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domingo, 16 de diciembre de 2012

CUANDO LOS POLITICOS MECEN LA CUNA...

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                          



La situación política que en la actualidad sufrimos, se va haciendo cada vez menos democrática y participativa, ganando terreno a pasos agigantados un autoritarismo ante el que algunos se sienten iluminados… El último de estos “iluminados” me ha parecido el actual ministro de justicia, Ruiz Gallardón, al que oigo anunciar, no sin alarma, el pasado jueves, que “estudia la reforma del Código Civil”  para revisar la edad mínima para declarar ante un juez, emanciparse, trabajar, contraer matrimonio y tener relaciones sexuales.

      Cuando tiene colapsada totalmente la administración de justicia, se ha puesto en contra a sus funcionari@s, desde el más simple auxiliar al mal alt@ magistrad@, y ha establecido el pago de unas tasas  que agravan aún más si cabe la distancia entre ser pobre o no serlo a la hora de  recurrir a ella, se le ocurre al sr. Ministro Gallardón posar los ojos en lo que concierne en el Código Civil al tema de la edad del  menor… Ya lo hizo en el penal,  con una reforma que  alarma a aquellos  que hemos vivido años y años luchando por las garantías de la libertad  y de la legalidad democrática. 


      Muchos opinamos que la Administración de justicia cada vez se aleja más de lo que los ciudadanos concienciados entendemos por  "JUSTICIA.” Ya que cuando no existe política social y cuando se empuja a muchos ciudadanos a la exclusión , el enjuiciamiento criminal tiende a convertirlo casi todo en delito, en algo punible, “es el último eslabón de una cadena de hostigamiento".


   Las últimas leyes de menores han convertido todo lo pedagógico en terreno de derecho penal.


    Como bien nos enseñó Enrique Martinez Reguera, hace mucho tiempo que la ley de enjuiciamiento criminal de niños  “es un bochornoso  espectáculo de intrusismo profesional en el que los jueces y fiscales  se ponen a hacer pedagogía buscando el interés del menor y los pedagogos  nos pondremos a educar con los instrumentos necesarios de prisiones en la mano.”


   ¿Creerá Gallardón que marcar una determinada edad supondrá corregir “pedagógicamente” el que se cometan determinados actos? Quizás fantasea que “meter miedo” catalogando en el código algunas conductas va a ser más eficaz que otro tipo de formación que no se va a dar en los centros escolares ni en los institutos, gracias a su colega Wert y a su reforma educativa.


      ¿Creerá que una dinámica policial-carcelaria será una intervención educativa adecuada? ¿Y que lo que no supieron hacer educativamente los padres, educadores y los responsables  de  la política educativa, lo van a saber hacer “pedagógicamente” los jueces y policías?
                

     Con más dramatismo ahora,  ya que los menores no tienen capacidad económica para pagarse la defensa de sus intereses, ni se les reconoce su "capacidad” al ser  menores. Y entonces el abogado defenderá los intereses del que le paga… Y Gallardón habla de revisar la edad de trabajar, cuando en este país, gracias a sus socios y colegas,   no hay una edad adecuada para encontrar trabajo, ni por arriba ni por abajo, y donde ya hay pequeños que se ven obligados a trampear para conseguir llevar algo a sus casas para que sus madres puedan pagar la leche y el pan sin sentir tanta vergüenza. Quizás a partir de ahora, veamos a muchos pequeños cacos, que no son delincuentes, sino que estan reclamando su derecho a sobrevivir. 

Hoy dia, ni siquiera las autoridades garantizan que los escolares puedan comer adecuadamente, si no se paga...

    Y en cuanto a la edad de casarse, de tener relaciones, ¿quién va a marcar los límites? ¿Modificar las edades puede evitar delitos en esta sociedad cada vez más cerrada e individualista , donde como dice Jose Luis Segovia, “se promueve la dualidad interna entre “satisfechos” y “excluidos”? ¿Donde a cada segundo  notamos  el deterioro y la injusticia ante la privatización de los servicios públicos, la desregularización del  mercado de trabajo asalariado, y la máxima represión hacia los jóvenes, las minorias étnicas, los derechos sociales de mujeres, pensionistas, enfermos, dependientes, etc. etc…? ¿Dónde en lugar del estado del bienestar, tan citado, estamos llegando como en otras sociedades, al Estado Penitenciario?
 
 ¿Y si son actos consentidos, qué edad marca la frontera entre lo admisible y lo inadmisible? ¿La que establezcan los contertulios de Ana Rosa Quintana u otros voceros televisivos actuales? ¿Les recordarán a los educadores de los colegios religiosos cuál es la edad de tener relaciones?

      La sexualidad forma parte de la formación como persona, y a muchos de nosotros nos reprimieron totalmente con el tabú de las relaciones. El sexo sigue siendo un arma de dominación, de represión, y nos la aplicaron especialmente a las mujeres. ¡Ojalá no vuelva a serlo, y pueda armonizarse con los compromisos de libertad y respeto al otro!



Ya es difícil coincidir en la filosofía de lo que es el interés del menor…  Es un concepto étereo, indefinido,  porque normalmente no es el del propio niño, sino el de sus progenitores o el que dicten los intereses estatales que estén en juego en cada momento. También ahora entran  los intereses de las empresas comerciales que gestionan y aplican las privaciones de libertad de los menores en esos centros que tanto y tanto se han denunciado. Esas empresas, que de las subvenciones públicas hacen un grandísimo negocio para sus propias arcas, y a quienes el interés del menor suelen concretarlo en que esté calladito y sin molestar, para lo que se les aplica gran cantidad de medicamentos  sedantes.

    Gallardon me recuerda lo  que el mencionado Enrique decía. “Estoy comparando ese afán del legislador de extrapolar el ámbito penal  a otros terrenos, en nombre del  Bien Oficial Incuestionable”.  Eso que nos deriva directamente hacia el autoritarismo.

    Además, parecen volcar toda la responsabilidad de la conducta de los niños o jóvenes en ellos mismos, otorgándose total impunidad  tanto la administración como todos los estamentos del mundo adulto en general,  como si ellos no tuvieran nada que ver  con la responsabilidad de la formación, de la maduración, de la inclusión social.

   Decía  Enrique que su profesión de psicólogo ha degenerado tanto ante los ojos de los niños (por la colaboración con las instituciones penitenciarias) que éstos no saben si se les va a ayudar o a interrogar y delatar. 

     Nos hablan estos políticos del interés del menor, cuando han dado paso a un modelo social de corte ultraliberal e individualista que incentiva que cada uno se busque la vida  como pueda,  con su seguro privado médico, su plan privado de pensiones, su colegio privado o concertado religioso, eso quien pueda pagárselo, por supuesto.  Y “siempre en manos de particulares, con afán de lucro, obviando el interés general que se supone público”.

        Al mismo tiempo, con la excusa de la lucha contra la inseguridad, el estado sigue multiplicando las leyes que generalizan el control social, amplia los poderes de la policía y sus misiones de vigilancia y penaliza cada una de las conductas que nosotros creíamos ya legalizadas democráticamente  porque han sido y deben ser la garantía de la libertad de conciencia y de pensamiento.
         ¿No habrá detrás de este interés, un marcado tipo de control del individuo desde la más tierna infancia, desde la más inocente niñez? Yo así lo veo.

       Porque el  ministro de justicia habla ahora de los menores, cuando durante los últimos años, mis amigos y yo hemos tenido que enfrentarnos a todos los estamentos, políticos, judiciales, policiales, etc… en defensa de los mas elementales derechos de los niños  y jóvenes. Abogados que lo entendieron hace mucho, y a quienes no nombro para no hacer esto más extenso, pero cuyos nombres están en mi corazón, lucharon y a veces consiguieron que en España no se repatriase de madrugada, sin derecho a letrado y a ser escuchados, niños de 14 años, asustados y en pijama…. (Querido Nacho, queridos todos). 
O que  niños encerrados en centros de menores, esos que tutelan los políticos de las comunidades autónomas, pero que dejan en manos de los más tenebrosos mercaderes su vida y su formación, pudieran venir a vivir a nuestras casas, en familia, compartiendo otro tipo de acogimiento, menos doloroso.

Sr. Gallardón…. ¿De qué nos está hablando? ¿De que garantías para niños y niñas declaradas "obsoletas" por usted nos informa? ¿En qué Etica y en qué moral está pensando cuando se refiere a los menores? ¿En la del Opus Dei o en la de los Derechos Humanos? 

Recuerde, ya lo hemos dicho por activa y por pasiva:
Con los niños no se juega.

Espero que su interés actual por este tema, nada tenga que ver con el que  usted y sus compañeros políticos han  demostrado hasta ahora, y que no se deje llevar por la demagogia penal y penitenciaria que tanto le gusta.