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viernes, 26 de abril de 2019

QUE SE JODA MI CAPITÁN, QUE ME QUEDO SIN CENAR.

¡Oh, sorpresa!

Las mismas caras de incredulidad ante los resultados electorales cada vez que votamos.


Porque no hay tantos ricos ni tantos poderosos para que ganen siempre los partidos que mejor les sirven. La inmensa mayoría de votantes somos personas asalariadas, trabajadores por cuenta ajena, algunos con pequeños negocios, sí, y muchos parados también.  Mucha más gentes con vidas precarias que con privilegios y cuentas en paraísos fiscales.

Parece entonces, que les votan gentes que no admiten que comiendo sardinas, no se puede eructar caviar.

Siempre me pregunto por qué se vota contra la igualdad de derechos para todos, si eso nos protege.


¿Es lógico votar contra los propios intereses?

Hay quien habla del "analfabeto funcional", o de "tonto seguro el obrero de derechas"... Gramsci lo explicaba a través del concepto de "nación: las clases dominantes generan en el pueblo un sentimiento de identidad en contra de un enemigo exterior, con la metáfora del destino nacional para afianzar el proyecto burgués... Pero ¿es así?

Lakoff dice "que la gente no vota  necesariamente por sus intereses.Vota por sus valores". Vota por aquellos con quienes se identifica...

Antes quizás, el cacique podía obligarte a votarle, hoy no es necesario ese chantaje.

Se ve en la barra del bar o en el taxi: "el que tenga dinero que se pague lo suyo, y el que no, que le den..." El explotado con mentalidad de explotador. Defender al tirano porque es "mi tirano".

Quizás la izquierda tenga mucha culpa por convertirse en partidos con un argumentario difícil de comprender, olvidarse de seguir haciendo pedagogía desde las bases, colaborar en que la política solo sea importante en el  ritual de votar cada 4 años...

En Europa, la izquierda se fue desconectando de los estratos sociales más bajos mientras la globalización  transformaba las relaciones económicas y de clase, haciendo que la clase media fuese descendiendo escalones. Además de dividirse por diferentes procesos de pensamieto: económicos, de política identitaria, libertarios, ecologistas, filosóficos, morales, etc...

Rafa Cid dice que se ha llegado hasta aquí a través de un proceso de "claudicaciones, fracasos, extravíos y derrotas. Pero sobre todo porque el ciudadano actual ha renunciado a la solidaridad con su entorno, asimilando como propia la cultura basura que nos brinda el sistema".

Así, nos convertimos en esos cuerpos productivos y políticamente dóciles a los que se refería Foucault, intelectos productivamente brillantes y, a la vez, políticamente idiotas...(Idiota en el sentido de corto de entendimiento, tonto).

¿Por qué no partimos de la base de que el mundo puede ser mejor para todos y desarrollamos la empatía y la responsabilidad?

¡Tenemos en España un partido con más de 900 imputados "pavoneándose" en los medios de comunicación cada día!

Esos mismos medios que se prestan a una labor publicitaria y hacen ostentación de que la objetividad periodística es una falacia.

 Y que, sabiendo que la mayoría no lee los programas electorales, esas promesas vanas que nos cuentan, hace hincapié en  ideas preconcebidas que refuerzan el sentido de pertenencia a un grupo ganador, con una bandera y unos valores que ni siquiera vemos cómo nos desvalorizan.


Esos medios que alimentan el sueño burgués de escalar en la sociedad, de llegar a ser más rico, y por tanto, propicia que seamos perros guardianes de esa clase que queremos alcanzar algún día. Así, somos terreno fértil para ideas fascistas, que reflejan los valores del sistema dominante.

Televisiones que no se avergüenzan de llevar a sus tertulias a los que defienden la dictadura, a quienes proclaman valores fuera de la Constitución y colaboran, por audiencia o por dinero, a que nuestras emociones se convierten en pasiones y en entusiasmo por ideas que pueden dar lugar al monstruo.

Se defiende el beneficio del capitalista que no cubre ni siquiera nuestras necesidades básicas, que nos hurta la protección social,  que nos mantiene callados ante nuestra propia explotación.

Y se va a las urnas para  votar contra nuestros propios intereses.

¿Por que se vota a los que recortan nuestra sanidad, las ayudas sociales, los derechos laborales?

¿Por qué votamos contra un sistema educativo vivo, bien financiado, con los mejores niveles para nuestros niños y niñas y sus escuelas, si nuestro cerebro y nuestro carácter queda marcado desde la más tierna infancia?

¿Por qué votamos contra un aire saludable, seguro para nuestra famila, que se pueda respirar?


¿Por qué votamos contra un entorno limpio, contra las energías renovables que favorecerían puestos de trabajo, independizarse del petróleo y deterner el calentamiento global?

¿Por qué votamos contra un trabajo justo y bien pagado, sometiéndonos voluntariamente cada vez más a relaciones laborales precarias y temporales?

¿Por qué tanta gente elige "la mano dura" a los derechos humanos?
Muchas personas se han ido quedando en el camino y nos negamos a ver que podríamos ser nosotros.

Es verdad que, por muy clase obrera que se sea, dentro de cada cual puede existir un/a machista, homófobo/a o racista, claro está. Y que las campañas de miedo, es evidente, funcionan. En tiempos de crisis, parece que se prefiere la seguridad al bienestar.

Por eso, el MIEDO es la materia prima de la derecha. Y aumentar la confusión es una estrategia clásica fascista. Y llevamos décadas de un capitalismo salvaje que ha consolidado el discurso neoliberal .

Y todo en detrimento de la solidaridad, la generosidad y la responsabilidad política hacia nuestra especie.

Por eso, el inmigrante es un enemigo, creemos los bulos interesados que se twitean y se expanden y defendemos leyes contra el derecho internacional.

Y los necesitados, los excluídos, los presos, los gays, los gitanos, los musulmanes, etc... no cuentan, o no nos importan más que para insultar o pensar que quitan recursos a la ganancia propia. Al fin y al cabo no son consumidores habituales.

Es la alienación.

Seguimos prefiriendo las "caenas".

Hoy quiero esperar que quizás aún estemos a tiempo.

A tiempo de frenar el odio, 
el horror y el odio.


 ¿No sería mucho mejor que, como cuando vamos a viajar en autobús, cogíeramos el que nos lleva más cerca de nuestro destino?

    En lugar de eso, preferimos quedarnos en el punto de no retorno y ser como aquel soldado que alegremente decía: Que se joda mi capitán, que esta noche no ceno.





 

3 comentarios:

  1. Me ha encantado Toñi. Gracias por la reflexión

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  2. Estmada amiga Mariam, justeza en tus palabras, a las cuales me adhiero,la verdad es que es dificil entender lo que pasa en este pais, yo me he atrevido alguna vez a decir que si hay dos pueblos malditos en el mundo son Palestina(Israel) y España, siempre hemos estado con esa aureola de tragedia que nos ensangrienta, las cusas probablemente la terrible incultura, y eso que comentas tu de preferir como la necesidad de una cadena y palo que nos dirija, yo siempre he dicho que somos lo que mamamos y nosotros hemos tenido un padrecito maltratador durante demasiado años que nos cerceno y metio a demasiados un miedo a las ideas renovadoras, yo digo que geneticamente somos de corte fascista, es bueno que haya gente sensata y con ideas de comunidad fraterna como tu, me gustaria poder verte y tener una charla sobre la situación, Abrazos de un amigo. Cuidaté

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  3. Es tremendo lo claro que cuentas la realidad y que no seamos capaces de ver lo que nos interesa por nuestro bien y por el de los demás. El miedo genera muchísima inseguridad, aunque sea un miedo inventado.

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