribí la realidad".
Carolina María de Jesús vivió en la favela de Canindé,
en la zona norte de Sao Paulo.
Iba escribiendo la cotidianidad de su comunidad en
cuadernos y hojas de revistas que encontraba en la basura. Está considerada
como una de las primeras y más importantes escritoras negras de Brasil.
“... Hoy no tenemos nada para comer. Quería invitar a los hijos para
suicidarnos. Desistí. Miré a mis hijos y quedé con dolor. Ellos están llenos de
vida. Quien vive, necesita comer. Quedé nerviosa, pensando: ¿Será que Dios me
olvidó? ¿Será que él quedó enojado conmigo?"
"1 de enero de 1960: Espero que 1960 sea mejor que 1959. Sufrimos tanto en 1959 que uno tiene ganas de decir: vaya, vaya, no más... No lo quiero a usted más. Este 1 de enero me levanté a las 7 y fui a buscar agua".
El padre era un bohemio que tocaba el violín y aparentemente nada laborioso. Por eso, la madre tuvo que ser el sustento de la familia. En cuanto a su corta escolaridad en Sacramento, la realizó en el Colegio Allan Kardec, primer Colegio Espiritista de Brasil. Pero toda su educación formal duró tan sólo dos años, dado que tuvo que comenzar a trabajar muy precozmente.
En el mes de agosto de 1960 se produjo en São Paulo
(Brasil) uno de los fenómenos editoriales más espectaculares que se recuerde en
la historia de aquel país y probablemente de los pocos ocurridos en el mundo
entero.
En tan sólo tres días se agotaron 10.000 ejemplares de
“Quarto de Despejo”, de Carolina María
de Jesús, que pasó a ocupar el primer lugar en la lista de los libros más
vendidos, ubicación que mantuvo durante seis meses consecutivos:
¡El libro de
una mujer negra que recogía papeles y comida de los basurales para poder
alimentar a sus tres hijos sin padre!
El enorme, el gigantesco personaje de este libro es el
HAMBRE. De la primera a la última página aparece con una constancia monótona,
casi exasperante. Los demás personajes van surgiendo como consecuencias de la
miseria: prostitución, violencia, alcoholismo, robos.
Redactado en forma de diario, día por día las sucias
hojas de papel que Carolina había conseguido obtener por las calles fueron
recibiendo sus relatos y sus narraciones. El intenso dramatismo de su contenido
ya comenzaba a ser dramático a partir de su mismo continente. Los seres humanos
que desfilan por sus páginas son todos reales, y aparecen mencionados con sus
propios nombres.
Carolina va describiendo su hambre y el hambre de sus
vecinos con una escritura vigorosa y, paradójicamente pulcra en su revelación
trágica de una realidad que representa una tremenda acusación a toda la
sociedad. Alcanzó una síntesis perfecta al señalar aspectos que son comunes a
todos los seres humanos. Por ello su libro es universal, a pesar de
particularizar la tragedia de una colectividad marginal brasileña.
Es un verdadero documento que retrata en forma
directa, cruda, sin artificios ni eufemismos, la esencia misma de la miseria
más degradante. Pero es también un mensaje de esperanza, ya que al mismo tiempo
que va narrando los dramas cotidianos de su entorno no se cansa de anhelar un
mundo mejor.
Este libro habla a todas las personas del planeta. Es
angustia, es dolor, pero asimismo es un penetrante deseo de cambio. Por eso, ha
podido ser profundamente comprendido. Carolina es una verdadera generadora de emociones: la sinceridad de
sus sentimientos se muestra conmovedora en su misma espontaneidad.
Carolina María de Jesus nació en 1915 en Sacramento,
Estado de Minas Gerais (Brasil), donde vivió durante su infancia y su adolescencia.
Descendiente de esclavos, era hija de negros que probablemente migraron de
Desemboque a Sacramento, cuando se produjo el cambio en la economía de la
extracción del oro hacia actividades agropecuarias.
El padre era un bohemio que tocaba el violín y aparentemente nada laborioso. Por eso, la madre tuvo que ser el sustento de la familia. En cuanto a su corta escolaridad en Sacramento, la realizó en el Colegio Allan Kardec, primer Colegio Espiritista de Brasil. Pero toda su educación formal duró tan sólo dos años, dado que tuvo que comenzar a trabajar muy precozmente.
Era alta e imponente, y hasta hubo quien dijo que hablaba con la autoridad de
una princesa africana. Podría haber sido un número más en las estadísticas de
desocupación, miseria y hambre del Brasil. Fue, sin embargo, uno de los mayores
fenómenos literarios de su tiempo. Llegó a ser mundialmente conocida con la
publicación de su primer libro, "Quarto de Despejo", pero el fracaso de sus obras
posteriores y otros factores colaterales la llevaron a vivir nuevamente en la
pobreza.
Falleció en febrero de 1977, olvidada e ignorada.
"Quarto de Despejo" es un relato de hechos verídicos
vividos o presenciados por la autora. Registrados bajo la forma de diario,
constituyen una secuencia ubicada en el tiempo por medio de fechas. Algunos
acontecimientos están contados más de una vez, quizás por una necesidad de
darle más intensidad al relato. Su narración es lineal y su discurso es
directo, entremezclándose con reflexiones que demuestran una profunda sensibilidad
y un agudo sentido crítico. No es una autobiografía de tipo confidencial: es el
fortísimo relato de una mujer con sus angustias, sus anhelos, sus dudas, sus
interrogantes…
El título se refiere a la sensación que la autora tenía de vivir en ese "quarto de despejo", es decir, la habitación destinada al desperdicio.
Además a la denuncia de las condiciones de vida
de una comunidad marginal hecha por alguien que disponía de un arma poderosa y
sabía cómo utilizarla: la PALABRA. Carolina expresó , describió, mostró el
sufrimiento y las amarguras del HAMBRE y la MISERIA.