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viernes, 31 de agosto de 2018

PEDRO, EL SOÑADOR DE CAMINOS.


“Si algo es capaz de dar sentido a la existencia humana, téngase la cosmovisión que se tenga, esto es la fuerza del amor. Tanto que, en verdad, “quien no ama permanece en la muerte”(1 Jn.3,14).
Y es que, en definitiva, no sólo existimos por amor, somos por amor. De ahí que propiamente podamos afirmar que somos lo que nos han querido”.

 
    Parece ser, querido Pedro, que has comenzado tu cuarta vida.
 
    Tú siempre decías, medio en broma, medio en serio, que habías tenido tres vidas:
    -“La primera fue una vida corriente, la segunda la pasé en la calle y, ahora, en la tercera, intento que las anteriores rueden al unísono, sin chirriar demasiado.”
 
  Y ante nuestro dolor, has partido seguramente hacia esa cuarta que no conocemos, seguro que en otra dimensión donde serás tan grande y tan inmenso como mereces.
 
    Allá por el 2007, en aquellos tiempos en que luchábamos porque no cerrasen San Carlos Borromeo en Entrevias, una de aquellas semanas de múltiples actividades en común unión con tantas personas que se unían a la protesta, apareciste ante mí y te presentaste.
 
¡Y conectamos enseguida!

¡Y parecía que nos conocíamos de siempre!
 
    Estaba mi hermano pequeño, sobreviviendo a sus propias luchas, y os hicisteis también amigos.
 
Porque pertenecemos a la tribu universal.
 
Porque esta vida nos regala el milagro del encuentro que da frutos.
 
Porque quisimos construir con otros la nueva posibilidad, algo común y posible para todos.
 
Porque, como canta Vinicius de Moraes, “la vida es el arte del encuentro, aunque haya tanto desencuentro por la vida”…
 
    Eras un ser excepcional y resumir tu vida es complicado.

Madrileño-asturiano, creaste una empresa, te casaste, tuviste 2 hijos, y dabas conferencias en La Sorbona de París, sobresaliendo en eso que consideran “éxito” en el sistema capitalista…
 
Un día tuviste un desajuste emocional que creó un cortocircuito mental y todo se fue a pique…
 
Y como tú mismo contabas, pasaste de pagar en los mejores restaurantes con tarjeta VIP a usar esa misma tarjeta para dormir en el interior de un cajero.
 
“Es una marca que no se te quita, decías, yo soy distinto de los que no han dormido en la calle. Es imposible trasmitir lo que se siente”.
 
Y nos enseñaste, mi querido amigo, que la palabra indigente, que tiene sus raíces en el latín, proviene de las palabras “in” y “digere”, que quiere decir “no posee”.
 
    Sin ningún adjetivo más.
 
    Es decir, no posee ni dinero, ni ropa, ni techo, ni hogar, y como añadías, tampoco poseen derechos.

       Por eso, comenzaste a escribir en el blog “Sinhogar.org”, donde denunciabas y demostrabas con cifras y datos reales lo lejanos que estaban los servidores públicos de realizar bien su cometido, la falta de eficacia de los servicios sociales, las malas condiciones de los albergues, los recortes del RMI y otros servicios,… Y reclamabas una asistencia sanitaria adecuada, porque, decías, las calles de nuestras ciudades se van convirtiendo en los psiquiátricos de antes”.
 
      Ponías la cara colorada a los del ayuntamiento y la comunidad de aquel momento. Recuerdo aquella carta abierta al insigne Alberto Ruíz Gallardón, en el 2011, por aquellas campañas de “Madrid limpio es capital” cuando se postulaba la ciudad para los Olímpicos, o “Madrid es excelente” y tú les contestabas:
“También humanamente”…  
 
     Porque, cuando alguien llega a la calle, al principio se encuentra en buen estado, solo tiene el shock traumático de la situación, y es cuando los Servicios Sociales deberían intervenir con más facilidad, pero, aunque parezca increíble, estos dicen que no pueden ayudar porque “no das el perfil”.
 
    Contabas que habias conocido en la calle a abogados, doctores en filosofía pura con tres idiomas, farmaceútico, cocinero de prestigio, economistas, caddies de golf, soldadores y todos los oficios de la construcción.

     Gente sorprendente de la que después nos ibas a hablar en tu libro “Reducción de daños”.
 
    Pero nunca les ayudaron al principio, ese primer día que tuvieron que dormir por primera vez en la calle.

     Solo cuando estás mas deteriorado y hundido es cuando ya das el perfil y puedes recibir alguna ayuda”.
 
     ¡Olvidamos tan a menudo que existe esa fina raya que nos separa de una u otra situación!
 
    Tú conseguiste salir a flote de nuevo, comenzar la tercera de tus vidas, montar las librerias a las que dedicaste todo tu amor por los libros.
 
   Te habías convertido en lo que llamaban en los medios “El indigente mediático”, porque te solicitaban en las tertulias, te dieron espacio en la radio en programas como el de Isabel Gemio, los domingos tempranito, cuanto también Enrique de Castro nos hablaba en dicho programa.
 
     Además de tu blog, se conocía tu canal de Youtube “Telepobre”
y tu asociación “Desde la calle”.
 
    Lo único que no se conocía  era tu rostro.
 
    Por entonces, solo permitías a los periodistas que fotografiasen tus pies.
 
    Tu interés solo estaba en mostrar los aspectos positivos de los que viven en las calles, sus iniciativas y su superación personal. Erradicar la vinculación con categorías sociales estigmatizadas…

     ¿Recuerdas el año de las cestas de Navidad?
 
    Una empresa te había ofrecido algunas para regalar a quienes hubieran tirado hacia adelante. Me llamaste para pedirme la dirección de mi hermano, en ese momento en un piso terapeútico, porque decías que era de los que “con dos cartones” superaban su situación.

    ¡Y que bueno fue reencontrarnos, tras tu estancia en Málaga, de nuevo en Madrid, en aquella librería donde habias comenzado a trabajar!
 
     Y desde entonces,
¡cuántos correos intercambiados por presentaciones de libros!
 
     En diciembre del 2012 me invitabas por fin, a la presentación del tuyo y me decías: “Me encantaría que pudieras acercarte y verte por allí”.
 
     Como después me escribías para agradecer: “Hola, Toñi, solo para darte las gracias por haberme acompañado en la presentación de mi libro, que espero no te aburra”.
 
Antes, me habías presentado a Mar…
 
    Tu vida era  más feliz… Se te veía en la mirada, en la sonrisa, en tu forma de hablarme de ella. La mujer de tu vida. La que te ha acompañado hasta el final, a la que tanto y tan bien has amado. 

  Y hoy tu hijo me pide el teléfono para quedar un día y hablar de ti.


    Dice que en este momento, con todos tus amigos en el Tanatorio, está reconstruyendo la parte de ti que le faltaba… La parte de tu vida que no conocía y que le está haciendo mucho bien saber cómo eras para nosotros, qué hiciste, cómo fue tu vida…
 
    Le animé a hacerlo.
 
   Si lo necesita, ahí estaremos los que tuvimos la suerte de compartir  momentos contigo…


Querido amigo, no es fácil aceptar que ya no estás aquí…
 
La vida parece no haber cambiado… Pero estamos un poco más solos.
Un poco más tristes y un poco más vacíos.

Nos queda para siempre tu legado, tu recuerdo, tu ejemplo y por eso, con una sonrisa llena de cariño, brindo por ti y digo:


¡Pedro, que nos quiten lo bailao!

 
 https://www.youtube.com/watch?v=lSzg5cbj0MI





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