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miércoles, 19 de septiembre de 2018

¿QUIÉN NECESITA ALAS PARA VOLAR?


   Josete nació solo unos meses antes que mi hija, pero él, a las 48 horas, tuvo una hemorragia cerebral y  el resultado fue una encefalopatía con un diagnóstico de un 70 % de discapacidad y una miopía de 12 dioptrías.

   Se presentaba una vida dura, un futuro incierto, en el que nadie podía imaginar que Jose pisaría la alfombra roja de los Óscars de Hollywood, representando al cine español.
    Era habitual en Rivas verle paseando en el carrito en que le llevaba su madre y le fuimos viendo crecer, al paso de los años, mientras aprendíamos a mirarle con cariño, sin perder de vista el dolor, el trabajo y la constancia familiar, que iban rompiendo los estereotipos sociales , superando las barreras posibles e incluso aquellas que parecían imposibles, a la vez con dignidad y sin compasión.
Y entonces...
Sí, iba a llegar un día en que un director de cine y un guionista se plantearían llevar a la pantalla una historia diferente, distinta a lo que habían hecho hasta entonces, y de ahí iba a surgir "Campeones".

    Javier Fesser buscó actores no profesionales en un casting por el que pasaron 600 personas con discapacidad intelectual, hasta llegar a formar la plantilla de debutantes: Sergio Olmos, Julio Fernández, Jesús Lago, José de Luna, Fran Fuente, Gloria Ramos, Alberto Nieto Fernández, Roberto Chinchilla y Stefan López, de los que iba a decir:

“No solo no ha sido difícil trabajar con actores no profesionales y con una discapacidad intelectual, sino que cuando te encuentras con actores que tienen tantas ganas, ilusión y excitación por cada plano durante nueve semanas, sin bajar el nivel de entusiasmo, a mí, como director, me hacían subir el listón para intentar estar a la altura”, explicóFesser.
   Junto al resto del elenco, en el que destaca también un Juan Margallo inmenso y un Javier Gutiérrez tan adorable como siempre, se hizo realidad un gran sueño.

   Sí, porque Josete ya se había planteado ser actor, pensaba en ello y había pasado por otros castings.
   Era complicado, pero Mercedes, su madre,  afirma que la frase favorita de su hijo es: “Lo voy a intentar y ya veremos qué pasa”.

Y al fin llegó su primera película.
¡Y con qué éxito!


-Hemos superado a Steven Spielberg – Decía cuando en las primeras semanas la recaudación daba fruto.

    Ha disfrutado, lo cuenta él, de cada minuto del rodaje, 12 horas de trabajo diario durante 9 semanas.
   Y el  resultado es que la crítica cinematográfica reconoce en “Campeones” el acierto y equilibrio de Fesser para llevar al cine una historia con una temática nada sencilla sin resultar condescendiente, lacrimógena o facilona. 


   Una peli donde vemos a gente extraordinaria haciendo cosas normales.

    Esa frase ya tan usada de “personas normales con capacidades diferentes”,  que busca la ruptura de prejuicios y estereotipos,  la repetimos como un mantra, pero no somos conscientes de lo que quiere decir. Siguen siendo invisibles, no siempre descubrimos lo humanos que son. Inventamos palabras  para sustituir a las que se consideran políticamente incorrectas, pero seguimos insultando con las acciones.

Se cambiaron porque la Convención de las Naciones Unidas habló de los derechos humanos de las personas con discapacidad.
La inclusión real, la no discriminación, aún en este siglo XXI, comienza por cambiar nuestro lenguaje porque las palabras tienen mucho poder y peso y, por tanto, un lenguaje que no sea denigrante contribuye al cambio.
Películas así, hacen  falta.  Mucha falta.

Con personas, no personajes, porque se interpretan a ellas mismas, son ellas mismas. Las que borran las etiquetas.

Porque  ¿ qué es la normalidad? ¿Qué es la discapacidad?

    Como persona del mundo de la educación, aprendí que debemos respetar los límites de cada cual al mismo tiempo que facilitar la resolución de los problemas que limitan, haciendo de ello una cuestión de enriquecimiento personal y construcción propia.


    Si no habeis visto esta peli, os animo a descubrirla, porque esta cinta te envuelve como un abrazo.


Del cine salí pensando muchas cosas, entre ellas:
Que todos somos capaces de hacer cosas increíbles cuando confían en nosotros, cuando hacemos equipo, porque todos tenemos “un puñado de capacidades y otro de discapacidades”. 
Que una discapacidad intelectual, física o sensorial, no te anula como persona.


Que  el “problema” es de una genética que no ayudó, pero que a pesar de eso,  podemos ser superdotados emocionales.
Que no siempre son necesarias las alas para volar.
Que a veces es difícil que algunas personas conviertan en palabras sus pensamientos, pero que siempre tienen algo que decir.

Que a la gente hay que quererla como es, no como queremos que sea.
Que ¡cuantas veces! los mayores héroes nos son desconocidos
Que todos somos de alguna manera, diferentes, variopintos, que nos es difícil encajar en esta sociedad tan egoísta, tan de apariencias, donde a veces nos encierran en compartimentos etiquetados y nos dificultan abrir el corazón, entendernos, querernos.
 
 

 
 
 

 
 
 
 














































1 comentario:

  1. Gracias, por el artículo, que difícil admitir, respetar y amar la diferencia. Convertirnos en cuidadores y alegrarnos de lo distinto.

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