Aquí, en nuestra tierra, hemos experimentado la guerra durante años.
Miles de personas han muerto, han desaparecido familias enteras.
Toda la sociedad, tanto los que matan como los que mueren, está afectada... y aquellos que alimentan el terror no se cansan.
Han duplicado impuestos con el fin de comprar armas y dar de comer a las tropas extranjeras que están aquí para matar.
¡Ya basta!
Nosotras, las madres, estamos hartas y escandalizadas.
Pongamos un altísimo precio a esta guerra sucia: nos hacemos viudas antes de tiempo, sufrimos violaciones y abusos y el peso económico de alimentar a la familia fuera de nuestros hogares, de donde hemos tenido que huir.
¿Nos pueden respetar a nosotras las mujeres, a nuestras hijas y a nuestros bebés?
¿Qué buscáis, hombres de guerra, que os emborracháis con sangre de humana?
(ONCE MADRES CONGOLEÑAS DESPLAZADAS).
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