Vistas de página en total

martes, 29 de octubre de 2019

ANATOMIA DE ESPAÑA.




Tiene este país la boca reseca como la costra de un grito,
una llaga en la garganta de tragarse el periódico
y el estómago revuelto de vomitar cementerios.


Tiene este país un murmullo de arena
que le recorre la piel como a un difunto
de tanto dejarse azotar con el cilicio
y un silencio de zulo y muy señor mío
con olor a sacristía, cuartel y sobaco
tan siniestro como el roce de las sotanas
cuando arrastran sus faldones por el suelo.


Tiene una plaga metida en el intestino,
tiene un nido de bichos rastreros
que le devoran las ganas y los ovarios
y escupen huesos de aceituna en el plato
donde hatajos de ratones se pelean por roerlos.


Tiene los ojos en blanco porque lo ve todo negro,
tiene párpados de plomo por un eterno cansancio,
tiene los dientes torcidos de mordisquearse los codos,
tiene la lengua de esparto de lamerse las heridas,
tiene la espalda doblada de llevar dioses a hombros
y las manos doloridas de golpearse en el pecho.


Tiene miedo a los espejos y los armarios:
unos los ha cubierto con sudarios y banderas
otros los ha clausurado con mortero.
Tiene miedo de hurgarse bajo las uñas y en los colmillos      
no vaya a encontrarse con sus facturas y sus delitos.


Tiene este país forma de ataúd, 
cuerpo de jota, cara de nicho,                                           
un parto que no le nace 
y una muerte que le vive demasiado.


 (Javier Gallego, del libro "El grito en el cielo")


 Poema para la resistencia....


Libro del que dice Manuel Jabois:
 
“Las sociedades maltratadas necesitan que las canten poetas a la intemperie. Por eso es tan importante este libro: para no perdernos de vista”.
 


















martes, 1 de octubre de 2019

NIÑA DEL ABANDONO, que sigues en el recuerdo...

Si hoy te has instalado 
en una aislada gruta, 
llámese calle, 
habitación, 
cobijo de camello... 
y claudicas ante la motivación, 
la afectividad,
la esperanza y el cariño; 

si te amigas con la amargura, 
la indiferencia, 
la incógnita sin respuesta, 
la certeza en el desengaño.

Si temes a la muerte, 
pero la fijas por destino contra los otros 
y contra mí; 

si te sale un alarido desde el corazón seco
y quieres envolverte en la niebla para que no te siga,
para que no te encuentre; 

si te has instalado en la angustia vital 
porque ya solamente ahí te sientes cómoda...

Es que necesitas arrojarte desde lo más alto 
hacia todo el amor que podamos ofrecerte.


 


 
        (En tu memoria, querida P.  Castor).