RECIFE... BRASIL.
María (nombre ficticio), es una acogida en el CPP. Es joven,
comunicativa y lúdica, pero las cicatrices de su cuerpo traicionan una historia
de vida que contrasta con sus ojos brillantes y alegres. El viernes, 26 de
mayo, recibimos una noticia que nos sorprendió: María había recibido un disparo
en el cuello y se encontraba en el Hospital de la Restauración.
CPP: ¿Qué pasó?
María: Yo estaba sentada, fumando crack ... Primero él me llamó para ir a buscar un revolver, así que me fui. A mitad de camino me dijo que ya no lo necesitaba, entonces yo volví, me senté y seguí fumando. Después me levanté y me fui a la esquina y él se fue al callejón donde encontró a otro; ambos se acercaron y el otro ha llegado por detrás de mí y le dieron el nombre de "bobo", entonces sacó el revólver. Yo le grité: ¡Por el amor de Dios, no me mates, no! Él hizo el primer disparo, al tiempo que me daba la vuelta y me agarró del cuello. En mi mente se congeló el tiempo. Me acerqué a él, él con su revólver en la mano, que quiero apartar yo con la mano empujándolo, rogando que no dispare, de lo contrario me iba a matar. Corrió de nuevo hacia el callejón, luego me disparó y echó a correr. Vino la Caboclinho y caí en el suelo, mis piernas se debilitaron. Yo estaba en el piso sangrando pidiendo que llegase alguien para que me ayudase. Dos taxistas se detuvieron para ayudarme y llamaron a la policía. Vi llegar un coche de policía, me colocaron en él y me llevaron a la UPA.
CPP: ¿Por qué sucedió esto?
CPP: ¿Qué pasó?
María: Yo estaba sentada, fumando crack ... Primero él me llamó para ir a buscar un revolver, así que me fui. A mitad de camino me dijo que ya no lo necesitaba, entonces yo volví, me senté y seguí fumando. Después me levanté y me fui a la esquina y él se fue al callejón donde encontró a otro; ambos se acercaron y el otro ha llegado por detrás de mí y le dieron el nombre de "bobo", entonces sacó el revólver. Yo le grité: ¡Por el amor de Dios, no me mates, no! Él hizo el primer disparo, al tiempo que me daba la vuelta y me agarró del cuello. En mi mente se congeló el tiempo. Me acerqué a él, él con su revólver en la mano, que quiero apartar yo con la mano empujándolo, rogando que no dispare, de lo contrario me iba a matar. Corrió de nuevo hacia el callejón, luego me disparó y echó a correr. Vino la Caboclinho y caí en el suelo, mis piernas se debilitaron. Yo estaba en el piso sangrando pidiendo que llegase alguien para que me ayudase. Dos taxistas se detuvieron para ayudarme y llamaron a la policía. Vi llegar un coche de policía, me colocaron en él y me llevaron a la UPA.
CPP: ¿Por qué sucedió esto?
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