"Cuando un hombre está en el poder, necesita el consejo, el apoyo, el cariño y el aliento de sus gobernados, que han de ser sus amigos, no sus vasallos; pero si ese hombre se olvida que se debe al pueblo y no respeta derechos ni constituciones, el pueblo tiene la obligación de recordarle los deberes de la altura, e imponerle su soberanía, ¡si no por la razón, por la fuerza! "
Leandro Alem
Día 6 de Diciembre, fiesta de la Constitución española de 1978. Hay asuntos a los que no necesito añadir palabras, ya que se comentan por sí solos.
Los Derechos Fundamentales de los españoles se contienen en esta Constitución con plena fuerza normativa. De ahí que vinculen a todos los poderes públicos (artículo 53.1 CE), incluso al legislador.
El título I de la misma se abre con el artículo 10.1, a cuyo tenor "la dignidad de la persona, los derechos inviolabrles que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás, son fundamento del orden político y de la paz social".
Se reconoce, además, que existen derechos constitucionales vinculados a asuntos económicos y sociales, como son:
* la libertad de enseñanza y de cátedra.
* Libertad de sindicación y a su vez, no obligación de afiliarse.
* Derecho de huelga.
* Derecho a la negociación colectiva. (Que ahora los empresarios quieren cargarse).
* Derecho y deber de trabajar: Que incluye a su vez otros derechos fundamentales.
- Libre elección de profesión u oficio.
- Promoción a través del puesto de trabajo y mejora del puesto.
- Remuneración suficiente.
- No discriminación por edad o sexo en el trabajo.
- El estado deberá velar por una política de pleno empleo.
Y, también, aunque haya algún partido político que presenta recursos ante el Tribunal Constitucional, en el texto se reconoce el
*Derecho a un matrimonio igualitario: con igualdad jurídica entre las partes sociales.
Pues bien, parece ser que tenemos DERECHOS y DEBERES. Pero hasta el presente, solamente veo reclamación constante de los deberes de los ciudadanos, si bien no se cumple lo que está establecido como deber para los poderes políticos, y que son los derechos reconocidos en esta norma de orden superior:
* Derecho a la igualdad ante la ley, sin discriminaciones, en el contenido de la ley. (Lo veremos con la “Trama Urdangarín”.
*Derecho a la comunicación libre: libertad de expresión, producción y creación.
* Derecho a la información: A recibirla y a emitirla, con expresa prohibición de la CENSURA, EL SECUESTRO ADMINISTRATIVO y cualquier maniobra que dificulte el acceso a la INFORMACION y a LA CULTURA.
* Derecho a participar en asuntos públicos, directamente o mediante representantes DEMOCRATICOS.
* Derecho de reunión, manifestación y asociación.
* Derecho de poder dirigirse a los poderes públicos (art. 29) y derecho a participar en asuntos públicos.
Por todo esto, como hoy Izquierda Unida, hay que retirarse de los festejos patrios en torno a unos dictámenes que solamente son usados para sojuzgar a la ciudadanía y muy pocas veces para enaltecer la dignidad de cada persona. Cayo Lara ha dicho:
“Hoy no estamos aquí para celebrar el 33 aniversario de la Constitución española, sino el primer acto institucional de una Constitución absolutamente devaluada.
Hoy por tanto no tenemos nada que celebrar. Y denunciamos que el PSOE y el PPhan convertido la Constitución española en papel mojado.
Muchísimas gracias por vuestra atención y confiamos en que los propietarios de los medios de comunicación os permitan a los profesionales comunicar estas cosas a la ciudadanía”.
Efectivamente, no tengo ninguna gana de celebrar el establecimiento de un documento que esconde toda la hipocresía que podamos imaginar, que no sirve para garantizar los míminos necesarios para la vida digna de cualquier persona, y por eso me pregunto por qué no estamos todos presentando RECURSOS DE AMPARO ante los tribunales, ya que éste recurso se estableció para cuando haya VULNERACION DE DERECHOS RECONOCIDOS EN LA CONSTITUCION.
Realmente lo dejan para determinados artículos, no todos parece que puedan ser exigidos... Y además cuentan con la complicidad de nuestra desgana, nuestra desilusión, nuestros complejos, nuestros miedos...Todo lo que nos impide vivir con plenitud nuestra vida pública y política, así como creernos capaces de cambiar las cosas.
Pero lo somos. Tenemos que despertar, tenemos que seguir construyendo, exigiendo, defendiendo, señalando, denunciando...
Ya se, parece una vida dura. Pero ofrece un apasionante modo de vivirla.
Toñi.
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