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jueves, 22 de junio de 2017

BLINDAR LA FRONTERA: EMERGENCIA SOCIAL II


Una de las mujeres cuenta las monedas que ganó, intentando cuadrar un balance  imposible.


-Precisamos ropa, zapatos, comida... Pero quiero que mis hijos estudien y sean felices.

      Sobre el futuro, esta guerrera Warao sigue cultivando sueños para sus pequeños.

Soñar  no cuesta nada, dice.

-Mariene y Fabiana van a ser profesoras de lengua Warao
y César, médico. Faltan médicos en nuestro pueblo, Tucupita.


     Os hablaba hace unos días de los indios que habían pasado a Brasil desde Venezuela y de la emergencia social que, al fin, se había decretado en Manaos.

     Cáritas Archidiocesana y la Pastoral del Migrante, que están acompañando al grupo, pidieron al ministro de Justicia ayuda urgente.

     -"Estamos convencidos de que es un problema humanitario que no tiene que resolver la prefectura sola - lamentaba el secretario municipal de Mujer, Asistencia Social y Derechos Humanos- Es una situación de emergencia y el gobierno federal tiene que solucionarlo a corto plazo.

    Nos han contado que el decreto publicado el día 4 de mayo servirá para "desburocratizar procedimientos" como la emisión de documentos, así como para facilitar la atención. Pero los burócratas se pasan la pelota y los indios waraos han de seguir su vida, pidiendo en los semáforos o vendiendo la artesanía confeccionada por la tribu.
  
      Normalmente son ellas, las mujeres, las que salen a las calles.

- ¿Por qué no hay hombres pidiendo? - pregunté yo.

- Porque a ellos no les dan.- Me responden sencillamente.

   Conseguir alojamiento es una de las grandes preocupaciones de la Pastoral del Migrante, porque estos indios no son personas "sin techo". Lo son ahora porque están intentando sobrevivir.

      Les han asegurado que podrán disponer en breve de un edificio que actualmente está en obras. Ya tienen 6 casas de alquiler, pero en condiciones insalubres.

      Cáritas ha sugerido que hay que crear alternativas que no choquen con los derechos indígenas, que preconizan que el niño no puede serle retirado a su madre, y, a la vez, con el Estatuto brasileño del Niño y del Adolescente, que no permite que los menores estén expuestos a situaciones de riesgo.


   Por otro lado, hay quien ya levanta la voz para pedir una barrera en la frontera entre la Amazonia y Venezuela. Hablan de los "coyotes", que traen a los más vulnerables y humildes para aprovecharse de ellos, pero en el fondo, el discurso es el mismo de otros lugares: frenar la llegada de los pobres con muros cada vez más altos y deshumanizados.

En Sao Paulo, lejos de esta frontera, unas mil personas convocadas por el grupo xenófobo "Derecha San Pablo", se manifestaron para pedir a Temer que vete la norma de la nueva ley de extranjería y piden que continúe la deportación que la policía federal efectúa en determinados momentos.

    El gobierno de Manaos ha pedido montar campos de refugiados con respaldo de la ONU o de la OEA y quieren iniciar contactos con ACNUR.


Entre tanto, siguen lloviendo piedras para los de siempre.











Fotos: Mariam del Toro. Mayo 2017
















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