Foto: José Palazón |
Sorprendentemente, en lugar de agradecer su labor humanitaria, las autoridades europeas les hacían responsables de un presunto delito de tráfico de personas. La bondad incuestionable de su obra de misericordia pasaba a interpretarse bajo el prisma conflictivo de una infracción penal al violar la ley de extranjería, que castiga la ayuda a inmigrantes "ilegales".
A mi juicio, esta dinámica paradójica y perversa que transmuta la bondad de una ayuda compasiva en actividad delictiva caracteriza de manera singular el ejercicio de la misericordia de Jesús. Sus acciones en favor de enfermos y pecadores activaron todas las alarmas de los "guardacostas imperiales", que vieron en las obras del Galileo una amenaza para sus leyes de extranjería.
No hay duda de que Jesús ejerció la misericordia de un modo conflictivo.
A Jesús no le mataron por ser bondadoso, lo ejecutaron
porque sus obras de misericordia cuestionaban “las leyes de extranjería” que
delimitaban las fronteras entre lo puro y lo impuro, entre el nosotros y el
ellos, entre el prójimo hermano y el extranjero enemigo, entre la obediencia a
la ley, que favorece la paz social, y la objeción de conciencia, que antepone
el sufrimiento a la norma. Esta es la misericordia “fronteriza” y conflictiva
de Jesús.
Jesús fue un judío doctrinariamente ortodoxo con unas
prácticas heréticas, y en el quicio de
esa disonancia es desde donde cobra sentido la tensión social, religiosa y
política que generaban sus actos de misericordia.
La misericordia de Jesús no solo minaba los mecanismos de
exclusión social, acciones que lo situaban como un hereje social, sino que,
además, contraviniendo la Ley judía, sus actos de caridad suponían una verdadera
herejía religiosa….
Sobre las obras de misericordia, especialmente sobre las
corporales, gravita la tentación del poder.
Todas las religiones tienen una relación compleja con el poder… La
alusión al poder como evidencia definitiva de la divinidad degenera en una
religiosidad milagrera en la que las obras de misericordia se reducen a manifestar la capacidad divina para
resolver problemas humanos saltándose las leyes de la naturaleza (Dios
solucionador).
Foto: José Palazón. |
Las obras de misericordia transitan en este tiempo
entermedio entre la cruz y la resurrección, entre impotencia y poder. Aquellos
que caminan por los márgenes de la historia auxiliando a hombres y mujeres
apaleados por bandidos saben bien a qué tiempo me refiero. **
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