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martes, 13 de noviembre de 2018

COMO LOS GIRASOLES DE VAN GOGH



 La conciencia individual
llega a la paz en calma.
La conciencia colectiva,
cuando toma conciencia,
produce incontrolables
terremotos de pájaros.

      
        (Hamlet Lima Quintana)

       
      Pregunta Gerardo, tras la charla en el Raval de Barcelona: Tú sabes que Van Gogh vivió toda su vida en la miseria, que su pobreza y su soledad fueron extremas, que hasta se cortó una oreja y que nunca pensó que llegaría a prosperar su pintura... ¿Y quién no conoce hoy Los Girasoles, por ejemplo?

      Pues así es la vida del activista... 


     Yo se que no lo voy a ver, que no podré disfrutar de un mundo mejor, que quizás ni mis hijos lo vean... Pero mis nietos sí, o los hijos de mis nietos. 

      Me hizo pensar Gerardo.


     No somos activistas que conciben su participación en la lucha como inversión y consumo.

      Somos aquellos que pensamos, estemos donde estemos, sin poder evitarlo quizás, en la gente, en la sociedad, en alguien más allá de nuestros seres queridos.


       Los que no aceptamos eso de que, se haga lo que se haga, todo da igual.

      A estas alturas,  mi vida está repleta de batallas sociales, algunas perdidas, pero también alguna ganada. 

      Porque ante la sociedad que nos rodea, el mundo que se nos viene encima, las violaciones diarias de todo tipo de derechos... Frente a todo lo que vulnera la humanidad y la dignidad del ser humano,  no nos queda más que asumir una postura crítica.

      A vosotros, como a mí, nos han llamados agitadores, propagandistas, proselitistas, rebeldes, instigadores, provocadores, etc... Casi todos los sinónimos de la palabra activista, cuando se quiere denigrar o desmerecer.

     Nos han condenado mil veces "los escribas y fariseos revisionistas".



     Por eso es importante tomar conciencia de que el desgaste favorece a quienes quieren que dejemos esta labor, a los depredadores.


      Y  saber que tenemos que autocuidarnos y sobre todo, cuidarnos entre nosotros.



    Dicen los especialistas que el  "autocuidado es profundamente transgresor desde la lógica patriarcal: el bienestar es un derecho y fortalece nuestra capacidad para defender otros derechos".
    El cuidado colectivo nos fortalece, nos empuja para tener coraje y no rendirnos,
teniendo en cuenta que, como me decía Gerardo, esto es una lucha a largo plazo. 


    No nos olvidemos de las personas que se mueven también en silencio o en zonas no tan visibles , pero cuyas acciones  fueron y son tan importantes como los que más se visibilizan como altavoces de las luchas.

Queremos ser como ellos, que un día llegue la utopía.

Como dice NoViolet Bulawayo: 
  "En el tiempo en el que vivimos, no ser activista no es una opción".





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