Dicen que siempre hay un santo o una virgen para cada necesidad.
Quizás por eso, también existe la Virgen de las Barricadas, que es la protectora de aquellas personas a quienes sus actividades ponen en riesgo de caer precisamente en ellas, en las barricadas
Su culto surgió en Oaxaca, en 2006, año que quedó marcado en la memoria histórica y colectiva de México por un movimiento social cuyo alcance rebasó cualquier predicción posible, sobre todo después del 14 de junio cuando la huelga de maestros fue reprimida de forma feroz y muchos sectores de la sociedad se unieron a su lucha.
El descontento popular se había generalizado por varios motivos:
En las elecciones presidenciales de ese año, el candidato del PDR, partido central izquierdista, Andrés M. López Obrador, hoy presidente, fue derrotado, fraudulentamente según muchos analistas, por el candidato del PAN, de extrema derecha, Felipe Calderón.
A finales de abril se había producido la sangrienta represión contra los mineros en huelga en Michoacán y otros sucesos de violencia por parte del gobierno en varios lugares del país, por lo que se consideró que se estaba intensificando el despliegue de impunidad autoritaria.
La representación más violenta llegó con las caravanas de la muerte, grupos paramilitares que recorrían con la misma impunidad las calles y que asesinaban o hacían desaparecer a muchas personas
En este contexto aparece la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), una de las mas importantes experiencias organizativas del movimiento social en México.
En realidad es una asamblea de asambleas, nacida el 17 de junio de ese año, contra el gobernador Ulises Ruíz.
Oaxaca es un estado pluriétnico y multicultural: 16 pueblos indios, 8 regiones y 570 municipios con una gran diversidad de organizaciones etnopolíticas, comunitarias, campesinas, populares y civiles.
Una parte del clero católico, de fe progresista, apoyó a la APPO, así como sectores de cristianos laicos que dan lugar a una relación clara entre religiosidad y fomento de la conciencia politica dentro del movimiento, además de participar en las protestas contra el Estado.
Sabemos de la importancia de la religiosidad popular en los pueblos latinos. La "arraigada identidad multidimensional y fuertemente politizada", esa reserva de prácticas y creencias sagradas que da sentido a sus circunstancias.
Y también lo hay en Oaxaca: un fuerte tradicionalismo y conservadurismo cultural y una profunda inclinación al culto a los santos.
Pero ya en los años 60 la aparición de un sector que seguía la Teología de la liberación alteró para siempre la relación entre la Iglesia institucional y las comunidades rurales y urbanas.
Muchos católicos pasaron de ser relativamente apolíticos a ser actores impulsados por una fe que les pedía intervenir y participar en causas sociales y políticas.
Y a pesar de la reacción de la Iglesia oficial y de la línea conservadora de la misma, una parte del clero de Oaxaca creía en la transformación de las fuentes de injusticia y desigaldad como realización del reino de Dios en la tierra. Por eso no es sorprendente que en estos momentos, 2006-2007, sintieran que había que responder a la represión del gobierno y que se les llamaba a la acción. Este católico se ve a sí mismo como "actor político" con una ideología de justicia y cambio.
Pero la APPO no es una creación de la iglesia o de una ONG; tampoco de un partido político ni aspira a convertirse en uno. En su interior participan muchas corrientes políticas, sin cabecillas. Es un movimiento de bases con una dirección integrada por 260 personas que es imposible de comprender al margen de la sección 22 del Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación (SNTE), ya que surgió como resultado de su convocatoria. Desde 1980 los maestros buscaron vincularse con las familias y sus luchas.
Se dan dos corrientes magisteriales, la Unión de Trabajadores de la Educación y la Corriente Democrática del Magisterio, con gran infuencia en la sección 22, que se refleja en la APPO.
El gobernador Ulises Ruíz intentaba la privatización y comercialización de todo lo que hasta entonces había sido de dominio público y cívico, una visión neoliberal que erosionaba ese espacio público, entre ellos el desplazamiento del Zócalo que durante siglos habia sido el corazón de la vida pública y social de los oaxaqueños, lo que aumentó el resentimiento popular.
Los maestros ocuparon dicho Zócalo, que se convirtió en el centro de operaciones de la APPO, pidiendo la salida del sátrapa del poder.
El 14 de junio de 2006 se produjo una violenta represión por parte del Estado que hizo que la población respondiera con barricadas en las calles, esquinas y avenidas.
Muchos se acercaron al centro de la ciudad con alimentos y provisiones para los heridos y una iglesia de los jesuítas se transformó en cocina popular para alimentar a los activistas. Esta cocina se trasladó después al propio Zócalo y desde alli daba de comer a los activistas de todos los campamentos por toda la ciudad. Duró hasta que el zócalo fue tomado por la PFP, la policía federal preventiva.
Los edificios colindantes de la iglesia se convirtieron en centros de primeros auxilios donde se atendía a los heridos.
Mientras los medios de comunicación presentaban las barricadas como lugares de vándalos y maleantes radicales, los participantes de la APPO las consideraban espacios morales donde las diferencias entre hombres y mujeres, viejos y jóvenes, de clase media y pobres, desaparecieron, organizados en lugares de tolerancia y respeto.
Se creó un espacio que de convivencia y una emoción de autogobierno, de auto-organización más alla de la resistencia.
En palabras de uno de sus representantes, Flavio Sosa, referente de la APPO, este movimiento nace como una respuesta a una agresión brutal, pero luego empieza a cuestionar todo: cuestiona a los medios de comunicación, y a varios los «toma» y los hace suyos; cuestiona las formas tradicionales de hacer política, y pretende plantear nuevas formas de hacer política; cuestiona a los partidos políticos, y no deja que ningún partido político lo conduzca; cuestiona incluso los mismos liderazgos, y genera un liderazgo colectivo; cuestiona a un mal gobierno, y plantea quitarlo. Entonces se empieza a conformar como un movimiento antisistémico, que alarma a la clase política. «¿Cómo es que la lucha callejera nos puede estar cuestionando prácticamente el status quo, la forma de hacer política?», se preguntan los políticos. Y si es la gente la que está cuestionando todas las formas tradicionales de hacer política, nosotros pensamos que es ella la que tiene también que inventar algo nuevo en este Congreso.
Por eso es importante entender que este movimiento es de toda la sociedad, tratando de convivir, y marchando juntos. Hay compas que por ejemplo traen consigo la hoz y el martillo, y a un lado están las comunidades eclesiásticas de base que traen a la virgen de Guadalupe. Esta es la gran virtud de nuestro movimiento. Por eso insistimos en que «no es de líderes». En una ocasión, cuando empezó a correr esta frase, alguien hizo un cartel que decía: «este movimiento no es de líderes, es de bases», y lo terminaba firmando como grupo. Al rato, unos muchachos inteligentes le agregaron debajo con pluma: «no es de líderes… ni tampoco de grupos». Esa es la realidad.
Así, las barricadas, que se montaban cada noche y se desmantelaban por la mañana, eran como "oasis temporales" para el ideal de comunidad popular.
Es aquí donde surgieron iconos de culto, imágenes llamativas, como la Virgen de las Barricadas y el Santo Niño APPO, ejemplos del resurgimiento del espíritu sagrado popular. "La utilización e imágenes religiosas dentro de movimientos sociales emancipadores y revolucionarios forma parte de la complejidad histórica de América Latina".
Se hizo común encontrar estas representaciones en altares improvisados en las calles, mítines y marchas: religiosidad popular y lucha social y se convirtieron en abogados de la causa contra la injusticia, guardianes de las vidas en las barricadas y refugio de las capas más empobrecidas del país.
Esta Virgen, pintanda en blanco y negro en un principio, con máscara antigases y un collar de púas, lleva llantas ardiendo en su manto y, abajo, la leyenda "Protégenos Santísima Virgen de las Barricadas".
La imagen del niño APPO lleva casco, palicate amarrado a la cara, resortera en la mano y un bazuca a la espalda, y apareció, al parecer, durante la novena gran marcha en noviembre de 2006.
¿Cuál es la significación de estas imágenes?
Estos símbolos fueron expresiones espontáneas que no iniciaron los miembros del clero aunque algunos sí los aprobaron.
Fue una fusión de la religion popular con un catolicismo progresista que impregnó el discurso ético y político buscando construir una sociedad mas justa y digna, uniendo los movimientos sociales de liberación y la fe cristiana, la teología indígena y el cuidado de la "Madre Tierra", en un modo justo de batallar contra un gobierno intolerable.
La investigación ha recogido opiniones de personas hablando de sí mismos como católicos politizados, católicos cambiados para siempre en favor de la justicia social.
Sin embargo, la iglesia oficial no toleraba estas imágenes que consideró provenientes de ideas y mitos de grupos que desconocían el evangelio y el calor de la devoción católica. E incluso el Arzobispo habló de excomunión.
La imagen de esta virgen procede de otro icono, la tan querida virgen de Guadalupe, en un sincronismo que une de nuevo las espiritualidades identificadas en ella.
Es mito, mestizaje, colonialidad y apropiación.
Nos dicen los cronistas de la conquista de América que los templos católicos se edificaron en los lugares sagrados de los indígenas, construídos muchas veces con sus mismas piedras. Los frailes, en una lógica de sustitución, cambiaron a los dioses nativos por imágenes de cristos, santos y vírgenes.
La devoción a la de Guadalupe se remonta al año 1531, cuando cuentan que se apareció a un indígena llamado Juan Diego, al que dejó estampada su imagen en la tilma.
El indio Cuanhtlatohuac, recién bautizado como Juan Diego por los franciscanos, salió de su choza de madrugada para ir a otro poblado. Al iniciar el ascenso al cerro de Tepeyac, vió en la cumbre un resplandor que le hizo detenerse. Al mismo tiempo le llegó una sensación que definió como canto de numerosos pájaros y aroma de muchas flores. Pensó que habia muerto y se encontraba en el Aztlan (Más Alla). Y volvió a sobresaltarse cuando una voz le llamó.
Subió hacia el encuentro con aquella luminosidad y vio a una señora preciosa que, tras saludarle, le manifestó su deseo de que en ese lugar se erigiera un templo para que ella protegiera a todos los moradores de esa tierra.
Antes de la conquista, en el lugar donde cuentan que se apareció, existía una diosa madre: Tonantzin, la divinidad de la tierra y la fertilidad, la señora de "la falda de serpientes". La madre de todos los dioses de la mitología azteca.
Hay quien afirma que esta historia es una transposición porque los españoles usaron este lugar de adoración para poner una nueva historia y evangelizar a los indios. Y que la historia es una copia de la virgen de Guadalupe de Villuercas, en Extremadura.
De lo que deducen que la historia de Juan Diego no sería verdad, así como los sucesivos milagros que se le atribuyeron.
Hay historiadores que dudan de la existencia de este Juan Diego, del que no han encontrado pruebas históricas.
Aún así, la Guadalupana es también un símbolo clave del sentimiento nacionalista, emblema del mestizaje mexicano. Por eso es morena y está pintada con un glifo indígena.Su estandarte se ha usado para expresar la exasperación o el enojo, desde el Grito de Dolores encabezado por Hidalgo, la más poderosa de las rebeliones contra el tributo en la Nueva España y primer acto de la independencia mexicana, hasta la entrada de Emilliano Zapata al Zócalo de la Ciudad de México.
Este escrito quiere ser un homenaje al pueblo de Oaxaca y a ese tiempo en que se hizo realidad la democracia participativa radical porque las organizaciones civiles y populares allí jugaron un papel estratégico en el diseño de reformas institucionales posteriores.
La APPO fue noticia en 2006 en diversos lugares del planeta, porque esos meses de lucha no fueron solo un relámpago en cielo despejado. Fueron luz en la dura lucha contra la dominación "y por la posibilidad de vivir una vida digna, construyendo lo colectivo".
También en Chile apareció la patrona de las Barricadas, una mujer con vestido mapuche. En el fondo se observa la bandera walmapu de los pueblos originarios y con un perrito: El "Negro matapacos".
El Negro, como se le conocía originalmente, cobró protagonismo durante las protestas estudiantiles del año 2011, cuando los jóvenes salieron a las calles y alzaron su voz en contra de las condiciones de la educación universitaria en Chile.
Exigían gratuidad y calidad académica. Entre los manifestantes, combatiendo en las primeras filas, figuraba un luchador que pronto se ganó el corazón de muchos universitarios: un perro.
El quiltro, al que se le veía con un pañuelo rojo, azul o blanco, atado a su cuello, combatía con valor a los miembros de los Carabineros, los pacos. Llegó a resistir las embestidas del guanaco. Incluso las bombas lacrimógenas, que las autoridades lanzaban para disipar a la multitud
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ORACION MEXICANA:
¡Virgen de las Barricadas! Escucha la oración que te dirigimos: da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos.
Virgen de las Barricadas, bendice a nuestros compañeros. Prótegenos y guianos siempre en la revuelta.
Y así, libres de todo infierno capitalista, podremos llevar a los demas la alegría y empoderamiento que solo pueden venir de la Revolución.
Alcánzanos el valor y la resistencia, la fuerza y la determinación. Intercede día tras día, sembrando la autoorganización, la autogestión y la autodefensa en nuestras calles. Haz que merezcamos oír en el fondo del alma tus sabias palabras: solidaridad, apoyo mutuo, resistencia y comprensión.
Virgen de las Barricadas, tú que eres la Diosa Madre, cobíjanos bajo tu manto de potección. Defiendenos de las falsas instigaciones, consuélanos en las tristezas y ayúdanos en nuestras necesidades.
En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las cárceles, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.
¡Virgen llena de gloria y revolución! TUERSVLAD! Así sea.
Guadalupana Rebelde. |
Me ha encantado conocer a la Virgen de las Barricadas y toda la historia de lucha que hay detrás. Es muy interesante ver como la religiosidad se entrelaza con una forma de vida y de lucha por la liberación de la opresión de unos sobre el inmenso resto. Muchas gracias por este relato tan pleno de vida y alegría.
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