“El silencio, la
ausencia de indignación mundial, posibilitaba los apretones de manos sin cargo
de conciencia en despachos llenos de corbatas”
(Xavier Aldekoa, “Hijos del
Nilo”)
La cumbre informal de los líderes europeos en
estos días de septiembre muestra un acuerdo unánime:
la voluntad de frenar la
llegada de inmigrantes.
Después, hay discrepancias en el modo de hacer, en
la forma de repartir a los que consigan llegar.
Las divisiones se mantienen
intactas, con el bloque de Italia y los países del este, encabezados por
Hungría, que se niegan a recibir inmigrantes:
-No les dejamos entrar, y a los que están dentro,
a casa…
Hay países que han propuesto pagar para no acoger
inmigrantes.
Al menos alguien ha alzado la voz, Xavier Bettel,
primer ministro luxemburgués, para decir:
-"No
estamos hablando de alfombras o productos, hablar del precio de los inmigrantes
es una vergüenza para todos”
Tras los acuerdos con Turquía y Libia, también con Marruecos, los
líderes europeos se plantean sellar nuevas alianzas con otros países del norte
de África.
Con Egipto, en especial, al que
consideran un modelo por su eficacia en impedir que salgan migrantes desde sus
costas hasta Europa.
Ya han empezado el diálogo con el
presidente Al Sisi y el Consejo les apoya en estas conversaciones.
El canciller austríaco, Sebastian Kurz, que gobierna con la ultraderecha y anfitrión de la cumbre porque su país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha situado en el punto de mira a las ONGs que rescatan migrantes en el Mediterráneo.
Les acusa de mantener una especie de "acuerdo informal" con los traficantes de seres humanos para traer a los migrantes a la UE: actúan cerca de las costas de los países del norte de África e impiden que los guardacostas libios rescaten a los migrantes y los devuelvan a Libia, ha alegado, citando casos como el del Aquiarius, como relatan diversos medios de prensa.
Incluso Kurz admite que estas ideas hace unos meses se consideraban radicales o de extrema derecha, pero ahora cuentan con un apoyo mayoritario entre los líderes europeos.
Mientras, seguimos levantando muros, manteniendo concertinas...
Y sigue el llanto de las personas
migrantes, el de los niños en los campos de detención o de exterminio, que ya
dudo de qué es lo que son, porque lo que sí está claro es que no son de
refugio.
Contaba la corresponsal ayer que en en Moria la
situación es insostenible, que las citas que están dando para solicitar asilo
son para ¡¡noviembre de 2019!! Para entonces, si no han sucumbido, llevarán casi dos años, algunos más, retenidos.
Foto de José Palazón. |
En nuestro propio país, pequeños migrantes no son recogidos en los centros de protección, no se les da tratamiento adecuado a sus necesidades...
Pero el mundo sigue girando.
La petición de Vias Legales -Vias Seguras ¿a quién le importa?
Siguen las muertes en las aguas del Mediterráneo, el expolio en África, la violación de los derechos humanos, el aliento a la xenofobia y la venta de armas para atizar el fuego en los conflictos de los países del sur.
Los dirigentes se lavan las manos, tras
frotárselas por los beneficios que se obtienen de todo este magnicidio.
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