HASTA QUE LA IGUALDAD SE HAGA COSTUMBRE.
Las feministas cristianas son vistas con recelo desde la Iglesia machista y patriarcal y también desde los movimientos progresistas del feminismo precisamente por declararse cristianas.
El 1 de marzo de 2020, en la puerta de las catedrales españolas y bajo el nombre de La Revuelta de las Mujeres en la Iglesia, grupos de mujeres alzaron la voz y exigieron una comunidad de iguales, donde la mujer sea valorada como sujeto de pleno derecho con voz y voto, y dijeron ¡basta! a ser silenciados e invisibilidazadas.
Su lucha viene de lejos porque, aunque la institución eclesiástica no ha cambiado, las mujeres si lo hemos hecho. Y exigimos nuestro espacio y el reconocimiento de nuestro papel en las responsabilidades.
Siglos de lucha por esta igualdad con un largo e intenso recorrido.
Sí, vienen de lejos, gracias a una historia de vida con nombres de mujeres, de las que han ido tomando conciencia.
El 8 de marzo de 2018, como las mujeres de la Revuelta nos cuentan en su libro, fue especial: "Se sintió el grito y el clamor contra las agresiones y las violencias machistas, la brecha salarial, la desigualdad en todas sus expresiones".
Y no fue una jornada más: tuvo lugar la huelga de mujeres bajo el lema "Si nosotras paramos se para el mundo" y muchas no acudimos a nuestros puestos de trabajo ni realizamos tareas en el hogar... "Manolito, hoy te cuidas tú solito".
De los actos y reflexiones realizados en esos momentos, en el ámbito de mujeres cristianas y feministas comienzan a cuestionarse: "¿Para cuándo una huelga de mujeres en la Iglesia?"
Por tanto, esta Revuelta nace de la indignación y la esperanza y dice basta unidas a un grito mundial de rechazo a la injusticia, al abuso de poder y al incumplimiento de los Derechos Humanos en la Iglesia y en la sociedad, así como a una visión negativa de la sexualidad, que crea sufrimiento.
Hay que repensar la moral sexual desde las perspectivas de las mujeres, liberandola de tabúes y culpas.
Hay que eliminar la discriminación hacia las personas LGTBIQ+ que legitiman la homofobia y abrirse a las identidades sexuales no normativas.
Y hacer que los importantes sean los últimos, los situados en los márgenes, la vida en las periferias, donde estas mujeres acompañan y luchan.
Son muchas las que dicen ¡basta! a que se nos considere como eternas menores de edad, se manipule la historia de las mujeres y las que ya se preguntan: ¿Para cuándo la Iglesia que nos merecemos?
Un año más, ante el Arzobispado y junto a la Almudena, las mujeres de la Revuelta se han hecho presentes y han vuelto a alzar la voz en este mes de marzo como se seguirá haciendo una y otra vez
"hasta que la Igualdad, la Justicia y el cuidado de la casa común sea costumbre".
No hay comentarios:
Publicar un comentario