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domingo, 23 de agosto de 2020

EL OTRO CIELO.



 


No existe esponja para lavar el cielo

pero aunque pudieras enjabonarlo

y luego echarle baldes y baldes de mar

y colgarlo al sol para que se seque,

siempre faltaría el pájaro en silencio.


No existen métodos para tocar el cielo

pero aunque te estiraras como una palma

y lograras rozarlo en tus delirios

y supieras al fin como es al tacto,

siempre te faltaría la nube de algodón.


No existe un puente para cruzar el cielo

pero aunque consiguieras llegar a la otra orilla

a fuerza de memoria y pronósticos

y comprobaras que no es tan dificil

siempre te faltaría el pino del crepúsculo.


Eso es por que se trata de un cielo 

que no es tuyo,

aunque sea impetuoso y desgarrado.

En cambio,  cuando llegue al que te pertenece, 

no lo querrás lavar ni tocar ni cruzar

pero estarán el pájaro y la nube y el pino.


(Benedetti).

Y aquí, en esta paz que desprende la tarde, encuentro el pino, el pájaro y la nube...

Parece que hoy este cielo me pertenece.