"
Éramos el abrazo de amor en que se unían el cielo con la tierra".
(Rosario Castellanos)
Así llegaron en mi cesta ecológica de esta semana estas zanahorias que me han parecido un símbolo del hermoso proyecto que lleva a cabo gente muy querida en el "Huerto Hermana Tierra".
En él se enrolaron en busca de una forma de vida que demuestra que la economía social es la alternativa a una sociedad que basa todo su éxito en la rentabilidad económica del máximo beneficio, sin tener en cuenta los valores humanos y que cuando la sociedad civil se organiza, es posible salir adelante y "crear espacios de trabajo donde unos y otros vayamos aprendiendo, que es posible, con mucho esfuerzo, encontrar una puerta sin candado por la que el presente se cuela y se hace grande".
Mis zanahorias son fruto de "las manos de quien arriesgó su vida en el mar por encontrar una oportunidad y de manos que aquí recibieron esas manos negras, y las entrelazaron y juntas, trabajan la tierra".
Para darles la razón parecen haber nacido así estas humildes zanahorias, porque enlazarse es un gesto que habla de compartir, de hacer juntos el camino. El abrazo nos hace "uno" en una trenza cariñosa, no necesitamos palabras porque se establece un diálogo esencial..
Nos cuentan desde el proyecto que: "Decidimos hace tiempo entrelazar nuestras vidas con las de otros y otras que por diversas razones se encontraban solos, en situación de pobreza y buscando oportunidades para remontar el vuelo".
Y con su trabajo, el sol y el agua, el sudor y el recuerdo de antiguas lágrimas, miraron la tierra baldía y, como dijo M. Hernández, "sembraron "tu vientre de amor y sementera", para que sobre el asfalto de la ciudad los que participamos de la cosecha podamos sentir en nuestras manos las bendiciones de la madre Gaia.
Las semillas se han vuelto fruto, y alguno, como este que os traigo aquí, quiere recordarnos que llevamos en nuestro interior millones de abrazos listos para entregar mientras pasamos por la vida, que juntándonos los que estamos a la intemperie nos damos la mano en este proyecto y en otros que puedan articular una sociedad participativa, en la que nos preocupemos unos de los otros con alternativas que superan la exclusión del injusto sistema en el que habitamos.
Gente hermosa parió este proyecto
"Huerto Hermana Tierra" y gente hermosa lo está llevando a cabo, creando una relación en la que todos ganamos. A los demás nos queda la labor de colaborar con ellos, participar de la cosecha comprando los frutos y hacer que se conozca para que llegue a más personas y aumente el trabajo digno y las posibilidades de vida de aquellos que lo tienen muy difícil.
Porque sabemos, como el poeta,
que podemos abrazar y amar la tierra
y decirle que:
"Vas a parir felicidad...
Yo te lo anuncio tierra virgen.
Tras resecarte dividida y no hallar nada que te alivie,
como un abono inesperado
absorberás la sangre humilde"...
(Benedetti)