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lunes, 26 de noviembre de 2018

DESAHUCIO. Otra forma de matar.

Creo que fue ayer… 

no estoy segura, quizás antes de ayer…

Lo mismo da, porque ya pasa todos los días…

Te denuncian, te juzgan, te desahucian, 
te avisan de un plazo,
mientras te cuesta creer que van en serio, 
que no bromean
y que te has de ir, en breve, 
de la casa en que vives.

Sí, te la quitarán, te la van a quitar mañana,
te la están quitando ya ahora…
Y no  solo es que te quitan la casa…
No solo es que te mandan a la calle a vivir…

Es que te desalojan de  tu  “hogar”, el que creaste,
el que habitaste casi toda tu vida,
El que limpiaste cada día, el que adornaste,
el que vio las fotos de todos los tuyos en cada rincón…   

Con todas las armas, y la fuerza bruta, 
con todos los odios de a quién sabe qué…
llegan los “soldados” en esta batalla
en la que te expulsan del que fue tu Edén.

Desheredada de la suerte, 
te preguntas si alguna vez podrás volver a conciliar el sueño.
Y los engranajes de la maquinaria, siguen, implacables,
marcando el compás…
Lavándose las manos en sangre, los funcionarios hacen su “tarea”
sin preocuparse ni  siquiera hipócritamente de los débiles,
pensando ya en el próximo expediente que espera en su mesa: 
¿quién será el siguiente en caer?



(Marian, 24/11/2014)

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