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viernes, 2 de febrero de 2018

EL HUEVO DE LA SERPIENTE QUE NO QUEREMOS VER II



       "Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente.
 A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado".
                                                                               ( Dr. Vergerus)

 

“El huevo de la serpiente” es una metáfora popularizada por una película de los años 70 sobre el  proceso que condujo a la destrucción de la democracia alemana y su paulatina sustitución por un régimen totalitario a partir  de 1920. Se  refiere a que cuando está en la etapa de gestación, la serpiente puede ser vista a través de la cáscara transparente del huevo. Y lo que se ve es un bichito insignificante y hasta simpático, que puede incluso inspirar compasión. Por eso, nadie se atreve a destruirlo impidiendo su nacimiento. Pero cuando sale del huevo y comienza a actuar, el proceso no para hasta que la destrucción es total. Y cuando por fin alguien quiere hacer algo al respecto, es demasiado tarde. 

         La historia nos demuestra que cuando las democracias comienzan a debilitarse, cuando las instituciones que la sostienen se desmoronan ante la mirada indiferente de la sociedad que se siente ajena al proceso, y se pierde la capacidad de distinguir entre lo grave y lo superficial, lo verdadero de lo falso, hay un solo resultado previsible: el triunfo de quienes aspiran al poder total , ya que quienes podían cambiar las cosas,  actuaron de forma tan débil que dejaron socavar los cimientos de los más sagrado para las personas.
              Hace tiempo que vengo diciendo que estamos en los tiempos en que la SERPIENTE  se está reproduciendo,  y me parece constatar que, ahora,  incluso está eclosionando.  Cada dia somos testigos de que está volviendo a ocurrir.  ¿No veis también como  se  afianza un régimen que a diario manifiesta con palabras y también con hechos su decisión de no someterse a ninguna Constitución, a ninguna legalidad?

       Yo, como Chomsky en 2010, "tengo la sensación de temor de que las nubes oscuras del fascismo crecen" aquí.          
 
        Gloria Benito, en la crítica a la película aludida, escribió  sobre  una imagen sugerente: se trata de un plano en blanco y negro tomado desde una perspectiva superior en  suave picado, de un grupo de personas que se mueven a cámara lenta inclinadas por un ligero balanceo, agobiadas por una cierta indolencia y un cansancio infinito:
       “Sugieren el agotamiento de una sociedad oprimida y anestesiada por el desánimo que les roba las fuerzas y la energía necesarias para levantar la cabeza y salir del grupo o empujarlo hacia delante, hacia cualquier objetivo. Esta sociedad sin rumbo ni esperanza sirve de marco en que se desarrolla la historia de unos personajes que parecen no poder escapar a un destino terrible, cuyo germen se gesta en los años 20 en el Berlín de la República de Weimar. “

       Según Bergman, en dicha película, ésta es la incipiente y destructora combinación de virus infecciosos que engendraron el nazismo: depresión económica y social, miedo generalizado, indiferencia ante la injusticia y fanático sueño de una sociedad y un hombre  perfectos. El director, a través de las palabras de Vergerus, explica el porqué del título de la película: "Cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado".
 
        En la crítica, ella decía, y yo así lo pienso, que a la práctica sistemática de la represión en nombre de la defensa de la propiedad, al desprecio de las personas por su origen étnico o nacional, a la condena a muerte y a la práctica de la tortura por parte del Estado se le llama fascismo, pese a que en otros ámbitos no quieran reconocerlo o llamarle así. Los puristas se escandalizan, pero eso también pasó en la Alemania pre-nazi.

        Se dice que las sociedades piden facismo cuando empiezan a dejarse ganar por el miedo. Y dejarse ganar por el miedo es fácil, en estos días.No solo por las campañas de los medios de comunicación, sino porque todos estamos encantados con embarcarnos en la profecía del éxito posible y del consumo al alcance de la mano, y ya se sabe que la cara fea del éxito y de la capacidad de consumo es el horror a perderlos.

No hace mucho, Joseph Fontana, en una entrevista para Público.es,   argumentaba que "Ni siquiera el fascismo logró lo que ha conseguido el capitalismo" (19-11-2011).  En su obra  Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945 (que ha publicado en la editorial Pasado y Presente) su autor nos invita a esta preguntas:
 
          ¿Por qué los derechos de los trabajadores se han quedado en ascuas en los últimos cuatro años? ¿Qué ha pasado en los últimos 50 años en el mundo? ¿Dónde ha quedado el reparto equitativo o la cohesión social? ¿Es esta crisis económica un hecho aislado o es la consecuencia de una actitud voraz sin freno ni reglas? ¿Cómo han conquistado la soberanía los más ricos? 

          Ahondando en la idea del control social, aclara que "el fascismo surgió en momentos en que parecía que la capacidad del capitalismo para seguir manteniendo el orden social interno estaba fallando". Es decir, que aparece como una solución de urgencia ante el peligro de ruptura social. "Por decirlo de alguna manera: el New Deal de Roosevelt es una alternativa al fascismo". ¿El miedo al fascismo dejó campo libre al capitalismo? "Sí, pero las cosas que ha conseguido lo ha hecho pactando".

   Hablando de los movimientos, "plenamente justificados", de indignación mundial, avisa de que estos movimientos no deben enquistarse en el ruido de los antiguos antisistema, porque "generarán miedo en la misma población". "La única posibilidad de cambio en estos momentos está en ellos, sólo ellos pueden hacer que el sistema vuelva a negociar para permitir una situación un poco más justa, como la que hubo entre los años treinta y setenta, para volver al menos a unas condiciones civilizadas", explica convencido.

         Mientras dejamos pasar los días viendo como las circunstancias van cambiando y a cada momento nos despluman no solo de derechos adquiridos y de  situaciones de integración social, sino de lo más elemental de la persona humana, del derecho a vivir libre y dignamente, la mayoría de las serpientes se reproducen... Unas  poniendo huevos, aunque  algunas especies han desarrollado un método diferente. El cuerpo de la madre retiene los huevos hasta que las crías están totalmente formadas para vivir de una manera independiente.
  
           En algunos casos, un grupo entero alumbra crías totalmente formadas, como es el caso de este PP que nos gobierna.

           Pero en este sistema depredador en el que vivimos, hay incluso partidos que sin ser propiamente ofidios, prestan su calor en la incubación de los reptiles, colaborando  y facilitando su llegada a nuestra vida. La Historia les juzgará.

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