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lunes, 1 de enero de 2018

LA VENTAJA DE LOS FELICES.

                                       Resolución de ser feliz
                                       por encima de todo,
                                       contra todos y contra mí,
                                           de nuevo,  por encima de todo,
                                                ser feliz,
                                                     vuelvo a tomar esa resolución.
                                                                          
                                                                            ( Gil de Biedma) 

Y así, como de repente, llego a los 60 años…

Porque si vuelvo la vista atrás, todo ha pasado deprisa, deprisa…


Y eso que cada etapa del camino ha ido dejando lecciones aprendidas y ciertas cicatrices que me convierten en la persona que soy,

y eso no está nada mal.

Mi linaje y mi conciencia procede de las huellas de las mujeres que me han precedido y de las que quiero ser relevo.

Mi soledad está ocupada, pero no de silencios ni de normas, ni de fantasmas… Tengo amigos que son mi hogar y mi mesa. 
Mis esperas siempre acaban cerca de algún mar…

     Parafraseando a Alejandro Gándara, he tenido una vida buena, es decir, se me ha repartido con esmero el gozo y el dolor  que, como sabeis, son los ingredientes de la felicidad. “Muchos creen que la felicidad es lo contrario del dolor, pero ignoran que vivir ya duele y que, por tanto, lo bello y lo bueno proceden precisamente de lo que hacemos con lo que tenemos..., y la vida nos da dolor. Un estado indoloro es sólo producto de la analgesia, psíquica o química, y no produce otro bien que la ausencia de mal. Muchos dirán que no es poco. En cambio, yo te digo y tú sabes que no es nada.

     La felicidad es un balance final. Se hace cuando las cosas empiezan a concluir en su tiempo. No eres feliz en este momento o en aquél, en esta o aquella época, sino cuando el conjunto ofrece una perspectiva suficiente y las cuentas empiezan a ser saldadas. De hecho, esas temporadas de felicidad que uno evoca de vez en cuando, pasaron sin que se diera cuenta y sin percibirlas entonces, de manera que sólo existen mediante esas mismas evocaciones y con sus variables dosis de invención y de remordimiento”.

    Al cumplir 60 años es posible que se me haya otorgado una primera visión de conjunto de mi vida buena. Y porque disfruto de lo recibido y proyectando en el futuro, con la ventaja de no temer al pasado. “Es la ventaja de los felices, de los que se dolieron y gozaron con su vida. Y mientras para otros es la hora del desconsuelo, para ti es la hora de pasar a la acción”.

       Voy a dejar aquí un extracto del poema de Quima Jaume, Joaquina, la poeta catalana hija de pescadores, que nos dejó en 1993:
          "...La luna crece, gira, decrece y redondea.
          El verano, al morir, prepara otro verano.
          El tren que desaparece por el norte, siempre regresa al punto de partida.
          Nacen las flores y al día siguiente mueren.
          Y renacen porque es bueno que se cumplan los ciclos.
          Y es bueno que nada sea igual a nada,  sino que vuelva lo que es bueno.
         Yo me reconozco en el bien y en el mal, que todos somos lo mismo:
          igual,  diverso, astuto, ingenuo, cobarde, bravo,
          grande, pequeño, sabio, ignorante, áspero, tierno, bueno y malo.
                                          Yo me reconozco en cada huella  humana.            





























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