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martes, 20 de septiembre de 2011

CONFLICTO SOCIAL EN LA ESCUELA.

                                      "La lucha por la escuela progresista no puede
                                                         ser separada de la lucha política.

                                                   (George Snyders.- Socio-pedagogo)



        Estudié Ciencias de la Educación, Pedagogía, porque concebía la educación como potenciadora del desarrollo total de cada niño,y que educar, como mantiene Jose Luis Corzo, “es crecer en relaciones y afrontar juntos los desafíos de la vida colectiva”.

         A pesar de los años transcurridos, compruebo que lo que nos motivó al acabar la carrera a unos cuantos compañeros para organizarnos en la Asociación de Nuevos Pedagogos, sigue vigente, y volvemos a luchar por las mismas premisas.

En la actualidad, de nuevo, los sectores más reaccionarios de la educación española, amparándose en sus falsos principios de “libertad de enseñanza”,  difícilmente ocultan su miedo a perder las prebendas y privilegios educativos que han mantenido  durante siglos.
               Y mientras niegan derechos a la educación pública, subvencionan y favorecen a los centros privados, que en su mayor parte, atienden el tema educacional desde un  punto de vista de negocio o de intereses religiosos, en detrimento de la laicidad.

Hace mucho tiempo que Enrique Martinez Reguera viene avisándonos de que asistimos a una progresiva concentración en  muy pocas manos, de bienestar, capitales y poder, “que ahondan el abismo entre quienes disfrutan de todos los recursos  y quienes carecen incluso  de los más necesarios”.

          La educación de nuestros hijos es una responsabilidad conjunta  de toda la sociedad civil, que debe exigir  la igualdad de oportunidades para todos  y la calidad  de excelencia también y especialmente para  la  educación pública, para que ésta no se convierta en el gueto de las áreas marginales.
        El papel del maestr@ es llevar a los alumnos a plantearse problemas y a pensar soluciones.  La pedagogía de la esperanza, de Pablo Freire, que nos enseña que no somos recipientes donde depositar “saberes ,  sino personas susceptibles de liberarnos e independizarnos , saliendo de la pasividad para transformar la realidad, humanizándonos en conjunto.

                  En mis años de facultad denunciábamos que la escuela solo favorecía a los que la sociedad ya había favorecido, desvalorizando a los demás. La escolaridad brillante, salvo  honrosas excepciones, correspondía a familias instaladas en posición dominante.
            Y entonces luchábamos por que la educación fuese activa, crítica, comprometida y liberadora., Se decía que  era un aparato ideológico del estado, pero veíamos que no era así del todo: los que dominan siempre han desconfiado de la escuela. La necesitan pero al mismo tiempo quieren limitarla. Por eso, es vulnerable ante el poder y está subordinada a intereses partidistas.

            Sigo creyendo, como muchos docentes, que el ámbito escolar debe respetar las individualidades y facilitar la relación entre los que conviven en él; que el maestr@ no es el único depositario del saber, que en el acto educacional, todos aprendemos y nos enriquecemos; que hay que concebir al educando como persona con intereses y posibilidades y aceptar la creatividad, la fantasía, las habilidades adquiridas fuera del marco escolar.

          Cuando se concibe la cultura como algo no acabado, la escuela como un lugar de comunicación e intercambio, de investigación, de desarrollo en común, también se concibe el espacio escolar como un espacio para vivir. Y eso necesita esfuerzo, trabajo, docentes preparados, inversiones.


          Quizás esto es lo que temen las autoridades competentes: que una pedagogía progresista permita luchar contra la explotación de la clase dominante. Que la sociedad se haga más adulta a causa de una educación liberadora.,

         L@s profes están hoy en huelga…. Por eso, teniendo presente la realidad, apoyemos su lucha que no es otra que la nuestra,  porque la educación permite la toma de conciencia de la realidad que vivimos, y la conciencia de esa realidad transformará esa realidad para mejor.
                Como ciudadanos responsables, asumiendo nuestras obligaciones, reivindiquemos nuestros derechos. En este tema, el de la educación, nos jugamos, como dice Josito, “nada menos que la dignidad propia y la de nuestra especie Humana”.

  ¡Buenas jornadas de Huelga,  amigos docentes!

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