Frente al terrorismo de Estado exhibido y desplegado en la toma de posesión del presidente de los EE.UU, la gran lección de vida de este otro Presidente, que es el ejemplo de cómo un político puede desarrollar una vocación de servicio para el bien común.
¡Gracias,, Pepe!
YO, PEPE MUGICA
Os lo cuento.
Fui guerrero tupamaro, agricultor y político.
Pero estoy cansado
sin dejar de ser lo que fui.
Sobre todo, guerrero.
Y ahora me estoy muriendo
y también el guerrero tiene derecho
a su descanso,
el que impone el tumor
que me invade.
Todos los caminos de mi tierra llevan
a mi corazón, y sé distinguir
lo que es pasajero de lo que es definitivo.
Fui yo quien eligió este camino
y no protesto por llegar hasta aquí, con 89 años.
Pero necesito silencio.
El silencio es manantial de vientos
que se llevan los ecos de la vida,
los cuchillos hostiles,
los dientes, alfileres y ataúdes,
los desgarros de mil escalofríos,
torbellino de llantos y de lutos.
Dejadme en el silencio
de mis higueras y manzanos umbríos,
de la lengua que resiste las palabras
que hieren por la espalda,
de las orillas que besan los crepúsculos
lamidos por las olas.
Devolvedme el silencio,
que quiero curar la herida
que me dejó en el alma
el dolor de las selvas arrasadas,
de los bosques de cemento plantados,
de la pobreza insuperable,
de la justicia no ejercida,
de las libertades quebrantadas.
Devolvedme el silencio,
que quiero volver a mis verduras,
mientras tranquilo,
y esperando la paz inevitable,
medito sobre la hermosura de la vida,
sobre cuánto caí y cuánto me levanté,
los buenos amigos que me acompañaron
y también bailaron conmigo.
Devolvedme la paz
y no me pidáis más palabras.
Necesito el milagro
de los labios cerrados,
de las bocas mudas,
de las tibias sombras,
de los latidos ausentes.
Guerrero soy y seguiré luchando,
sin tregua, jamás derrotado.
La vida siempre es porvenir.
la vida me persigue
aunque me esté muriendo.
¡Cuánto de vida hay en la muerte!
¡Cuánto de más allá en la vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario