El 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama o Día de la Madre Tierra porque coincide con el inicio del mes de la siembra en la agricultura andina.
Una tradición que se remonta a las culturas precolombinas de los Andes y que se han sostenido a lo largo de los siglos con sus rituales, creencias y oraciones de agradecimiento a la Naturaleza creadora.
Es una fecha de gran importancia espiritual y cultural dedicada a honrar a nuestra madre tierra desde hace siglos, cuando se pedían bendiciones para las buenas cosechas... y que, desde mucho antes que los europeos pisaran suelo americano e impusieran sus propias creencias, unía a las comunidades de los pueblos andinos de América del Sur.
Esta celebración trata de armonizar la relación entre los humanos y la Naturaleza, reconociendo su interdependencia y la necesidad de cuidar el medio ambiente.
El origen de la palabra "Pachamama" proviene del quechua y el aymara.
"Pacha" significa "tierra", "mundo", "universo" y "Mama" significa "madre". Así, Pachamama se traduce como "Madre Tierra", referida a la deidad que en las culturas andinas representa la fertilidad. La Madre Tierra es la responsable de la siembra, la cosecha, la creación de las montañas y los terremotos, de la existencia de la vida en el planeta.
Los quechuas consideraban, a su vez, que Pachamama es el origen de los cuatro principios cosmológicos de su mitología: la tierra, el agua, la luna (Mama Killa) y el sol (el dios Inti), por lo que se suele representar como una mujer adulta rodeada de naturaleza.
En este día se le ofrecen alimentos, bebidas, hojas de coca, incienso y productos agrícolas: vino, chicha, maíz y frutas, que simbolizan gratitud por lo que nos da y solicitud de que nos proporcione siguientes buenas y abundantes cosechas.
Los rituales se han trasmitido de generación en generación desde hace miles de años. La esencia del rito se basa en el principio de reciprocidad, según el cual las personas deben devolver a la Madre Tierra lo que ésta les ha dado durante el año para mantener el equilibrio que debe existir entre los humanos y la Naturaleza.
Se hace un hoyo en la tierra, simbolizando la boca de Pachamama y ahí se introducen las ofrendas. Antes de cavar este hueco, los líderes de la comunidad, los más mayores, piden permiso a sus ancestros y a las energías del lugar para abrir aquel espacio entre la tierra y ellos.
Después, entierran las ofrendas y colocan sobre la tierra un montículo de piedras y flores que se convierte en el centro ceremonial. La comunidad da las gracias a la Madre Tierra por el buen tiempo, los animales y las cosechas.
En la actualidad, "pasamos de todo esto"...
No se cuando nos daremos cuenta de que somos parte de un mismo todo, de un mundo completo y complejo, pero que es un "mundo-madre", un conjunto originario entre la naturaleza y el ser humano que nos vincula a la tierra.
En mi ciudad, el gobierno local sigue talando árboles de forma salvaje, extendiendo el asfalto y la aridez... Se está perdiendo la masa arbórea, las calles son inhóspitas. Es la enseña de estos gobiernos neoliberales, del triunfo de lo individual sobre lo colectivo.
Dicen que 50 años tarda un árbol en crecer y un minuto en morir... Es para echarse a llorar...
El aire, la humedad, el sonido, la luz, el calor, los animales, los vegetales, los minerales, los seres humanos... todo está conectado, todo forma parte de un universo que ya no respetamos.
Como tantas cosas importantes, vamos perdiendo el sentir en común y nuestra responsabilidad.
La tierra no es nuestra, nosotros somos de la tierra.
Ella no nos pertenece, nosotros pertenecemos a ella.
Eres tierra, enraízate, construye y da.
Eres agua, llora, limpia, fluye.
Eres aire, se calmo, enfocado, decidido.
Eres fuego, quema, ilumina, enciende.
La tierra es nuestra vida y nuestra Libertad.
También es nuestra responsabilidad.
Conocimiento y reflexión que todo el mundo debería tener presente, sobre todo los que tienen poder, poder de decisión, que está relacionado con el 90% de las decisiones económicas.
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