Resolución de ser feliz
por encima de todo,
contra todos y contra mí,
de nuevo, por encima de todo,
ser feliz,
vuelvo a tomar esa resolución.
( Gil de Biedma)
Y así, como de repente, llego a los 60 años…
Porque
si vuelvo la vista atrás, todo ha pasado deprisa, deprisa…
Y eso
que cada etapa del camino ha ido dejando lecciones aprendidas y ciertas
cicatrices que me convierten en la persona que soy,
y eso no está nada mal.
Mi
linaje y mi conciencia procede de las huellas de las mujeres que me han
precedido y de las que quiero ser relevo.
Mi
soledad está ocupada, pero no de silencios ni de normas, ni de fantasmas… Tengo amigos que son mi hogar y mi mesa.
Mis esperas siempre acaban cerca de algún mar…
Parafraseando a Alejandro Gándara, he tenido una vida buena, es decir, se me ha repartido con esmero el gozo y el dolor que, como sabeis, son los ingredientes de la felicidad. “Muchos creen que la felicidad es lo contrario del dolor, pero ignoran que vivir ya duele y que, por tanto, lo bello y lo bueno proceden precisamente de lo que hacemos con lo que tenemos..., y la vida nos da dolor. Un estado indoloro es sólo producto de la analgesia, psíquica o química, y no produce otro bien que la ausencia de mal. Muchos dirán que no es poco. En cambio, yo te digo y tú sabes que no es nada.
Voy a dejar aquí un extracto del poema de Quima Jaume, Joaquina, la poeta catalana hija de pescadores, que nos dejó en 1993:
Mis esperas siempre acaban cerca de algún mar…
Parafraseando a Alejandro Gándara, he tenido una vida buena, es decir, se me ha repartido con esmero el gozo y el dolor que, como sabeis, son los ingredientes de la felicidad. “Muchos creen que la felicidad es lo contrario del dolor, pero ignoran que vivir ya duele y que, por tanto, lo bello y lo bueno proceden precisamente de lo que hacemos con lo que tenemos..., y la vida nos da dolor. Un estado indoloro es sólo producto de la analgesia, psíquica o química, y no produce otro bien que la ausencia de mal. Muchos dirán que no es poco. En cambio, yo te digo y tú sabes que no es nada.
La felicidad es
un balance final. Se hace cuando las cosas empiezan a concluir en su
tiempo. No eres feliz en este momento o en aquél, en esta o aquella época, sino
cuando el conjunto ofrece una perspectiva suficiente y las cuentas empiezan a
ser saldadas. De hecho, esas temporadas de felicidad que uno evoca de vez en
cuando, pasaron sin que se diera cuenta y sin percibirlas entonces, de manera que
sólo existen mediante esas mismas evocaciones y con sus variables dosis de
invención y de remordimiento”.
Al cumplir 60
años es posible que se me haya otorgado una primera visión de conjunto de mi
vida buena. Y porque disfruto de lo recibido y proyectando en el futuro, con la
ventaja de no temer al pasado. “Es la ventaja de los felices, de los
que se dolieron y gozaron con su vida. Y mientras para otros es la hora del
desconsuelo, para ti es la hora de pasar a la acción”.
"...La luna crece, gira, decrece y redondea.
El verano, al morir, prepara otro verano.
El tren que desaparece por el norte, siempre regresa al punto de partida.
Nacen las flores y al día siguiente mueren.
Y renacen porque es bueno que se cumplan los ciclos.
Y es bueno que nada sea igual a nada, sino que vuelva lo que es bueno.
Yo me reconozco en el bien y en el mal, que todos somos lo mismo:
igual, diverso, astuto, ingenuo, cobarde, bravo,
grande, pequeño, sabio, ignorante, áspero, tierno, bueno y malo.
Yo me reconozco en cada huella humana.
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