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martes, 29 de diciembre de 2015

HOY CUMPLO VIDA



  

VIVIR es "con-vivir", es decir, compartir con otros la propia vida.

 Y … ¿qué es el tiempo?
        El tiempo, como se decía en “Momo”,  es vida.

        Y la vida reside en el corazón.

       Gracias a todos los que me acompañais en el camino, me daís ejemplo con vuestras vivencias,  me llenaís de energía y me haceis llegar vuestro cariño.
       Yo, hoy, me felicito  por tener la suerte de conoceros, de compartir con vosotros esta época convulsa y llena de retos, por tener lleno el corazón con vuestros nombres!
      ¡Gracias, de verdad, por hacerme sentir que todavía podemos cambiar el  mundo!

















 
 

 
 
 
 
Faltan fotos, seguro, segurísimo, pero no las tengo aquí....
Pero todos estais en este lugar.
 
 

miércoles, 23 de diciembre de 2015

INFRA...VIDAS


INFRAVIDAS





Infraviven los niños entre latas, maderas y cartones:

los pedruzcos dan peso a los tejados
y no vuelan.

Infraviven las madres,
infrahabitan escombros y "chabolas",

humedades, en el Pozo del Huevo y
 La Alegría.


Agua no hay, mas sí los negros lodos,

esa informe chatarra del suburbio, oxidados orines que circulan.


Infrahombres barbudos y dolientes

habitáculos sueñan, uralitas

que cubran a sus hijos en la lluvia.

También alcantarillas, inodoros...


Paraíso será la calle limpia, habitable casuca con cimientos...

Valdevivar, el barrio del Milano, Palomeras, Mahou,

El mismo sueño sueñan y siguen, pobres, desviviendo.

 

(Concha Zardoya)

Este poema de Concha Zardoya pertenece a su libro Retorno a Magerit (1983), en el que la autora recoge las impresiones que le causa la ciudad de Madrid, a la que ha regresado tras prácticamente treinta años de ausencia. Se trata de un texto que denuncia la miseria en la que malviven centenares de familias en los suburbios de la capital de esa época.

            Su mirada de emigrante cosmopolita - la autora nace en Chile, estudia en Madrid y en Illinois, vive en Estados Unidos, viaja por toda Hispanoamérica y Europa, hasta regresar a España - cae sobre los barrios de chabolas, una gran parte de las cuales han sido construidas a su vez por otros emigrados que, sin recursos para habitar con dignidad el lugar al que han llegado, quedan convertidos automáticamente en población marginal.

             El contraste es brutal. El título es ya bien significativo. Infravidas, las de quienes no alcanzan en el nuevo contexto social en el que se encuentran ningún valor económico - aparentemente el único valor que interesa en la sociedad occidental -, porque no pueden participar, en modo alguno, en el mercado de trabajo ni en la sociedad de consumo. Infravidas que cada día reducen a un mayor número de hombres y mujeres a la misma condición de las latas, la chatarra y los escombros entre los que se desenvuelve su existencia. 

            Los barrios marginales que cita ya han desaparecido... Pero las villas miseria madrileñas siguen a pocos kilómetros de la Puerta del Sol, llamando a nuestras puertas.




        (Basado en "Una mano tomó la otra".)


        (Foto: Mariam del Toro)

martes, 22 de diciembre de 2015

EZEQUIEL MASISI ESTÁ EN UN BAR DE BILBAO.






CANCIONES IX    (Ezekiel Masisi Dembele)







Ezekiel Masisi Dembele está
en un bar de Bilbao;
Levanta su taza de café
y se la lleva a los labios.
Parece pensar en algo.
Miro a ese hombre venido de África: bebe café, ahí,
en el espejo de detrás del mostrador.
Parece pensar en algo.


Entre dos botellas de cognac, en el espejo del bar:
Ahí es donde veo los ojos de ese hombre, Ezekiel.

Parece pensar en algo.


¿En qué estará pensando Ezekiel Masisi Dembele en ese bar, tan lejos,
en ese bar de Bilbao tan lejos de su casa?


¿Pensará quizá en una aldea de Mali o de Uganda?
¿Pensará en una mujer?
¿Sobre la guerra?
¿Sobre la sequía de África?

¡Ah!, ya escucho

ya estoy escuchando lo que susurran los labios de Ezekiel Masisi Dembele.

Son palabras un poco especiales.

 

 "Lingo, Lingo Mboka te", susurra
 "Lingo, Lingo Móndele te"
 "Lingo, Lingo Moyindo te"

Ésas son sus palabras, ése es el pensamiento de Ezekiel.


«Tina Tokabuana Ngo Salo»


Ernest Descals.
«Moko Mama Tina»

«Nini Toyinama.»


Ésas son sus palabras

Ése es el pensamiento de Ezekiel.


(Bernardo Atxaga )

 

 
     


     Yo conozco tu nombre y eso significa que te acojo.
     Te observo desde una perspectiva exterior y busco tus ojos en ese espejo, que se han vuelto hacia ti mismo, hacia tus pensamientos. Y yo también busco en tu interior.
  "Y por fin, la palabra. No comprendida, pero escuchada, reproducida, incluso aprendida. El pensamiento de Ezekiel se hace opaco por la barrera del idioma; pero no importa: el deseo del encuentro ha abierto ya, aun con dificultades, el camino hacia el otro".

 
    "El encuentro entre hombres y culturas es, entre otras muchas cosas, el cruce entre dos miradas que ven el mundo de forma diferente. Para que el encuentro se produzca es necesario hacer, como el poeta, un esfuerzo para ver con los ojos del otro".   ("Una mano tomó la obra").
  

Julia Aumuller.
 

lunes, 14 de diciembre de 2015

PREPARANDO LA NAVIDAD (I)

Foto de José Palazón. Melilla-2015
  




  












Todavía no hay lugar para ellos...

           Ni en Belén, ni en las mil Lampedusas y Lesbos,
ni en Ceuta y Melilla,   ni en toda Europa...
 
           La búsqueda de cobijo se repite cada año en Navidad, 
           y seguimos sin ofrecer, cuando se hace, 
           nada más que míseros  pesebres...




Foto: Sergi Cámara. Grecia -2015

      

martes, 1 de diciembre de 2015

EL LENGUAJE DE LA CONFUSIÓN: Eufemismos y propaganda política.


         Una definición genérica del EUFEMISMO dice que es “una estrategia discursiva que consiste en substituir una expresión dura, vulgar o grosera, por otra suave, elegante o decorosa” (Enrique Gallud). Es decir, dar a entender una realidad maquillando los aspectos conflictivos de la misma.
        La política es uno de los ámbitos donde son más habituales.
      G. Orwell, en sus ensayos y novelas, demostró la influencia del lenguaje sobre el pensamiento del hombre y su percepción de la realidad.
      Manipular el lenguaje con fines políticos es un hecho repetido en nuestro mundo y hemos llegado a casos tan extremos que conllevan la inversión del significado de las palabras.
      Se está creando una especie de disglosia , es decir, el uso simultáneo de 2 lenguas diferentes: lo que connotan los términos y lo que realmente significan.
       Hoy día, nadie pretende bajarnos el sueldo, es más bien una “devaluación competitiva de los salarios”;  y no nos suben los impuestos, sino que, como dijo S.  Sainz de Santamaría,  se trata de “un recargo temporal de la solidaridad.”

     Me resulta frustrante ver la facilidad con la que los siguientes términos entran en nuestro discurso: Shock de mercado, libre empresa, libre mercado, privatización, eficiencia, etc… Porque estamos en época de “crisis”, es decir, de “severa desaceleración” o de “crecimiento económico negativo”, y por tanto, son necesarias reformas o ajustes (no recortes).

             Darío Villanueva (RAE) dice que “hablar de crecimiento negativo es el colmo de todo esto, es una antífrasis que representa el absurdo; es como decir hielo caliente. Los poetas sí pueden jugar con eso y hablar de soledad sonora, pero hablar de crecimiento negativo  es una antífrasis”.
         Poéticamente debe ser que ahora al soborno le llamamos “tráfico de influencias”.  Y que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres, no es más que “el impacto asimétrico de la crisis”
            Cuando se dice que “el mercado requiere recortes salariales” al eufemismo “mercado” se le atribuyen potencialidades humanas, se disocia de responsables y de los valores capitalistas, y aparece como algo favorecedor para todos.
             Los recortes draconianos de salarios, pensiones y bienestar social y su cruda realidad, pueden enmascararse por el eufemismo “austeridad”: Un sacrificio colectivo para el bien común que está encubriendo el incremento de beneficios para el capital y las mayores desigualdades. De hecho, se convierte en un “austericidio”.
            Del mismo modo, esa austeridad está diseñada por las políticas de las élites financieras para reducir los servicios sociales, a favor de la mayor desviación de fondos públicos para pagar tasas de interés de los titulares de bonos de deuda, por ejemplo.  
            Pero en esta sustitución de voces,
           ¿quién decide lo que es o no correcto para una sociedad y con qué autoridad? 

      Periodistas, profesores de universidad, publicistas e ideólogos, fabrican argumentos y un lenguaje donde enmarcar nuestro cotidiano hablar, y esto, como dice J. Petras, es un “recurso material” del que disponen los aparatos del Estado y los sectores empresariales para manipular la conciencia popular y distraer a los críticos. Al final, todos asumimos y utilizamos los mismos términos.
        Añade que “la clase capitalista ha cultivado toda una cosecha de economistas y periodistas que hacen proselitismo en un lenguaje desvaído, evasivo y engañoso, con el fin de neutralizar la oposición popular”.
        Se edulcora la realidad y así los eufemismos se utilizan como arma de cambio social y manipulación manifiesta.

          La usura se le llama “financiación”; al despido libre, “flexibilidad del mercado laboral”; al despido masivo, “ajuste laboral” o “racionalización de plantillas”. Los pobres son “personas de renta limitada” y los países empobrecidos son “países surgentes” o ”zonas deprimidas”.
         El desplazamiento de la esclavitud se llama hoy “deslocalización” y las alambradas de espino de las vallas fronterizas son “obstáculos técnicos”.
        De esta forma, vemos que a los misiles MX, tan mortíferos y de largo alcance, se les llama “guardianes de la paz”, cuando ni siquiera han sido destinados a misiones defensivas. Y a la movilización del espacio y territorio europeo, al rearme, se le denomina “arsenal de democracia”.

         Un campo de batalla es “un teatro de operaciones”; las víctimas de las matanzas de civiles, “daños colaterales”; el exterminio y el genocidio se convierten en “limpiezas étnicas”; masacrar es “depurar”; los bombardeos, “fuego amigo” o “campaña Aérea” y las invasiones son solo “incursiones”.
       Toda esta jerga, ¿justifica de alguna manera la violencia?

     Cuando nos referimos a las fuerzas de represión, policía antidisturbios o similares, los términos se convierten en “unidad de intervención”, para convertir dicha represión en “pacificación”. Se consigue una ausencia de responsabilidad y con menores efectos. Y aunque sustituir la etiqueta no cambia la realidad, lo cierto es que el lenguaje determina nuestro pensamiento.

      Cuando los medios y cronistas políticos adoptan esta forma de expresión, se convierten en agentes que generan y difunden nuevas pautas idiomáticas con las que eliminan el marco analítico.
      Es tan viejo como el poder, forma parte del discurso público, pero tanto uso y abuso parecen grotescos  cuando se trata de evitar las malas noticias y predisponernos a aceptarlas sin protestas.
        Dice Antón Casas,  Catedrático de Economía y Políticas Públicas de una Universidad de Barcelona, que “el lenguaje eufemístico debe tener cuidado porque esas palabras pueden adormecer un tiempo, pero cuando el enfermo despierte y vea lo que ha pasado, puede dar un manotazo”.
          Luis de Guindos, el día que tomó la cartera como ministro de Economía, hizo alarde de este método narcotizante.  Incapaz de pronunciar la palabra RECESIÓN  durante toda la comparecencia, afirmó que  España entraría en  el 2012 con “una tasa de crecimiento negativa” que “iba a determinar el perfil en el que nos adentramos” y que iba a ser “relativamente desacelerado”…. Pero que esto debería ser un acicate “para emprender la agenda de reformas”. Poco después se le escapó ante Olli Rehn (Comisario de Asuntos Económicos de la U.E.) que la reforma iba a ser “extremadamente agresiva”.

         También hablaba el sr. De Guindos de “préstamos en condiciones muy favorables”, para eludir la palabra RESCATE. Y de educación y sanidad gratuitas ,  por ejemplo, para hacernos olvidar que ya se paga con los impuestos.

            Nuestros jóvenes padecen las etiquetas edulcorantes desde pequeños.

           Nos hablan de “Menor”, para denominar al niño a quien no se piensa respetar su condición. Y llaman “Becario” al aprendiz al que se explota literalmente en esas “prácticas   tan mal remuneradas, sustituyendo el  término “explotación”  para dar  el tinte de que se les favorece con una beca.
           Y la emigración sangrante de los jóvenes mejor preparados de este país es “movilidad exterior” que dijo otra ministra.

          Esta es la función de los eufemismos, que no la virtud, la de anestesiarnos de forma cínica e incluso perversa.

       Lo que no se menciona no existe…  Aunque algunos lo llamarán amor.