Vistas de página en total

viernes, 21 de septiembre de 2018

TAIMADOS MERCADERES.


       “El silencio, la ausencia de indignación mundial, posibilitaba los apretones de manos sin cargo de conciencia en despachos llenos de corbatas”

                                                                                       (Xavier Aldekoa, “Hijos del Nilo”)

La cumbre informal de los líderes europeos en estos días de septiembre muestra un acuerdo unánime:
       la voluntad de frenar la llegada de inmigrantes.
Después, hay discrepancias en el modo de hacer, en la forma de repartir a los que consigan llegar.
Las divisiones se mantienen intactas, con el bloque de Italia y los países del este, encabezados por Hungría, que se niegan a recibir inmigrantes:
-No les dejamos entrar, y a los que están dentro, a casa…
Hay países que han propuesto pagar para no acoger inmigrantes.
Al menos alguien ha alzado la voz,  Xavier Bettel, primer ministro luxemburgués, para decir:
-"No estamos hablando de alfombras o productos, hablar del precio de los inmigrantes es una vergüenza para todos”
    Tras los acuerdos con Turquía y Libia, también con Marruecos, los líderes europeos se plantean sellar nuevas alianzas con otros países del norte de África.
    Con Egipto, en especial, al que consideran un modelo por su eficacia en impedir que salgan migrantes desde sus costas hasta Europa.
    Ya han empezado el diálogo con el presidente Al Sisi y el Consejo les apoya en estas conversaciones.
   El canciller austríaco, Sebastian Kurz, que gobierna con la ultraderecha y anfitrión de la cumbre porque su país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha situado en el punto de mira a las ONGs que rescatan migrantes en el Mediterráneo.
    Les acusa de mantener una especie de "acuerdo informal" con los traficantes de seres humanos para traer a los migrantes a la UE: actúan cerca de las costas de los países del norte de África e impiden que los guardacostas libios rescaten a los migrantes y los devuelvan a Libia, ha alegado, citando casos como el del Aquiarius, como relatan diversos medios de prensa.
   Incluso  Kurz admite que estas ideas hace unos meses se consideraban radicales o de extrema derecha, pero ahora cuentan con un apoyo mayoritario entre los líderes europeos.
   Mientras, seguimos levantando muros, manteniendo concertinas...
   Y sigue el llanto de las personas migrantes, el de los niños en los campos de detención o de exterminio, que ya dudo de qué es lo que son, porque lo que sí está claro es que no son de refugio.
   Contaba la corresponsal ayer que en en Moria la situación es insostenible, que las citas que están dando para solicitar asilo son para ¡¡noviembre de 2019!! Para entonces, si no han sucumbido, llevarán casi dos años, algunos más, retenidos.
Foto de José Palazón.
   En nuestro propio país, pequeños migrantes no son recogidos en los centros de protección, no se les da tratamiento adecuado a sus necesidades...
Pero el mundo sigue girando.
La petición de Vias Legales -Vias Seguras ¿a quién le importa?
Siguen las muertes en las aguas del Mediterráneo, el expolio en África, la violación de los derechos humanos, el aliento a la xenofobia y la venta de armas para atizar el fuego en los conflictos de los países del sur.
Los dirigentes se lavan las manos, tras frotárselas por los beneficios que se obtienen de todo este magnicidio.
Se lavan las manos  ante nosotros,
pero eso no hace que sean inocentes de la sangre de los justos.




Foto de Antonio Ruiz. Concertinas. Melilla.





 
 

miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿QUIÉN NECESITA ALAS PARA VOLAR?


   Josete nació solo unos meses antes que mi hija, pero él, a las 48 horas, tuvo una hemorragia cerebral y  el resultado fue una encefalopatía con un diagnóstico de un 70 % de discapacidad y una miopía de 12 dioptrías.

   Se presentaba una vida dura, un futuro incierto, en el que nadie podía imaginar que Jose pisaría la alfombra roja de los Óscars de Hollywood, representando al cine español.
    Era habitual en Rivas verle paseando en el carrito en que le llevaba su madre y le fuimos viendo crecer, al paso de los años, mientras aprendíamos a mirarle con cariño, sin perder de vista el dolor, el trabajo y la constancia familiar, que iban rompiendo los estereotipos sociales , superando las barreras posibles e incluso aquellas que parecían imposibles, a la vez con dignidad y sin compasión.
Y entonces...
Sí, iba a llegar un día en que un director de cine y un guionista se plantearían llevar a la pantalla una historia diferente, distinta a lo que habían hecho hasta entonces, y de ahí iba a surgir "Campeones".

    Javier Fesser buscó actores no profesionales en un casting por el que pasaron 600 personas con discapacidad intelectual, hasta llegar a formar la plantilla de debutantes: Sergio Olmos, Julio Fernández, Jesús Lago, José de Luna, Fran Fuente, Gloria Ramos, Alberto Nieto Fernández, Roberto Chinchilla y Stefan López, de los que iba a decir:

“No solo no ha sido difícil trabajar con actores no profesionales y con una discapacidad intelectual, sino que cuando te encuentras con actores que tienen tantas ganas, ilusión y excitación por cada plano durante nueve semanas, sin bajar el nivel de entusiasmo, a mí, como director, me hacían subir el listón para intentar estar a la altura”, explicóFesser.
   Junto al resto del elenco, en el que destaca también un Juan Margallo inmenso y un Javier Gutiérrez tan adorable como siempre, se hizo realidad un gran sueño.

   Sí, porque Josete ya se había planteado ser actor, pensaba en ello y había pasado por otros castings.
   Era complicado, pero Mercedes, su madre,  afirma que la frase favorita de su hijo es: “Lo voy a intentar y ya veremos qué pasa”.

Y al fin llegó su primera película.
¡Y con qué éxito!


-Hemos superado a Steven Spielberg – Decía cuando en las primeras semanas la recaudación daba fruto.

    Ha disfrutado, lo cuenta él, de cada minuto del rodaje, 12 horas de trabajo diario durante 9 semanas.
   Y el  resultado es que la crítica cinematográfica reconoce en “Campeones” el acierto y equilibrio de Fesser para llevar al cine una historia con una temática nada sencilla sin resultar condescendiente, lacrimógena o facilona. 


   Una peli donde vemos a gente extraordinaria haciendo cosas normales.

    Esa frase ya tan usada de “personas normales con capacidades diferentes”,  que busca la ruptura de prejuicios y estereotipos,  la repetimos como un mantra, pero no somos conscientes de lo que quiere decir. Siguen siendo invisibles, no siempre descubrimos lo humanos que son. Inventamos palabras  para sustituir a las que se consideran políticamente incorrectas, pero seguimos insultando con las acciones.

Se cambiaron porque la Convención de las Naciones Unidas habló de los derechos humanos de las personas con discapacidad.
La inclusión real, la no discriminación, aún en este siglo XXI, comienza por cambiar nuestro lenguaje porque las palabras tienen mucho poder y peso y, por tanto, un lenguaje que no sea denigrante contribuye al cambio.
Películas así, hacen  falta.  Mucha falta.

Con personas, no personajes, porque se interpretan a ellas mismas, son ellas mismas. Las que borran las etiquetas.

Porque  ¿ qué es la normalidad? ¿Qué es la discapacidad?

    Como persona del mundo de la educación, aprendí que debemos respetar los límites de cada cual al mismo tiempo que facilitar la resolución de los problemas que limitan, haciendo de ello una cuestión de enriquecimiento personal y construcción propia.


    Si no habeis visto esta peli, os animo a descubrirla, porque esta cinta te envuelve como un abrazo.


Del cine salí pensando muchas cosas, entre ellas:
Que todos somos capaces de hacer cosas increíbles cuando confían en nosotros, cuando hacemos equipo, porque todos tenemos “un puñado de capacidades y otro de discapacidades”. 
Que una discapacidad intelectual, física o sensorial, no te anula como persona.


Que  el “problema” es de una genética que no ayudó, pero que a pesar de eso,  podemos ser superdotados emocionales.
Que no siempre son necesarias las alas para volar.
Que a veces es difícil que algunas personas conviertan en palabras sus pensamientos, pero que siempre tienen algo que decir.

Que a la gente hay que quererla como es, no como queremos que sea.
Que ¡cuantas veces! los mayores héroes nos son desconocidos
Que todos somos de alguna manera, diferentes, variopintos, que nos es difícil encajar en esta sociedad tan egoísta, tan de apariencias, donde a veces nos encierran en compartimentos etiquetados y nos dificultan abrir el corazón, entendernos, querernos.
 
 

 
 
 

 
 
 
 














































miércoles, 5 de septiembre de 2018

UN ROSARIO Y 7 BALAS...




Esta es la imagen, 
un rosario y 7 balas con su nombre escrito en Twitter.

Su respuesta en la red social fue:

“No me callarán, haré escuchar la voz de los que menos tienen”.

De nuevo, San Carlos Borromeo nos permite  el encuentro con una persona que da ejemplo de vida y de solidaridad por encima de los impedimentos y las amenazas.

La vida te hace regalos: Alejandro Solalinde nos ha visitado.

Al pasar por España, participó una mañana de domingo en la celebración dominical, en la que nos contó la experiencia de acogida y encuentro con migrantes latinoamericanos en su paso por México camino a EE.UU.

     Oí hablar del padre Solalinde por primera vez cuando mi hija vivía en México, en Colima, lo que me hacía estar más pendiente de las noticias de aquel país. Y mucho más  a raíz de la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

México es un país colorido y alegre, aunque es también el país de la oscuridad.

Según datos de A. I. cada día desaparecen de media unas 11 personas.

Cada 4,6 minutos, una mujer es violada.

A este cura los grupos criminales les tienen en su punto de mira porque les estorba.

    Denuncia continuamente “el muro horizontal” que ahora es México, convertido en cementerio de los que mueren en los desiertos, ríos y a manos de otros. Solalinde sostiene que no se trata solo de un lucrativo negocio en volumen, sino de una estrategia política para hacerle el trabajo sucio a EE.UU: contener a través del miedo la inmigración a ese país.

     También el negocio que las autoridades hacen del migrante, así como la corrupción del gobierno y ministerios públicos con el crimen organizado.

    Y las fosas clandestinas o comunes donde no se utilizan procedimientos para reconocer los restos  “porque así le convine al gobierno mexicano para que siga la impunidad”.

Él es el cura al que todos quieren matar.

  

     Recordó que descubrió su vocación a los 19 años, pensando que la función principal de los sacerdotes era salvar almas. Ahora, lo que dice es “que sé que se trata de salvar a las personas del hambre, de la injusticia, de la corrupción, de la impunidad”.

    Cuentan que, de niño,  rompía los cristales de las casas de los vecinos, que hacía tropezar a los paseantes con hilos a ras del suelo, que participaba en guerras de pedradas y que con su pandilla echaba agua y a veces pintura a las parejas que iban a besarse a los jardines. Era tan “malo” que las monjas lo expulsaron dos veces y le dieron el título de primaria por respeto a su padre, profesor de barrio, que llevaba la contabilidad y tocaba el piano en el Colegio América.
     Aquel travieso niño aprendió a defenderse del grandullón que le pegaba y le tiraba la bolsa de pan cuando salía de la panadería. Clavó varios clavitos en una tabla y le marcó las piernas al abusador.
    La madre convenció a Alejandro de que no era un niño malo, y que en una nueva escuela nadie sabría de sus travesuras. A los dos meses, comenzaron las buenas notas y en su primer semestre ya obtuvo un diez.
     En una familia buena y generosa, con dificultades económicas, pronto los hermanos mayores tuvieron que ponerse a trabajar. Y gracias a eso, los pequeños pudieron seguir estudiando.
    Fue el salario de su hermano Raúl el que permitió a Alejandro estudiar la secundaria, el bachillerato, dos carreras universitarias  (Historia y Psicología), una maestría en Terapia Familiar y, más tarde, una aburguesada vida durante sus primeros años de sacerdote en Toluca.
    Pero si en la infancia “lo corrieron 3 veces de colegios privados y escuelas públicas, en la juventud lo echaron de cuanto seminario religioso pisó”.
    Ya no eran las travesuras de niño, sino rebeldía frente a la obediencia, la disciplina y el modelo de Iglesia lo que lo confrontaba con sus superiores.
Los carmelitas lo salvaron del Yunque y le enseñaron el Concilio Vaticano II.
    Fue durante décadas un cura de aldea, sin ninguna influencia social, política ni religiosa.
    En 2005, ya con 60 años, decide dejar su parroquia y entregarse a la defensa de los migrantes.  Desde entonces, ha sido encarcelado dos veces, amenazado por el cártel de los Zetas, por policías y políticos, intentaron quemarlo vivo junto con su albergue y han puesto precio a su cabeza:


Los grupos criminales le tienen en su punto de mira, estorba el negocio.
 
Un día pasó por unas vías de tren… Y descubrió a La Bestia.
El tren que utilizan los latinoamericanos y que se cobra un alto precio.
Se subió al techo con algunos migrantes y compartió tiempo con ellos, viendo las necesidades que padecían.
   En el año 2007 fundó un albergue –Hermanos en el Camino- para que las personas que llevan una larga y peligrosa travesía a sus espaldas, descansen, disfruten de cama y comida, de cuidados médicos y de apoyo psicológico.
    Como misión, ser un organismo de asistencia humanitaria integral capaz de brindar toda la orientación necesaria a las personas migrantes en tránsito.
    Y con la visión de ofrecer servicios compensatorios de calidad, así como defender y promover los derechos humanos de las personas migrantes acompañándolas y promoviendo su constitución como sujetos activos, hacedores y transformadores de la realidad.
  Aunque, dice, llegan en principio con actitud desconfiada, más tarde empiezan a  narrar sus historias, “que son de violencia,
pero también de recuerdos bonitos de su tierra: les duele haber dejado su país de origen, su familia o lo que queda de ella. También hablan de esperanza”.

A veces, los periodistas le preguntan:
 ¿La migración es un delito o un derecho?
Suele criminalizarse, pero él sostiene que la migración es un derecho.
Aliado con otros defensores de derechos humanos, presionó al Congreso mexicano y Calderón, entonces presidente, promulgó una ley de migración que concedía “visa de transmigrante” de 180 días para transitar legalmente hacia EE.UU. 
     “Para analizar los fenómenos migratorios  “no podemos mirar de forma fragmentaria”, sino que es necesario que miremos con retrospectiva la historia de la humanidad desde una visión integral”.
    “Los emigrantes me enseñaron que todas y todos somos migrantes, somos indigentes existenciales. Somos caminantes. Somos humanidad en camino. Somos procesos… Son un signo de que algo está cambiando en el mundo. Ellas y ellos nos trasmiten una nueva humanidad, una espiritualidad desposeída de lo material con el sueño compartido de un mañana que no han visto”.
    Pero ante esto, “hay una parte de la humanidad grotesca que cree que se puede ejercer el poder sobre otros y dominarlos y que solo piensan en la concentración de la riqueza. Es una humanidad ciega. Son personas que han apostado la única existencia que tenemos al poder y al dinero. Vivir para tener y acumular es un suicidio. Cuando nos vamos, todos nos vamos encuerados”.
   El padre Solalinde encarna la “lucha por una verdadera síntesis entre fe y vida, entre culto y vida social, entre religión y compromiso por la justicia”.
   Es decir, la opción de Jesús por los pobres y marginados, “junto con su conducta polémica y provocadora para con los ricos” (Rafael Sivatte: La justicia que brota de la fe).
   Por eso para este cura “lo más valioso es el ser humano. Dios está encarnado en el ser humano”. Lo que  le hace partidario de una Iglesia menos ostentosa y más cercana. Más “itinerante” y que dé las mismas oportunidades a las mujeres.
    Su compromiso con el feminismo le llevó en una homilía a explicar el Génesis narrando  que cuando Dios le quitó una costilla a Adán para darle una compañera, el hecho de que fuera una costilla era significativo: no se trataba de una extremidad superior o inferior, ni de arriba ni de abajo, sino de en medio del cuerpo de Adán. Ese hecho significaba que Dios situaba  en un plano de igualdad a ambos sexos.
   Habla de su madre Iglesia con pena “porque no es fiel a Jesús, sino al poder y al dinero” y “porque es misógina y trata con la punta del pie a los laicos y a las mujeres”.
El sacerdote mexicano denuncia el “genocidio que se está realizando “con los inmigrantes que cruzan el país.
El cobarde asesinato de mujeres es parte del sistema de gobierno: sabe que ellas pueden cambiar la historia de nuestro país.
México es la nueva Tailanda, con 12 millones de mexicanas víctimas de trata y 4 cárteles implicados  en el secuestro de mujeres con fines de explotación sexual.
Insiste en que su país sirve de “muro horizontal” a EE.UU. El equipo del padre Solalinde condena que los intereses políticos de estos dos países  hagan de él un cementerio de miles de migrantes muertos en desiertos, ríos y a manos de la delincuencia.
Si Trump está yendo con todo, yo seguiré también defendiendo con todo a las personas migrantes, afirma.
Y considera que hay una confrontación entre los valores que deja ver  el presidente americano, de xenofobia, discriminación, racismo y misogenia y los que esgrimen los defensores de los derechos humanos.
México le hace el trabajo sucio a los EEUU y trata con “desprecio” y “como delincuentes” a las personas que van en busca de una vida mejor  en el vecino norte.
El gobierno federal es su aliado, su amigo y le cuida el patio trasero.

A lo largo de “su viaje a EE.UU sufren asaltos, agresiones físicas y sexuales, abusos de autoridad, encarcelamientos, descargas eléctricas, extorsiones y secuestros, tanto por parte de bandas y delincuencia organizada como por autoridades públicas, policías y agentes del Instituto Nacional de Migración”. Todas esas situaciones afectan a los que pasan por México camino del sueño americano.
 
    Habla con tristeza de cómo en su país la narcocultura va atrapando a los jóvenes, de la imagen del “narco poderoso” que se trasmite, en cine, televisión, canciones, a pesar de que la segunda generación de narcos es de universitarios con grado en administración de empresas que contratan a químicos que fabriquen drogas de diseño.
    El narcotráfico hacía ricos a pobres don nadie  que creían ser  valientes, con aquello de plata o plomo.
   Ahora, toman el discurso del poder imperante: la libertad de mercado y la legitimidad de hacer dinero.
El cártel de los Zetas tienen en el secuestro de emigrantes una de sus fuentes de financiación más lucrativas.
 
Los migrantes se exponen a numerosos peligros. Además del riesgo de convertirse en mercancía o en trabajadores forzados a los que luego hay que matar, se enfrentan a los cárteles del crimen organizado, a posibles brotes de racismo, siempre con los bolsillos vacíos.
Ante esto, el gobierno mira para otro lado.
“El Instituto Nacional de Migración (INM) obedece  (dice obededer) a una Constitución de un Estado de Derecho, pero no es as… No se guía por los Derechos Humanos ni por las leyes migratorias.”   Se ha convertido en un azote para los migrantes y en una gran contradicción. Los persigue como si fueran criminales. Usan armas de fuego y bolas de goma; emplean pistolas eléctricas sobre las caras o en los genitales.
Los torturan…

Comenta que cuando estuvo en la ONU y en el Parlamento Europeo, fue decepcionante.


El Padre Solalinde dejó un claro mensaje al Parlamento Europeo: “Europa está en decadencia moral. Los Derechos Humanos son parejos para todo ser humano. No se puede excluir a los migrantes”
Sostiene que la migración “lleva consecuencias positivas para los países receptores”.


“El movimiento migratorio no es un fenómeno, es un hecho provocado por el sistema capitalista que ahora se tendrá que enfrentar con lo que él mismo desató”.

Cuando los periodistas le preguntan si tiene miedo, responde:
 “¿Miedo? Miedo y vergüenza si me callo. Miedo y vergüenza si soy cobarde. Yo tengo libertad de conciencia.  Por miedo no voy a dejar de hacer nada.”