Cuando
observo su sonrisa me pregunto:
¿Cómo puede sonreír después de ver todo lo que
ha visto?
Sus ojos han
mirado muchísimas partes del mundo para recordarnos lo que otros se empeñan en
que olvidemos. Todo eso que se oculta o ignoran los que no quieren que
descubramos la verdad.
Esos
horrores con los que los poderes fácticos atormentan a los invisibilizados, a
los sometidos, a los esclavos de nuestra época.
Y por eso los
perros de presa atacan ante el menor atisbo de libertad, de descorrer el velo con
el que nos ocultan tantas violaciones de derechos humanos que cada día se
producen.
Suerte o no, nosotros convivimos con personas que llevan en sus ojos todo el
dolor del mundo.
Y cuando
pueden, nos lo enseñan, y accedemos al sufrimiento de los hermanos, a las
injusticias, al hambre, a la explotación, a la represión indiscriminada, al
apaleamiento y a la tortura.
Mi gente es
así, personas que han visto,
fotografiado, escrito y relatado tantas tragedias humanas que no sé cómo pueden
soportarlo.
Y sonríen.
A pesar de
todo, sonríen… Ahí demuestran su inmensa fuerza.
Su
resistencia a tanto “enemigo” como se han cruzado en el camino, sin dar nunca un
paso atrás.
Y nos abren
los ojos, nos enseñan lo que han visto para que nunca más digamos que “no lo
sabíamos”, que no “oíamos”, para que no
olvidemos el grito de los silenciados.
Hemos
visitado tantas veces el infierno, que solo un inmenso amor hacia los seres
humanos permite que sigamos en la brecha. Es el que nos impulsa a continuar avanzando. Hay una fortaleza que procede de la
moral, de la ética, de la mente, del sentido de colectividad, de amor a la
vida, que está enraizada en el interior y que nos hace inagotables.
Podemos
comer, beber, hacer el amor, ir al cine, al teatro, sentir una profunda
alegría, y al mismo tiempo seguir mirando el horror del mundo para intentar derrocarlo,
situándonos siempre con quienes han quedado al margen del camino.
Hace tiempo
que ponen la diana en nuestra frente. Y ahora le
toca a Helena Maleno.
Perseguida y
acosada, es a ella a quien quieren abatir, sin saber que no dejará de gritar de nuevo Bossa, ese grito que abate los muros y las fronteras, como nos
dice a menudo: “Algunos piensan que los muros están para protegernos, pero
existen para desproteger a los otros y a las otras, a los que quedan al otro
lado”.
Y seguirá
denunciando, escribiendo amorosamente de cada situación que sufran injustamente
aquellos que normalmente no aparecen en los medios más que para ser
revictimizados y denostados xenófobamente.
A ti, amiga,
compañera, hermana de luchas y sufrimientos, te doy las gracias por tu labor infatigable,
por sacudir la indiferencia hacia los seres humanos, por todo tu tiempo, tu fuerza
y tu pasión para que no quede nadie sin futuro.
*****
Helena Maleno, citada a declarar en Marruecos por una causa penal sobre "tráfico de personas".
Llamadas con las que salva vidas.
Nunca podremos contar cuantas vidas se han salvado gracias a esas llamadas... Innumerables, vidas únicas e irrepetibles.
Estamos haciendo lo que le corresponde hacer a las instituciones,
Pero ellos criminalizan la hospitalidad, la solidaridad, el respeto a la vida humana.
Detras de Helena, ¡estamos todas!
La investigación se refiere a sus llamadas a Salvamento Marítimo.
Llamadas con las que salva vidas.
Nunca podremos contar cuantas vidas se han salvado gracias a esas llamadas... Innumerables, vidas únicas e irrepetibles.
Estamos haciendo lo que le corresponde hacer a las instituciones,
a los encargados del bien común.
Pero ellos criminalizan la hospitalidad, la solidaridad, el respeto a la vida humana.
Detras de Helena, ¡estamos todas!
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