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miércoles, 23 de marzo de 2022

MARZO-MUJER.- Día 23:


Tú me enseñaste a odiar,

a ver a las otras chicas como enemigas.

Me enseñaste a rivalizar 
incluso con mis hermanas.

Tú me enseñaste qué hacer para contentar 
a un hombre

porque el amor, así con mayúsculas, 
es a lo máximo a lo que aspiro.

Tú me enseñaste que las mujeres 
debemos elegir entre sumisa o bruja.

Me enseñaste el placer de la necrofilia, 
sí, sí,
el romaticismo de besar a un cadáver.

Me enseñaste, también, ¿recuerdas? 
a abusar de una chica 
que se queda dormida, 
no importa si está cansada o drogada, 
si está maldita o pinchada por una rueca.

Qué gran maestro fuiste, Walt Disney.

En cambio a ellos,

Ay, ¡cómo los pusiste a ellos!

Les enseñaste a ser valientes,

a abatir dragones, a trepar montañas,

a vencer temores y a empuñar espadas.

Les enseñaste a ser el rey león de la manada,

a ser HOMBRES  fuertes como Tarzán,

listos, musculados, con medallas.

¡Como Hércules, que llega y gana!

Pero a nosotras
nos diste el amor como única opción.

Ni siquiera teníamos amigos humanos
como ellos.

Solo hablábamos con tacitas y animalitos.

Así que niña, espera sentada.

¡Qué coño! Mejor espera tumbada

o dormida o muerta.

Qué importa, porque él siempre llega.

Tú estáte a la espera de que te lleve 
en su alfombra a un mundo ideal.

Nos convertiste en madrastras
que explotan a esclavas,

en brujas que envenan
para ser la más guapa.

Oh, niña, abandona a tu familia
por unas nuevas piernas.

Qué más da si te quedas sin voz:

"Admirada tú serás si callada
siempre estás, sujeta bien tu lengua
y triunfarás, Ariel"

Ay, niña, date cuenta
de que no eres suficiente contigo misma.

Necesitas un hombre
que te diga lo que vales,
un príncipe azul que te salve,
un John Smith que te diga:

“si no lo conocieras…“
tu vida sería una mierda.

Ay, pequeña, y si por alguna de aquellas
quieres triunfar, 
córtate el pelo como Mulán.

Nos enseñaste a fabricar pociones
para mantenernos jóvenes
en el país de Nunca Jamás,
convertidas de mayores
en cremas antiedad.

Por suerte, Walt, 
tu historia está terminando
porque había una vez niñas
que escaparon de sus torres,
brujas que rompieron cadenas,
princesas que dejaron de hacerse la cera
y unas a otras nos quitamos la venda.

Y empezamos a liberar el pájaro de la jaula,
a aullar, a salir de noche
sin miedo a pasar de las doce,
a volar sin escobas y a liderar dragones.

Así que nosotras, las gordas, las flacas,
las que no se depilan,
las solteronas,
las de las tetas caídas, 
las que no saben cocinar,
las que calzan bambas 
y no zapatos de cristal,

nosotras, las del rímmel corrido, 
las que no se peinan,
las que tienen novia, 
las que no quieren hijos,
las promiscuas, las malfolladas,
las viejas arrugadas,
todas, 
nosotras, 
aquí, tenemos un lugar
donde viviremos felices 
y comeremos 
lo que nos salga de los ovarios, 
querido Walt.

(MARTA FORNES).





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