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jueves, 8 de agosto de 2024

CASALDÁLIGA EN EL CORAZÓN...

Es tarde
pero es nuestra hora.

Es tarde
pero es todo el tiempo
que tenemos a mano
para hacer futuro.

Es tarde
pero somos nosotros
esta hora tardía.

Es tarde
pero es madrugada
si insistimos un poco.

(Nuestra Hora.- P. CASALDÁLIGA)





Hoy es el aniversario de la muerte de Pedro Casaldáliga, del que dicen que murió sonriendo, tranquilo y en paz.


      Llegó al Brasil más profundo en 1968, en plena dictadura militar y allí se entregó en cuerpo y alma junto a los Sin Tierra. Fue voz de los indígenas y campesinos. Su lucha por estos pueblos y sus derechos le costó amenazas de muerte y persecución del régimen militar y de los terratenientes que llegaron a matar a su vicario,  al que confundieron con él.

     Quisieron expulsarlo de Brasil varias veces y él nunca quiso dejar solos a sus compañeros de vida, los campesinos más pobres.

     Poeta, revolucionario y rebelde, jamás claudicó en sus denuncias contra las agresiones y las violencias hacia los desfavorecidos.

     Un místico enfrentado al poder, al autoritarismo y al clericalismo. 

     No toleraba el silencio cómplice de los que se conforman con una sociedad injusta.



    Estaba convencido de que otro mundo era posible y necesario y decía que donde no hay utopía, no hay futuro.  

    Hablaba en sus entrevistas sobre el capitalismo y sus dramáticas consecuencias: "Contra el neoliberalismo, la siempre nueva liberación".
 
    Cuando murió,  su ataúd fue llevado por los indios Xavante, ataviados con sus colores de gala y por la gente del pueblo: indígenas enterrando con los máximos honores a un obispo que se manifestó contra la conquista y la mal llamada evangelización.


    Descansa a orillas del río Araguaia, el río "más hermoso del mundo", que decía él, al sur de la Amazonía, en el cementerio viejo de los campesinos.  Su tierra acoge a los peones maltratados y asesinados por los terratenientes, a los niños muertos de hambre y malaria y a la población local.

    Estoy segura de que fue velado por todos los nombres que llevaba en el corazón. 

    Este blog tiene sentido gracias a él y a lo que me enseñó.


"Para descansar
sólo quiero
esta cruz de madera
como lluvia y sol,
estos siete palmos
y la Resurrección!"


Ante la imagen de este montículo que es la tumba de Pedro, hago unos momentos de silencio. 

Te invito a hacerlo a ti también.


Y a releer este poema que escribió y que nos trasmite tanta vida:

Yo moriré de pie, como los árboles:

Me matarán de pie.
El sol, como testigo mayor,
pondrá su lacre
sobre mi cuerpo doblemente ungido,
los ríos y el mar
se harán camino de todos mis deseos,
mientras la selva amada
sacudirá sus cúpulas de júbilo.

Yo diré a mis palabras:
No mentía gritándoos.
Dios dirá a mis amigos:
Certifico que vivió con vosotros
esperando este día
.

De golpe, con la muerte,
se hará verdad mi vida.
¡Por fin habré amado!

 

Recordemos sus palabras:
"Es tarde, pero es todo el tiempo que tenemos a mano para hacer futuro...."




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